Barranquilla bien vale una hamburguesa

  • Pueden llamarle Fernando I de Brasil.

Hernán Bahos Ruiz

Barranquilla, 7 ago.- Pueden llamarle Fernando I de Brasil.

Al centrocampista de la selección sub'20 de fútbol a quien sus padres registraron como Fernando Lucas Martins tras su nacimiento el 3 de marzo de 1992 sus decisiones prácticas le han dejado hoy en un camino paralelo al que la historia reservó para Enrique IV, rey de Francia entre 1589 y 1610.

En apariencia, nada que ver la vida del que ha sido considerado por los franceses como el mejor monarca que gobernó el país con la de un futbolista que en el Mundial Sub'20 de Colombia ha definido su trabajo de sacrificio en la cancha con el de un 'sheriff' del viejo Oeste.

A Enrique de Borbón (1553-1610), que fue también rey de Navarra con el título de Enrique III, se le atribuye la frase histórica "París bien vale una misa" ('Paris vaut bien une messe').

La afirmación habría sido hecha el 25 de julio de 1593 cuando Enrique de Borbón se abrazó al catolicismo para acceder al trono de París, y desde entonces dicha expresión ha sido calzada a todo tipo de sacrificio que las personas hacen para alcanzar un objetivo.

Ahora, 418 años y unos 13 días después de aquél momento histórico protagonizado por el ilustre Enrique francés, el prometedor Fernando brasileño reveló a la prensa que tuvo varias razones para permanecer el sábado en la ciudad de Barranquilla.

Ese día de descanso para la selección, la mayoría de los jugadores optó por ir de excursión turística a la ciudad de Cartagena.

"Me quedé y aproveché para ir un centro comercial a caminar, mirar tiendas y a hacer varias compras para mi familia y amigos", explicó.

Pero Fernando también tenía un motivo estratégico.

"¡Estaba deseando comerme una hamburguesa. Me hacía mucha falta!", confesó el recio centrocampista habituado al choque físico con un tono de niño que confiesa una travesura.

Fernando dejó para otra ocasión el placer de visitar el centro amurallado, la arquitectura colonial y los rincones turísticos de la vecina Cartagena que tanto gustaron a sus compañeros, según le contaron tras retornar a la concentración.

Pero cumplió su objetivo principal sin renunciar a su deseo de olvidarse por unas horas del fútbol. Guardadas las proporciones, un escenario comparable con el que montó Enrique IV para llegar al trono de Francia pues, en el fondo, nunca dejó de ser calvinista.

"¡Me hacía falta. Lástima que el descanso fue tan corto!", reflexionó Fernando con la seguridad de un obrero que vuelve desde hoy al trabajo en busca de la clasificación a los cuartos de final de Mundial, este miércoles en Barranquilla a expensas de Arabia Saudí.

Quizá Fernando no sepa traducir la expresión 'Paris vaut bien une messe', pero en su lengua portuguesa ha acuñado para el Mundial otra frase que promete hacer carrera: "Barranquilla, ¡valeu pela hamburguer!".

Lo dijo Fernando I, el brasileño que ya aprendió a decir en forma clara: "¡Vamos a ganar!".

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