Derechos que para ti son evidentes y un cubano no tiene

  • En Cuba, actividades tan aparentemente sencillas como comprar un tubo de pasta de dientes o un paquete de compresas son un reto para unos ciudadanos que denuncian la todavía constante opresión de su libertad.

Santiago De Cuba Returns To Daily Life After Visit Of Pope Benedict XVI
Santiago De Cuba Returns To Daily Life After Visit Of Pope Benedict XVI

Cuando el activista cubano pro derechos humanos Carlos Payá conversaba con un famoso escritor compatriota, le preguntó cuál era el mayor reto de ser un gran artista en su país. Su respuesta se le quedó grabada en la memoria: "Desayunar, comer y cenar cada día".

Al hablar de la falta de derechos humanos en la isla, suele mencionarse la dramática situación de los presos políticos o la nula libertad de expresión. Pero más allá, la realidad de los cubanos está limitada en cosas mucho más cotidianas y menos "subversivas" que suponen verdaderos retos del día a día bajo el régimen Castro.

Comprar más de un tubo de pasta de dientes cada dos o tres meses

En Cuba, acudir a un supermercado y elegir entre gamas y marcas es tarea imposible para los ciudadanos de a pie. La distribución de alimentos está racionada mediante las libretas de abastecimiento, típicas en los países soviéticos o en España tras la guerra. En ellas, cada familia tiene derecho a una serie de alimentos y productos de higiene básicos según el número de miembros. Y no puede elegir.

Las familias deben hacer equilibrios para gestionar el uso de diez huevos al mes -uno de los productos más importantes de la dieta diaria por ser el proteico disponible más barato, según Omar Rodríguez del Observatorio Cubano de Derechos Humanos- y un sólo tubo de pasta o un paquetito de compresas cada dos o tres meses.

Tomar leche si tienes más de siete años

Además de la escasez radical de productos como la carne de vaca, casi invisible en la isla, otros alimentos están directamente restringidos. La leche, por ejemplo, está confinada a los niños menores de siete años.

Tener acceso a este tipo de alimentos o cantidades extra está limitado a aquellos que puedan conseguir dólares o CUC (moneda para extranjeros de circulación en Cuba)y comprar en los carísimos "shopping" (así se llama en Cuba a las tiendas para comprar con divisas)o a precio de oro en el mercado negro.

Pero los sueldos se cobran en pesos, y por ello, el Observatorio denuncia a lainformacion.com los abusos de la economía sumergida y la situación de muchos cubanos, que son "casi obligados a delinquir para satisfacer sus necesidades básicas".

Viajar al extranjero

Cualquier español debe pedir un visado si quiere entrar en un país fuera de la Unión, pero nunca pedir permiso para dejar su propio país.

En cambio, un cubano que quiera salir de la isla debe solicitar al Gobierno el "Permiso de Salida al Exterior", lo que los cubanos llaman "Tarjeta Blanca". Un documento que suele ser denegado, informa Human Rights Watch. La activista Yoani Sánchez denuncia a lainformacion.com que el Gobierno ha rechazado su permiso para recoger algún galardón o conferencia en el extranjero, más de 15 veces.

Incluso, para un cubano tampoco es fácil desplazarse dentro de su propio país, ya que igualmente se debe qpedir permiso para visitar familiares o trasladarse a otra provincia. Para vivir también quedan prohibidas ciertas zonas "congeladas" en La habana u otras ciudades para altos dirigentes civiles y militares, según el Observatorio.

Navegar libremente por internet

Sólo funcionarios y personas afines al Partido Comunista pueden acceder libremente a internet. El resto de la población está limitada a acudir a cafés u hoteles controlados por la censura y con tasas de conexión muy caras, según expone el Comité Internacional de protección a los Periodistas (CPJ).

Aquellos activistas que denuncian los abusos de poder o la falta de libertad deben acudir a las embajadas extranjeras o utilizar dominios extranjeros para poder publicar sus opiniones en la Red, denuncia Amnistía Internacional.

Tener una antena parabólica

El mismo mercado negro que abastece a los cubanos de pollo, leche en polvo, jabón o detergente, ofrece una televisión alternativa a través de las antenas parabólicas prohibidas, como denuncia Yoani Sánchez en su blog.

La Fundación Hispano-Cubana, con sede en Madrid, también comenta esta realidad en uno de los números de su revista. La posesión o montaje se considera un delito y se organizan redadas para confiscarlas.

Sin embargo, muchos cubanos las utilizan de forma clandestina y las fabrican con yeso, papel de aluminio o incluso sombrillas. Algunos activistas comentan desde sus blogs que La Habana esconde miles de estas antenas caseras con las que pueden recibir programas de Miami por ejemplo.

Hacerte rico o prosperar legalmente

Para el Gobierno, la iniciativa privada es "como un bonsai al que no se le permite crecer", explica Rodríguez, del Observatorio Cubano de Derechos Humanos a lainformacion.com. "Cuando una rama empieza a sobresalir demasiado o el árbol a hacerse frondoso se activa la cláusula del "enriquecimiento indebido" y entonces llegan las multas, las expropiaciones, las investigaciones, etc."

En cuanto a las supuestas aperturas de Raúl Castro en la materia, se limitan a la figura de los "cuentapropistas", según expone Carlos Vidal, profesor de Derecho Constitucional en la UNED. Negocios improvisados y muy pequeños en los que un cubano malvende lo que puede.

La premisa popular sigue siendo la misma: "Aquí nada es de nadie, todo es del Estado", comenta Rodríguez.

Los sueldos también están delimitados según escalas: técnicos, obreros cualificados o profesionales y licenciados como médicos e ingenieros. Dentro de cada grupo el sueldo oscila entre 7 y 12 dólares al mes para los primeros y entre 15 y 20 para los segundos, comentan desde el Observatorio.

Para huir un poco de estas cantidades miserables, muchos cubanos buscan trabajo en el sector turístico o de servicios para extranjeros: "En esos trabajos un cubano no pregunta por el sueldo, que sigue siendo en pesos, sino por "lo que se puede resolver", comenta Alejandro González del Observatorio. Esta expresión alude aunas jabas o "bolsitas" que se consiguen en hoteles y cafés con pequeñas cantidades de champú, jabón o aceite extra.

Otro tipo de censura puede ser algo más evidente dentro del régimen:

Leer autores internacionales como Orwell o nacionales como Raúl Rivero

"Hasta hace algunos años -cuenta Rodríguez- la música de Raphael, Julio Iglesias o José Feliciano estaban prohibidas en la isla". Cualquier autor nacional o internacional que sea percibido como un "enemigo imperialista del socialismo" queda censurado.

Novelas como "1984" o "Rebelión en la granja" de Orwell, los versos del cubano Raúl Rivero o los la obra de Guillermo Cabrera Infante están prohibidos, tanto en su posesión como su publicación o edición, según relata Omar Rodríguez.

Poseer o difundir la Declaración de Derechos Humanos

El texto está completamente exento del sistema educativo cubano, según denuncia el Observatorio de Derechos Humanos. En la práctica, el Gobierno lo califica como "propaganda enemiga" y su difusión o posesión constituye un delito castigado con penas de hasta cuatro años de cárcel.

La organización ilustra la censura con el caso de Jorge Castorberi Díaz, coordinador nacional del movimiento Democrático Voz del Pueblo, que fue detenido durante 5 horas y a quien se confiscó un portátil y una impresora por fundamentar su trabajo en los 30 puntos del documento. Lo más chocante es que Cuba es uno de los países firmantes del manifiesto.

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María Sorribes Catret
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