Blair no se arrepiente e insiste en que hizo bien en derrocar a Sadam Husein

  • Londres.- El ex primer ministro británico Tony Blair insistió hoy en que tomó la decisión correcta al autorizar la guerra de Irak para derrocar al presidente Sadam Husein, si bien las supuestas armas de destrucción masiva nunca fueron halladas.

Tony Blair declarará hoy ante la comisión que investiga la legalidad de la invasión de Irak
Tony Blair declarará hoy ante la comisión que investiga la legalidad de la invasión de Irak

Londres.- El ex primer ministro británico Tony Blair insistió hoy en que tomó la decisión correcta al autorizar la guerra de Irak para derrocar al presidente Sadam Husein, si bien las supuestas armas de destrucción masiva nunca fueron halladas.

Al prestar declaración en Londres ante la investigación sobre la guerra de Irak (2003), Blair dijo que, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 (11-S) contra EEUU, él estimó que no podía asumir el riesgo de que Sadam pudiera reconstruir su programa de armas.

En última instancia, agregó el antiguo jefe del Gobierno, se trataba de hacer un juicio de valor y de tomar una decisión.

"La decisión que yo tomé, y francamente tomaría otra vez, fue que si había alguna posibilidad de que él pudiera desarrollar armas de destrucción masiva, debíamos detenerle. Ese fue mi punto de vista entonces y es mi punto de vista ahora", insistió Blair, que culminó la declaración de la sesión matinal y volverá a hacerlo por la tarde, a partir de las 14.00 GMT y hasta las 17.00 GMT.

Al presentar sus argumentos sobre las razones que le llevaron a apoyar la invasión iraquí, Blair afirmó que la mayor parte de la actual desestabilización en Oriente Medio procede de Irán.

Blair expresó, además, su preocupación por los vínculos de países con regímenes totalitarios que tienen armas de destrucción masiva y los grupos terroristas, y citó como ejemplo Irán.

También puso como ejemplo la situación en Yemen, Afganistán y Somalia, y manifestó su temor por los "muy fuertes lazos" entre las organizaciones terroristas y los estados que les apoyan.

"Hay Estados, Irán en particular, que están vinculados con este punto de vista radical y equivocado del Islam", afirmó.

"Los que hemos afrontado el terrorismo del IRA (sabemos) que su terrorismo tiene unos propósitos políticos, están dentro de una estructura que uno podría entender. Esto cambió completamente desde ese momento (por el 11-S), Irán, Libia, Corea del Norte, Irak (...) Había que terminar con todo esto", añadió.

Dijo que hay un peligro de que Estados "altamente represivos" puedan construir "todo tipo de alianzas".

Al ser preguntado por qué se había centrado en Irak y no Irán, Blair afirmó que "nos centramos en Irak porque había violado las resoluciones de las Naciones Unidas" y "había utilizado armas de destrucción masiva" en la guerra con Irán.

Entre otras cosas, el antiguo "premier" aseguró que no hubo ningún acuerdo "encubierto" con el ex presidente de EEUU George W. Bush cuando ambos se entrevistaron en el rancho de éste en Texas en abril de 2002, once meses antes de la invasión de Irak.

"Estaríamos con ellos (por los estadounidenses) para afrontar esta amenaza (Irak), pero,¿cómo lo haríamos?, (esa) era una decisión nuestra. No era una posición encubierta", resaltó.

Explicó que antes del 11-S él creía que Sadam Husein podía ser controlado con una "política de contención", a través de sanciones, pero los atentados cambiaron el "cálculo del riesgo".

"El cálculo de riesgo cambió con los ataques en EEUU, en los que murieron más de 3.000 personas. Si esa gente, inspirada por fanatismos religiosos, hubiese podido matar a 30.000, lo habrían hecho, entonces llegué a la conclusión de que no se podían asumir riesgos en este asunto", afirmó.

Blair, máximo responsable de meter al Reino Unido en el conflicto bélico iraquí, responde hoy a las preguntas del comité independiente que investiga las circunstancias de la guerra.

Ante este comité ya han declarado testigos importantes de la intervención armada (2003), entre ellos los entonces ministros de Asuntos Exteriores y Defensa, Jack Straw y Geoff Hoon, respectivamente, y el ex fiscal general británico, Peter Goldsmith.

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