Bill Richardson, gobernador de Nuevo México: "El sistema de inmigración en EEUU está totalmente roto"

  • Bill Richardson es gobernador demócrata del Estado fronterizo de Nuevo México desde 2003, donde ha impulsado medidas para la integración de los inmigrantes indocumentados, lejos de la controvertida ley del Estado vecino de Arizona. En una entrevista durante su visita a España estos días, Richardson expone sus propuestas para una buena política de inmigración y confiesa que no volverá a presentarse a la presidencia de EEUU, como hiciera en 2006.

Bill Richardson, gobernador Nuevo México
Bill Richardson, gobernador Nuevo México
lainformacion.com

Con más del 40 por ciento de la población en Nuevo México siendo hispana, resultaría difícil de imaginar una ley de inmigración como la del Estado vecino de Arizona…

Es impensable. Estoy totalmente en contra de lo que ha hecho Arizona, que es contraproductivo y es potencialmente una violación de derechos humanos.

En Nuevo México respetamos los derechos humanos. Tenemos una política hacia los inmigrantes [indocumentados] para integrarlos. Durante mi mandato hemos permitido las licencias de conducir, las becas a hijos de inmigrantes y eso nos ha ayudado. Por ejemplo, han ejercido más aseguranzas [seguros] y finalmente sabemos dónde están.

Lo que más necesitamos es que se apruebe una ley federal en el Congreso para reformar un sistema de inmigración en EEUU que está totalmente roto. Sí necesitamos más seguridad en la frontera, pero también un plan de legalizar a los once millones de inmigrantes [indocumentados] que están en EEUU, con condiciones: que aprendan inglés, que no tengan background criminal, que paguen la multa por haber entrado ilegalmente y que no se metan delante de los que están tratando de entrar legalmente.

¿Cree que esa reforma se podrá producir en los próximos meses?

Yo creo que este año no. Pero el año que entra después de las elecciones [parciales de noviembre], cuando el presidente Obama presente al Congreso un plan de reforma migratoria que sea comprensivo, que incluya más seguridad en la frontera y un plan de legalización de los once millones [de indocumentados].

El domingo voy a convocar en Santa Fe [capital de Nuevo México] a los gobernadores fronterizos, a los seis mexicanos y con el gobernador Schwarzenegger, en una junta bilateral para ver cómo puede haber más cooperación en el área de inmigración, violencia, narcos, salud, etc. [Será] sin la participación de Arizona, que no ha querido ir.

¿Ha tenido oportunidad de hablar con Jan Brewer, la gobernadora de Arizona, últimamente?

Hablé con ella el día anterior a la aprobación de la ley [de inmigración]. La conozco y la estimo, pero le dije que va a causar un problema muy serio no nomás para la región, para la comunidad hispana, pero para su propio Estado. Pero no me escuchó y firmó la ley.

En Europa también se está viviendo un momento de tensión por cuestiones migratorias con la expulsión de gitanos. ¿Cree que se puede justificar de algún modo la medida del Gobierno galo?

Yo no quiero criticar lo que está pasando en Francia, pero eso no es realista en EEUU, que haya una expulsión de los once millones. No estoy de acuerdo con eso y no está en la tradición de los derechos humanos de los EEUU. Por eso lo que yo favorezco es legalizar a esos once millones. No darles la ciudadanía, pero que puedan quedarse con responsabilidades.

El politólogo e historiador Samuel Huntington advirtió hace unos años sobre el futuro "choque de civilizaciones" entre los estadounidenses de origen europeo y los de origen hispano. ¿Cree que estamos en ese momento?

No. Esas predicciones están en contra de la historia, porque la mayoría de los americanos, excepto los indios nativos, son inmigrantes. EEUU ha crecido y se ha fortalecido por su sistema de tener inmigrantes de diferentes culturas.

Lo que está ocurriendo -y a mucha gente le preocupa- es que más inmigrantes están entrando a EEUU de países latinos. En la opinión mía, la diversidad ayuda a EEUU.

¿Qué está pasando para que se produzca el auge del Tea Party?

El Tea Party sí está creciendo, pero es un movimiento principalmente dentro del Partido Republicano [al que] ha radicalizado. Aunque sí reconozco su fuerza en el Partido Republicano, no creo que vaya a impactar en las elecciones presidenciales. El presidente Obama va a ser reelegido.

Tampoco creo que sea un movimiento que vaya a sostenerse por muchos años. Es un movimiento que ha crecido por los problemas económicos que tiene EEUU, por la frustración de muchos americanos por la economía, pero no creo que vaya a ser un movimiento a largo plazo.

