Boko Haram sigue su cruzada de terror para imponer el islamismo en Nigeria

  • La actividad terrorista de Boko Haram, una secta que quiere imponer la ley islámica en Nigeria y que mantiene secuestradas desde el 15 de abril a dos centenares de niñas, no cesa tras los atentados perpetrados ayer en Jos, que acabaron con la vida de al menos 118 personas.

Madrid, 21 may.- La actividad terrorista de Boko Haram, una secta que quiere imponer la ley islámica en Nigeria y que mantiene secuestradas desde el 15 de abril a dos centenares de niñas, no cesa tras los atentados perpetrados ayer en Jos, que acabaron con la vida de al menos 118 personas.

Este grupo islamista radical, fundado en 2002, que se ha convertido en una de las peores encarnaciones del terrorismo integrista.

Hasta el punto de que Al Qaeda prefiere no tener mucho que ver con una franquicia terrorista que, según algunas estimaciones, se ha cobrado en torno a 4.000 víctimas mortales.

¿Qué significa Boko Haram?:

Se trata tanto de una especie de apodo como de una declaración de principios.

La palabra "haram" es prohibido o pecado en árabe y "boko" (posiblemente una derivación en el lenguaje local Hausa de la palabra inglesa "book" o libro) significaba originalmente impostura, falsedad pero ha terminado por convertirse en sinónimo de educación occidental.

Por eso, la expresión Boko Haram se traduce como "la educación occidental está prohibida".

De acuerdo a esta consigna de intransigencia fundamentalista, Boko Haram aspira a transformar Nigeria en un estricto estado islámico, al margen de cualquier tipo de actividad política, religiosa,educativa o social vinculada con Occidente.

Lo cual incluye desde participar en elecciones a la alfabetización de mujeres, pasando por cualquier manifestación secular.

El nombre oficial de Boko Haram en árabe es "Jama'atu Ahlis Sunna Lidda'awati wal-Jihad", que significa "Gente comprometida con la propagación de las enseñanzas del profeta y la yihad".

Orígenes:

Desde que el califato de Sokoto -que gobernaba el actual norte de Nigeria, Níger y el sur de Camerún- terminó bajo el control de los británicos en 1903, toda esa zona se ha resistido de diferentes formas al colonialismo occidental.

En concreto, la fundación de Boko Haram se remonta al año 2002 por iniciativa del clérigo Mohamed Yusuf. Su primer santuario fue la ciudad de Maiduguri, en el noroeste de Nigeria.

El carismático Yusuf creó su propio centro integrista de operaciones, que incluía una mezquita y una escuela islámica.

Muchas familias pobres matricularon a sus hijos en ese centro educativo, que rápidamente se convirtió en un banderín de enganche para el reclutamiento de yihadistas.

En 2009, Boko Haram intentó hacerse con la ciudad de Maiduguri, atacando toda clase de instituciones oficiales.

En la contra-ofensiva orquestada por las fuerzas militares nigerianas, centenares de insurgentes y de civiles perdieron la vida, incluido el clérigo Mohamed Yusuf, muerto cuando se encontraba bajo custodia policial.

Su cadáver fue exhibido en televisión entre precipitados pronósticos sobre un definitivo final para Boko Haram.

Creciente amenaza:

En esta lucha, las autoridades de Nigeria han demostrado tanto una feroz represión como una gran ineficacia.

En mayo de 2013, el presidente nigeriano Goodluck Jonathan declaró el estado de emergencia en el norte del país donde los terroristas son más fuertes (especialmente en los estados de Borno, Yobe y Adamawa).

Boko Haram ha demostrado una creciente capacidad para orquestar ataques terroristas, llegando incluso a atentar contra destacados objetivos en la capital Abuya.

Al principio, utilizaban pistoleros en moto para asesinar a responsables policiales, políticos locales, maestros y cualquiera que les criticase, incluidos clérigos cristianos y de otras tradiciones musulmanes.

Gradualmente, el grupo ha ampliado sus ataques con periodicidad casi semanal e incluyendo indiscriminados atentados con explosivos.

Tras producirse masivas redadas de familiares de terroristas conocidos de Boko Haram, la secta ha empezado a perpetrar secuestros de mujeres y niños, en parte con el objetivo de presionar al gobierno nigeriano para lograr intercambios de prisioneros.

