Chávez dice que aún no ha ganado la batalla al cáncer

Hugo Chávez llegó al país por sorpresa desde La Habana al Aeropuerto Internacional de Maiquetíaen la madrugada del lunes. Bajó del avión por su propio pie. Nadie le ayudó. Parecía cansando, pero dicharachero; habló con algunos de sus ministros que le esperaban y altos mandos de las Fuerzas Armadas. Inmediatamente subió a Caracas.

Se pensaba que acudiría de inmediato al Hospital Militar, centro en el que se preparó un piso completo para rehabilitación, pero se fue directamente al Palacio de Miraflores o al Fuerte Tiuna, base castrense en el centro de la ciudad en la que suele pernoctar en diversas ocasiones, aunque nada de esto es seguro pues no se ha dado ninguna información oficial, como ya es normal en los actos y movimiento de Chávez.

Durante todo el día de ayer lunes los medios de comunicación del Gobierno realizaron una intensa campaña invitando a los chavistas a estar presentes en el llamado "Balcón del Pueblo" de Miraflores, palco de los grandes acontecimientos políticos de su régimen.

Fueron cientos, miles, los oficialistas que acudieron al llamado plenos de entusiasmo, alaridos de bienvenida, llantos, desmayos y continuos cantos patrióticos. El comandante salió a la balaustrada acompañado de sus dos hijas mayores y vestido de militar. El griterío de los presentes fue delirante. Habló poco, escasamente media hora, para ratificar su convicción de que, junto al pueblo, ganará la batalla contra la afección de salud que lo obligó a ser intervenido quirúrgicamente en Cuba.

"Estoy sometido y debo estarlo durante un tiempo a un estricto control médico científico, ustedes saben las razones", y añadió: "Que nadie vaya a creer que mi presencia significa que ganamos la batalla. Hemos comenzado a remontar la cuesta, a vencer el mal que se incubó en mi cuerpo".

El Comandante apareció enarbolando el pabellón nacional, entonó con los presentes el himno nacional y gritó "¡Viva Venezuela! ¡Viva la Revolución Bolivariana! ¡Viva Chávez!". Se le olvidó, o dejó para mejor momento, el perenne grito de todas sus arengas y actos oficiales: "¡Patria, Socialismo o Muerte!".

"El amor es el mejor remedio para cualquier enfermedad. Gracias por este baño de amor tan especial, no sólo desde Venezuela sino desde muchos otros lugares del mundo", aseveró.

La disertación de Chávez fue antecedida por los militantes socialistas que a voz en cuello gritaron las consignas "¡Gracias, Fidel, por cuidar de él!" y ""¡Uh, ah; Chávez no se va!".

Una vez de regreso a los salones del palacio, se vistió de civil y recibió a los Ministros y Cancilleres de los países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) que hoy martes estarán presentes en los actos del desfile militar con motivo de del bicentenario de la independencia de Venezuela.

Los médicos que le atienden recomendaron al enfermo presidente que no asista por las varias horas que dura la jornada de celebraciones.

Tras este sorpresivo regreso de Chávez al país se habla de que, con el apoyo de Fidel, viejo maestro de la política maquiavélica, se está instrumentando la enfermedad del mandatario venezolano. La presidenta de Brasil, Dilma Roussef está aquejada de cáncer, lo mismo el jefe del Estado de Paraguay, Fernando Lugo, pero no han convertido ese suceso en una maniobra mediática.