La comida de Obama en Vietnam por seis dólares que ha revolucionado las redes

La comida de Obama en Vietnam está dando que hablar y mucho en las redes sociales. Por varias razones. La primera de ellas es la naturalidad con la que el presidente de los EEUU se toma una cerveza en un local típico, con sillas de plástico y rodeado de comensales. Impacta también la naturalidad de la gente que le rodea en el local, que come tan tranquila como si Obama fuera el vecino del quinto. Ni se inmutan. ¿Creíble o montaje? Fueron aleccionados para no molestar al presidente, que comía junto al célebre chef Anthony Bourdain.#Obama cena con el chef Anthony Bourdain en #Vietnam https://t.co/cEsFC5qXVF vía @el_pais— Jose Reinoso EL PAÍS (@josereinosot) 26 de mayo de 2016

Bourdain, conocido por su amor por la comida callejera, describió el encuentro en una serie de mensajes en Twitter e Instragram. Y las reacciones no se hicieron esperar. La discusión sobre este encuentro en la red social Reddit, que atrajo a 3.000 usuarios, se desvió hacia dónde podían haberse estado escondiendo los agentes del servicio secreto.Las especulaciones que desató la foto de Obama comiendo con Anthony Bourdain en Vietnam https://t.co/4RnWL6dc59 pic.twitter.com/NHwqvZyxac— BBC Mundo (@bbcmundo) 26 de mayo de 2016

El menú que degustaron Obama y Bourdain incluía bun cha, un platillo vietnamita de puerco a la parrilla y fideos de arroz, y algunas verduras, todo acompañado con cerveza Hanoi. Llamó mucho la atención entre los usuarios la perfecta geometría de platos y palillos. ¿En serio alguien come así o estamos ante una serie de fotografías calculadas?

"La alineación perfecta de los alimentos me incomoda", dijo un usuario de Instagram. "Mira lo simétrico de los tazones, los palitos chinos y los platos".  Otro usuario se mostró un poco más alegre: "Comiendo en perfecta simetría, geniales e inteligentes".

Para añadir más leña al fuego Anthony Bourdain no tardó en elogiar las habilidades del presidente Obama con los palitos chinos, que describió como "precisas". Pese a las suspicacias, algo gustó a todos. Un presidente que se sienta en sillas de plástico en un lugar tan humilde y con naturalidad, después de haber sido aplaudido por una multitud a la puerta del mismo restaurante, no debe ser duramente criticado por una foto. Puede que todo sea márketing, pero muchos estaban encantados de ver por un momento al hombre más poderoso del mundo como uno más.