Liderazgo:

El líder actual de Boko Haram es Abubakar Sheka, una delirante figura que destaca tanto por su violencia extrema como en el uso de videos e internet como herramientas de propaganda terrorista.

En una de sus habituales y largas exhortaciones cuajada de sonrisas y gritos, tras un ataque terrorista en Kano que se cobró la vida de 200 personas, Sheka recalcó que no tenía ningún problema de conciencia: "Disfruto matando a cualquiera que Dios me mande matar, de la misma manera que disfruto matando pollos y carneros".

Nacido en la localidad de Sheka, en la frontera con Níger, Sheka domina varias lenguas y tuvo la oportunidad de cursar estudios en un centro islámico.

De hecho, se le conoce como una figura contradictoria, a medio camino entre teólogo y gángster. Se desconoce su edad exacta y varias veces se le ha dado por muerto.

Su ideario incluye imponer una versión fanática de la sharía (ley islámica), acabar con cualquier influencia occidental empezando por la educación y derrocar al que considera gobierno ilegítimo de Nigeria, formado a su juicio por una infiel mayoría cristiana y musulmanes "desleales" como el presidente Goodluck Jonathan.

La Administración Obama, aunque no ha tenido clara desde un primer momento la amenaza que representaba Boko Haram, ha ofrecido desde 2012 una recompensa de 7 millones de dólares por información que permita su arresto.

Fortaleza:

Nigeria, además de ser el país más poblado de África con 170 millones de habitantes y una superpotencia en estafas por internet, viene arrastrando desde hace décadas un desafortunado y extenso historial de conflictos étnico-religiosos.

A este enorme déficit de vertebración nacional, Nigeria suma el haberse convertido en un paradigma de destructivas desigualdades económicas y corrupción.

Ya que Nigeria disfruta de enormes recursos naturales, empezando por petróleo, pero también sufre de unas distancias abismales entre ricos y pobres.

El santuario y base de operaciones de Boko Haram se sitúa en el bosque de Sambisa, una gigantesca reserva de caza en el noroeste de Nigeria.

Para hacerse una idea, la extensión de esa zona, junto a la frontera con Camerún, es de 59.570 kilómetros cuadrados, mayor que la superficie combinada de Cataluña y la Comunidad Valenciana.

La insurgencia liderada por Abubakar Sheka cuenta con una plantilla estimada en varios miles de combatientes,fuertemente armados, además de comandos infiltrados más allá de sus bastiones.

Estos insurgentes reciben una paga mensual, equipo y entrenamiento. Y en caso de muerte como yihadistas, la financiación de Boko Haram permite pagar compensaciones económicas a viudas y huérfanos.

Perspectivas:

A estas alturas, Boko Haram habría empezado a operar más como una constelación de grupos que una organización monolítica.

Y de hecho, algunas facciones se han disgregado de la estructura controlada directamente por Abubakar Sheka, aunque siguen manteniendo una espiral de ataques terroristas bajo el mismo nombre.

Si bien es cierto que Sheka ha jurado lealtad a la Al Quaida liderada por Al Zauahiri, no han trascendido evidencias de una intensa cooperación entre ambas entidades terroristas.

En este sentido, se menciona la creciente importancia de uno de los cabecillas de Boko Haram identificado como Mamán Nur.

Una figura empeñada en trasladar la lucha de Boko Haram a otros países africanos y también conocido por lanzar amenazas contra actores internacionales como Francia.

Su organización se auto denomina "Vanguardia para la protección de los musulmanes en el África negra". Y de hecho, a esta escisión de Boko Haram se le atribuye el atentado con coche-bomba perpetrado en 2011 contra la sede de la ONU en la capital Abuya.

En cuanto a las niñas secuestras, pese a todas las ofertas de ayuda internacional, el gobierno de Nigeria ha empezado por rechazar públicamente cualquier intercambio de rehenes con Boko Haram.

Se teme también que algunas de las menores secuestradas hayan sido ya vendidas en Camerún o Chad para matrimonios forzados por el equivalente a diez euros por niña.

El pesimista consenso de analistas es que las fuerzas de seguridad locales van a ser incapaces de descubrir su paradero y organizar una exitosa misión de rescate.

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