Argentina aprueba la ley que reconoce el matrimonio homosexual

  • El tenso debate parlamentario en el Senado argentino ha culminado tras 15 horas de sesión, a las cuatro de la madrugada (hora local), con la aprobación de esta iniciativa del Gobierno. Argentina se convierte así en el primer país de Latinoamérica en dar vía libre al matrimonio entre personas del mismo sexo.
El Congreso argentino aprueba la ley de matrimonios gays
El Congreso argentino aprueba la ley de matrimonios gays
EFE

El Senado argentino ha aprobado este jueves, a las cuatro de la madrugada (hora local) y por un apretado margen, el proyecto de ley que reconoce el matrimonio homosexual tras un tenso debate parlamentario que se ha prolongado durante cerca de 15 horas.

El proyecto de ley impulsado por el Gobierno de Cristina Fernández se ha aprobado por 33 votos a favor, 27 en contra y 3 abstenciones, en una sesión calificada como "histórica" por medios locales.

El debate fue acalorado por momentos, mientras defensores y detractores de la iniciativa se manifestaban frente al Senado para reivindicar sus posiciones.

Oficialistas y opositores se enzarzaron en una discusión de resultados imprevisibles debido a las discrepancias internas en uno y otro bloque y a las fuertes presiones, políticas y religiosas, a las que fueron sometidos los senadores.

Algunos de los legisladores, como el oficialista Marcelo Fuentes, aprovecharon sus intervenciones para criticar la ofensiva de la Iglesia contra el matrimonio gay.

En esta "guerra de Dios", como la calificó el cardenal Jorge Bergoglio, la Iglesia ha desplegado una agresiva campaña que ha incluido movilizaciones, arengas desde los púlpitos, sanciones para los sacerdotes discrepantes y "consejos" a los senadores en cuyas manos estaba el voto del proyecto de ley.

Una actitud que, a juicio de Fuentes, "tiene poco que ver con la ponderación" y con la postura "conciliadora" que se espera de la Iglesia católica.

Además de valoraciones sobre el papel de la Iglesia, las interminables intervenciones de sus señorías recogieron argumentos para todos los gustos, algunos tan extravagantes como el de Sonia Escudero, quien rechazó el proyecto por considerar que "la relación hombre-mujer es fértil, la relación homosexual es estéril, y como es diferente hay que darle una regulación diferente".

En el extremo opuesto, Luis Juez, que se reconoció "cristiano y fanático de la Virgen", recordó que "ni siquiera en la Biblia se ha encontrado un párrafo donde Cristo se enojara con los homosexuales".

"No me da la inteligencia natural para aceptar que es lo mismo la unión de heterosexuales con la de homosexuales", admitió el opositor Arturo Vega.

Al calor de la discusión, algunos se explayaron en detalles sobre su vida privada, como Chiche Duhalde, esposa del ex presidente Eduardo Duhalde, quien, como si revelara un secreto de Estado, confesó: "tengo amigos homosexuales, parientes homosexuales y no tengo ningún problema".

En la larga sesión hubo también espacio para que los senadores impartieran lecciones científicas sobre la vida sexual de las plantas, de los pingüinos, ofrecieran listas de gays ilustres, repasaran la historia argentina, la Historia universal, la Constitución y hasta relataran sus experiencias personales sobre matrimonios en segundas nupcias.

No faltaron tampoco alusiones al modo de vida de la comunidad homosexual, con comentarios como "son igual que nosotros, viven como nosotros, sienten como nosotros", como si sus señorías se estuvieran refiriendo a seres de otro planeta.

Demasiada dialéctica para resolver una cuestión que el senador Eugenio Artaza resumió en una frase: "¿Por qué tenemos que hacer tanto esfuerzo para impedir que otras personas tengan los mismos derechos que nosotros?".

Décimo país del mundo

Con la aprobación de esta madrugada, Argentina se convierte en el décimo país del mundo que reconoce el matrimonio homosexual. El país ya contaba con avances en este ámbito, puesto que la Ley de Unión Civil de la ciudad de Buenos Aires, aprobada a finales de 2002, supuso el primer antecedente y el primer reconocimiento de las parejas homosexuales en Latinoamérica.

Con argumentos poco contundentes y en su mayoría carentes de bases legales, oficialistas y opositores han protagonizado una discusión que se ha prolongado hasta bien entrada la madrugada debido a las discrepancias internas en uno y otro bloque y a las fuertes presiones, políticas y religiosas, a las que han estado sometidos los senadores.

Mientras, la plaza del Congreso de Buenos Aires -reconocida por su propaganda turística como ciudad "gay friendly"-, se ha convertido en las últimas horas en escenario de la división que vive la sociedad argentina sobre la iniciativa.

Pancartas gigantescas con lemas como 'Sólo varón y mujer' o 'Yo quiero un papá y una mamá' enmarcan la ubicación de los grupos contrarios al matrimonio homosexual, que se han acompañado de vírgenes e imágenes religiosas y que, rosario en mano, rezan avemarías para pedir por el rechazo a la propuesta gubernamental.

Enfrente, grupos de derechos humanos y colectivos homosexuales reivindican el matrimonio homosexual con proclamas como 'Sácate la sotana' y 'Saquen sus rosarios de nuestros ovarios', arropados por organizaciones oficialistas que han sembrado la plaza de banderas con imágenes de Juan Domingo Perón.

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