¿El acercamiento político representa un progreso social en los Balcanes?

  • Expertos en la antigua Yugoslavia señalan que la reconciliación entre los líderes políticos no curará las profundas heridas de la guerra.
El boicot de Karadzic amenaza con estancar su juicio
El boicot de Karadzic amenaza con estancar su juicio
Phil Cain | GlobalPost

(Graz, Austria). Durante los últimos meses, hemos sido testigos de una serie de acontecimientos relacionados con la ex Yugoslavia que parecen indicar el comienzo del camino hacia la reconciliación. Será un proceso largo y complicado. Pero los expertos en los Balcanes advierten que la reconciliación no es el motivo ni una de sus consecuencias.

El mes de marzo comenzó con el ex presidente serbio Radovan Karadzic preparando su defensa por crímenes de guerra ante el Tribunal Internacional para la ex Yugoslavia, en La Haya. Su versión de los hechos, sin duda, perjudicará aún más las ya difíciles relaciones con Bosnia. Un episodio adicional de acritud étnica estuvo a cargo de Serbia que solicitó la extradición [desde Gran Bretaña] del ex presidente bosnio Ejup Ganic por crímenes de guerra.

Pero en el último día de marzo, las cosas tendieron a calmarse. El parlamento serbio aprobó por un estrecho margen una resolución que condena la masacre de 8.000 musulmanes bosnios en Srebrenica, a manos de las fuerzas serbio-bosnias. Este es un de los 11 crímenes de guerra que se le imputan a Karadzic. La declaración disgustó a muchos musulmanes por no incluir la palabra "genocidio", pero fue apoyada por la Comisión Europea como "un paso hacia adelante".

La semana anterior a la resolución, Serbia y Croacia –dos ex combatientes- dieron muestras de buena vecindad. El presidente serbio Boris Tadic mantuvo dos encuentros con su homónimo croata, el recién electo Ivo Josipovic. Se reunieron en Croacia y luego en Bruselas. Más allá de las fotografías con una amplia sonrisa, ambos líderes acordaron intentar resolver los juicios por crímenes de guerra fuera de los tribunales.

Para Denisa Kostovicova, experta en los Balcanes en la London School of Economics, todas estas actividades no son señales de reconciliación porque la ex Yugoslavia comparte un mismo sentimiento, el de víctimas. Como la idea de "reconciliación" implica la necesidad de aceptar la culpa u ofrecer perdón por los crímenes, esto representa un problema en los Balcanes, una región donde no ha habido un reconocimiento compartido de que esos acontecimientos incluso se produjeron, sostiene Kostovicova.

"Si se habla de reconciliación probablemente se está poniendo el listón tan alto que ni siquiera se notarán los avances",  añade.

"Los países de la ex Yugoslavia viven con un pasado falso, en el que filtran y dejan fuera todos los acontecimientos dolorosos o defienden un pasado indefendible", añade Vedran Dzihic, de la Universidad de Viena. "Eso significa que aún estamos ante una situación en que aún no se ha restablecido la confianza y la reconciliación entre las comunidades étnicamente diferentes. Y por ahora, el pasado se utiliza erróneamente con fines políticos".

Según Kostovicova, el juicio por crímenes de guerra se utiliza más como una forma de agradar a la comunidad internacional, en especial a la Unión Europea, que para entender la historia reciente. "Es un enfoque de ir pasando páginas, pero no hay un sentido más profundo de cuestionamiento a nivel social". Croacia es candidata a integrar la UE y Serbia ya ha presentado su solicitud. La UE, según Kostovicova, debería ir más allá y observar cómo aquellos que son entregados [a la justicia] en La Haya a menudo son considerados héroes en sus países.

Con respecto a la resolución de Serbia en que condena Srebrenica, "lo que perturba es que el debate demostró que las actitudes han cambiado muy poco", afirma Kostovicova. "No significa mucho" hasta que Serbia no encuentre y extradite a Ratko Mladic, el general serbio bosnio que dirigió la operación en Srebrenica y que sitió Sarajevo durante cuatro años, añade.

Más allá de los círculos políticos, el progreso es limitado. "Las organizaciones de la sociedad civil realmente quieren hablar de estos crímenes abiertamente para ver qué pasó", explica Kostovicova. Una de estas iniciativas es la Comisión Regional para el Establecimiento de los Hechos sobre los Crímenes de Guerra en la ex Yugoslavia. En otros casos, han sido los programas de tele-realidad los que han llenado el vacío allí donde la sociedad civil ni el gobierno han podido dar información sobre los desaparecidos durante la guerra.

"El establecimiento de una historia común seguirá siendo un sueño durante muchos años, pero esto no quiere decir que no se pueda hacer nada. La población comenzará a avanzar hacia un futuro compartido y una percepción común del pasado sólo si su vida diaria deja de recordarles el dolor del pasado", opina Dzihic. "Las élites políticas tienen que dejar de reinventar y manipular el pasado para que se puedan crear las condiciones para la reconciliación".

De hecho, la vida diaria de los residentes de los Balcanes sigue estando dividida. Mientras los croatas y los serbios (incluidos aquellos que viven en Bosnia) no necesitan visados para viajar a la UE, los musulmanes bosnios no disfrutan del mismo privilegio. Y en Bosnia, muy pocos estudiantes van a la escuela junto a otros grupos étnicos. "En este momento, los textos escolares de toda la ex Yugoslavia son la fórmula para otro conflicto más adelante", explica Kostovicova. "Hay jóvenes que son menos tolerantes que sus padres. Su mundo está definido por la guerra y el aislamiento y ahora están en salas de clases separadas".

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