¿No hay parte de culpa del Partido Demócrata en esa "frustración económica"?

El presidente Obama heredó los problemas económicos que tenía EEUU. Yo no quiero culpar a ninguno de los dos partidos, pero estamos ahora mismo en una recesión y es importante resolver nuestros problemas con bipartidismo. Pero no existe ese bipartidismo ahorita.

Esa frustración por la economía no ha permitido que se mejore la situación con medidas económicas en el Congreso por esa falta de acción civil positiva. Y el Partido Republicano no ha sido responsable en darle la mano al presidente Obama para gobernar.

Con las encuestas mostrando una caída en la popularidad de Barack Obama, ¿qué les espera a los demócratas en las próximas elecciones de noviembre?

Reconozco que va a haber pérdidas demócratas en la Cámara de Representantes. No creo que vayamos a perder la Cámara, pero sí vamos a tener problemas. El Senado tampoco lo vamos a perder, pero tal vez los republicanos aumenten sus números ahí.

Éste va a ser un año negativo para cualquier persona que tenga el poder, republicano o demócrata. Pero sí, tradicionalmente, el partido del poder en la Casa Blanca pierde puestos en el Congreso. Y eso va a ocurrir en esta ocasión.

¿Y qué me dice del Estado de Nuevo México, donde usted obtuvo la reelección en 2006 con un 63 por ciento de los votos y ahora parecen más igualados con los republicanos?

Vamos a retener a nuestros congresistas federales demócratas y la batalla de gobernador está muy reñida, pero al final yo creo que ganará la candidata demócrata [Diane Denish], que es mi teniente gobernadora [vicegobernadora].

¿Cuáles son sus planes para después, cuando ya haya agotado sus dos legislaturas?

Tener un perfil bajo, divertirme y viajar un poco. Quiero seguir mis esfuerzos internacionales, quedarme en Santa Fe, dedicarme más al deporte, a mi familia… así es que no veo un rol inmediato de retornar a la política.

Así que de repetir candidatura en las primarias demócratas a la presidencia de EEUU como hizo en 2007 ni hablamos.

No. Yo ya hice eso y eso viene nomás una vez. Y tuve oportunidad de ser candidato, fue un gran honor para mí, [pero] como les digo a todos, tuve dos problemas en esa carrera: [Hillary] Clinton y [Barack] Obama. Pero yo nunca digo "nunca voy a hacer esto", pero por lo pronto voy a ejercer muy poca política después de que salga de ser gobernador.

Antes mencionaba su labor internacional. Durante sus años en la Cámara de Representantes como portavoz de Nuevo México participó en misiones internacionales en Cuba, entre otros países. ¿Ha mejorado la situación desde entonces?

Ha habido un progreso en la relación entre EEUU y Cuba, la salida de prisioneros políticos con un rol muy positivo del Gobierno de España, el presidente Obama está contemplando facilitar más los viajes de americanos a Cuba y yo veo pasos como por ejemplo la cooperación que tiene EEUU y Cuba en Haití como movimiento lento positivo en el que se deben normalizar las relaciones. Nuestra política hacia Cuba, el embargo, no ha sido positiva.

¿Cree que el embargo comercial de EEUU sobre Cuba habría que retirarlo ya?

Sí. Pero es difícil, porque esa acción tiene que hacerla el Congreso americano y el Congreso tiene muchas reservas en hacer eso.

Pero el presidente Obama por orden ejecutiva puede facilitar más viajes y tomar otras medidas positivas humanitarias y lo está haciendo. Y yo veo que el presidente Castro ha tomado también medidas positivas para normalizar la relación [bilateral]. Pero va a ser despacio.

William Blaine "Bill" Richardson III es el gobernador del Estado norteamericano de Nuevo México desde enero de 2003. Durante su infancia vivió en Ciudad de México debido al trabajo de su padre. Es máster en Derecho y Diplomacia por la Universidad Tufts de EEUU. Ha ejercido la actividad docente en diversos centros, como la Universidad Estatal de Nuevo México y la Universidad de Harvard. Además, ha sido nominado en diversas ocasiones al Premio Nobel de la Paz. Esta semana se encuentra de visita en España, donde se ha reunido, entre otros, con el ministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos. Este jueves a las 19.00h pronunciará una conferencia titulada "Perspectivas sobre democracia y libertad en el mundo" en la Fundación Rafael del Pinoen su sede madrileña.

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