BOPE, los policías especiales que 'limpian' las favelas de narcotraficantes

Doce tanques, 1.500 efectivos y diez minutos. Es lo que necesitaron las autoridades brasileñas para que sus infantes de Marina y policías de élite se adentraran en una de las zonas de favelas más peligrosas de Río de Janeiro, Manguinhos.

Narcotráfico, delincuencia y corrupción son palabras que parecen pegadas a estas enormes barriadas de chabolas de Brasil que de en los últimos años las autoridades están tratando de recuperar. Las decenas de miles de habitantes que viven donde aún reina la ley de la selva, reciben de vez en cuando visitas del Batallón de Operaciones Especiales de la Policía Militarizada (BOPE) como la de este domingo, en grandes misiones de "limpieza" antes del Mundial de Fútbol y las Olimpiadas que Río acogerá en 2014 y 2016 respectivamente… aunque esta vez se les escaparon los jefes narcotraficantes.

Ni en esta última misión ni en la toma militar y policial de la mayor favela de todas (Rocinha) en noviembre de 2011, encontraron apenas resistencia los BOPE.

Entrenan enfundados en chalecos antibalas y no sueltan el rifle ni para hacer abdominales; así matan dos pájaros de un tiro. Una calavera atravesada por dos rifles y un machete conforman el escudo de este cuerpo con licencia para matar.

Si los SEAL estadounidenses que acabaron con la vida de Osama bin Laden en Pakistán tienen fama de ser un cuerpo de superhombres, duro y altamente cualificado, los BOPE no tienen nada que envidiarles. En sus manos está acabar con la inseguridad extendida por las favelas.

Un, dos, tres, adelante. Fuertemente armados, en furgonetas de antidisturbios o a pie se adentran de día o de noche en las favelas para acabar con los delincuentes. Es su principal función desde que entorno a 2008 comenzara una campaña para devolver la seguridad y la ley brasileña a estas barriadas descontroladas.

Sin embargo, esta unidad de policía militarizada creada a finales de los años 70 también recibe críticas por "disparar antes de preguntar", indica un documental del Discovery Channel. Tropa de Élite, del director José Padilha, llevó a la gran pantalla la historia de dos BOPE que matan y torturan en nombre de la ley. La polémica en el público brasileño no se hizo esperar, pues interpretaron esos hechos como acciones reales del cuerpo policial, según la cadena de televisión portuguesa SIC.

De lo que no cabe duda es de que las balas perdidas en el enfrentamiento entre policías y delincuentes provocan esos "daños colaterales" de la jerga militar que el pasado julio acabaron con la vida de una pequeña de 10 años, que recibió un balazo en la barriga.

Los BOPE llevan un recuento de víctimas mortales en sus acciones. Encaran sus incursiones en las favelas como una operación bélica. Sus enemigos tienen AK-47, granadas… y ellos están "obligados a defenderse", justifica un comandante a las cámaras del SIC.

Hasta las favelas supuestamente en manos ya de las autoridades necesitan aún un año después, el apoyo de este cuerpo de élite y otros efectivos… 600 agentes en total, informa EFE. Tal es el caso del Complexo do Alemao o el de Rocinha, la favela más grande de todas, donde los BOPE vigilaron "apostados en los tejados de algunas casas" la inauguración de su primer cuartel general a finales de septiembre.

Aunque dos BOPE han sido asesinados en Rocinha en el último año, se considera "pacificada" esta favela y los turistas ya se adentran en sus embarradas calles de la mano de agencias de viajes. La intención es que Río de Janeiro pueda acoger con tranquilidad a los miles de turistas y deportistas que recibirá en 2014 –cuando será una de las sedes del Mundial de Fútbol- y sobre todo en 2016, con las Olimpiadas.