El cubano Puig causa sensación en Los Ángeles con una semana de ensueño

  • Se sabía que el novato cubano Yasiel Puig tenía las mejores cualidades para jugar en las Grandes Ligas, pero los hechos tras su debut han superado todas las expectativas que los Dodgers de Los Ángeles tenían puestas en él.

Redacción Deportes (EEUU), 10 jun.- Se sabía que el novato cubano Yasiel Puig tenía las mejores cualidades para jugar en las Grandes Ligas, pero los hechos tras su debut han superado todas las expectativas que los Dodgers de Los Ángeles tenían puestas en él.

Puig, de 22 años, es la sensación del momento tras una primera semana memorable con los Dodgers después de lograr .464 de promedio de bateo, 964 de porcentaje de slugging, pegar 13 imparables en 28 turnos, cuatro jonrones y 10 carreras impulsadas en siete partidos que le hicieron merecedor el premio de Jugador de la Semana en la Liga Nacional.

Su accionar al pegar dos jonrones en un juego y un grand slam en otro, ayudaron a que los Dodgers, que marchan últimos en su división pese a una nómina de 215 millones de dólares, la más alta de las Grandes Ligas, ganasen cuatro de siete juegos.

"He llegado para ayudar al equipo y si lo he conseguido, me alegro de ser parte de esa recuperación", declaró Puig, que se siente más cómodo con el bate en las manos que ante los periodistas.

Además aprecia que también haya sido acogido con gran entusiasmo por los seguidores de los Dodgers, que comienzan a verlo como su ídolo.

"Estoy contento porque los aficionados usan mi camiseta y dicen mi nombre", expresó Puig. "Creo que ahora debo hacer todavía mucho mejor las cosas".

El piloto de los Dogers, Don Mattingly, no tiene problemas en reconocer que le encantan la personalidad y el entusiasmo de Puig, que se hace evidente cuando corre detrás de una bola, se posiciona en el jardín derecho o en la forma en que circula las bases.

"Tiene una forma de jugar contagiosa", señaló Mattingly. "Disfruta el juego. Como debe ser".

El impacto que está teniendo el joven pelotero cubano ha hecho que se lo compare con el que tuvo el dominicano Manny Ramírez cuando llegó a Los Angeles en julio del 2008.

En su primer mes, Ramírez bateó de .415 con 25 carreras producidas, nueve jonrones y 21 anotadas. Pronto a un sector de la tribuna se le empezó a decir "Mannywood", haciendo un juego de palabras con Hollywood. El dominicano terminó cuarto en la votación para elegir al Jugador Más Valioso (MVP) de esa temporada.

"Había visto jugar a Manny y sabía lo que podía hacer", declaró Mattingly, quien por entonces era entrenador de bateo con los Dodgers. "Pero este muchacho es distinto. Cuanto más lo observas, más fe le tienes".

Con el jardinero central Matt Kemp y el guardabosque izquierdo lesionados, los Dodgers se decidieron por Puig y lo subieron del equipo de Chattanooga de la Doble A.

Mattingly lo puso en el jardín derecho y primero en el orden al bate.

Puig llamó la atención con un tiro sorprendente en el noveno episodio de su primer partido. Atrapó la pelota cerca del muro y sacó un lanzamiento a primera que dio lugar a una doble matanza que terminó el juego, que los Dodgers ganaron 2-1 ante los Padres de San Diego.

La noche siguiente bateó dos cuadrangulares en un triunfo 9-7. El miércoles pasado bajó a tierra y se fue en blanco en cuatro turnos, incluidos dos ponches.

Pero en su siguiente partido bateó un jonrón con la casa llena que hizo que el renombrado narrador Vin Scully gritase, "¡No lo puedo creer!".

Puig es apenas el tercer jugador desde 1900 con tres jonrones en sus primeros cuatro partidos, de acuerdo a la información ofrecida por los Dodgers.

Pero la joven promesa cubana siguió encendida y el pasado viernes también boto la pelota fuera del parque.

Puig habla poco inglés y cuando se le preguntó a Mattingly cómo hace para comunicarse con él, el piloto respondió: "No tengo que decirle nada. Solo 'haga lo que sabe' y como hemos podido comprobar es mucho y bien".

El rendimiento de Puig se ha convertido en el motivo de conversación que más entusiasmo genera en Los Ángeles, además que en el campo los fanáticos siempre le piden que salga a saludar fuera del "dogout".

Su compatriota, el actor Andy García fue a conocerlo personalmente junto a su esposa Marivi y los Dodgers ordenaron una cantidad de casacas con su número 66 que pusieron a la venta a durante el pasado fin de semana con un éxito completo.

"El cubano proyecta otro tipo de energía", comentó el segunda base Skip Schumaker. "Es sorprendente. Cada vez que sale a batear te da la sensación de que algo va a suceder".

Puig deslumbró a la afición con su velocidad, su potencia y la fuerza de su brazo. Sus turnos al bate son algo que nadie se puede perder, sin importar el resultado.

Es uno de esos jugadores que le tiran a todo y por lo tanto una amenaza permanente para los lanzadores.

"Sale con la intención de hacer daño", declaró el lanzador Ted Lilly. "Es muy difícil de controlar".

Cada vez que sale a batear, Puig se para donde empieza el césped y con su bate hace una cruz en la tierra.

"Le agradezco a Dios por todas las cosas buenas que está haciendo por mí", explicó Puig. "Todo lo que tengo se lo debo a él y estoy muy contento de poder estar viviendo mi sueño aquí en Los Ángeles".

Una semana es poco tiempo para decir si tendrá un impacto duradero, pero el comienzo no podía ser más esperanzador y productivo.

"Habrá que ver qué pasa después de seis u ocho semanas, cómo se adaptan los rivales a él y cómo se ajusta él a ellos", manifestó el lanzador de los Bravos de Atlanta, Tom Hudson. "Pero tiene grandes cualidades".

Los novatos generalmente batean menos cuando enfrentan a los lanzadores por segunda o tercera vez en la temporada.

"Es muy pronto para saber si esto sigue", advirtió el abridor estelar de los Dodgers, Zack Greinke. "No hay que darle demasiado crédito a la gente muy rápido".

Los Dodgers, aunque apenas habían visto a Puig accionar en el campo, en junio del 2012, lo firmaron por siete años y 42 millones de dólares, el mayor contrato firmado por un desertor cubano.

Puig recibió una bonificación de 12 millones de dólares por firmar y esta temporada tiene un salario de dos millones de dólares.

El joven pelotero cubano vive en Miami, donde compró una casa para sus padres y su hermana de 17 años, todos los cuales asistieron a su debut en las mayores la semana pasada.

Sus proezas pueden haber tomado por sorpresa a la afición, pero los Dodgers sabían de lo que era capaz. Si bien lo mandaron a las menores, durante la pretemporada se entrenó con el equipo y vieron su talento durante el campo de entrenamientos.

En abril, Puig fue arrestado por manejar a 97 millas (156 kilómetros) por hora en una zona donde la velocidad máxima permitida era de 50 millas en Chattanooga, Tennessee.

Puig aparentemente se adaptó bien al clubhouse, donde su armario está entre los de dos peloteros que hablan español, los mexicanos Luis Cruz y Adrián González, quien le recomendó que "sea él mismo".

"Es un tipo vital, que desea salir al terreno. Le encanta el béisbol y siempre tiene una sonrisa en la boca", dijo González. "Esto no es algo para lo que no estaba preparado".

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