El discurso que unió un país

  • Obama ha salido reforzardo tras su discurso en el acto homenaje a las víctimas de Arizona. Desde los sectores más conservadores se escuchan alabanzas a su "alentadora" alocución y aseguran que en ese momento se convirtió en "nuestro presidente".
EFE
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De nuevo el presidente de EEUU, Barack Obama, marcó las pautas del debate en su país con un discurso. Las palabras de su intervención en el acto homenaje a las víctimas del tiroteo de Arizona han reforzado su imagen al lanzar un llamamiento a una nueva era política "más civilizada" y de mayor unión.

Las reacciones a sus palabras en Tucson han sido mayoritariamente positivas, tanto entre los sectores de la izquierda como entre los de la derecha política. Uno de los principales críticos del presidente, el comentarista conservador Glenn Beck, declaró en la cadena Fox News que "éste es probablemente el mejor discurso que haya dado, y con toda sinceridad gracias, señor presidente, por convertirse en el presidente de Estados Unidos de América la pasada noche".

Por su parte, el diario The New York Times considera en su editorial que la alocución de la pasada noche "posiblemente fue uno de los mejores y más alentadores discursos" de Obama.

El presidente estadounidense tenía ante sí una misión compleja en la ceremonia de homenaje a las víctimas, seis muertos y catorce heridos, en el tiroteo del pasado sábado: consolar a los ciudadanos, sin caer en la sensiblería, y ofrecer motivos de esperanza.

Según los comentaristas, lo logró. Un presidente al que se le había criticado en varias ocasiones por ser demasiado cerebral y no conectar con los ciudadanos se mostró claramente implicado en su alocución.

"En un momento en el que nuestro discurso se ha polarizado tan drásticamente, cuando estamos demasiado dispuestos a echar la culpa de todo lo malo en el mundo a quienes piensan de modo diferente, es importante que paremos un momento y nos aseguremos de que nos hablamos los unos a los otros de manera que cure, no que hiera", instó el presidente estadounidense.

A su derecha estaba sentado en este acto, Daniel Hernández, el nuevo héroe nacional tras su intervención en el tiroteo. El joven de 20 años, que sueña con dedicar su vida al servicio público, cree en una política constructiva y en lo absurdo de los ataques diseñados para conseguir votos, una idea que subraya el llamamiento de anoche de Obama, en el que pedía avanzar hacia una nueva era política de un tono "más civilizado".

Los momentos más emotivos

El presidente llego a conmover a los presentes cuando reveló que la congresista Gabrielle Giffords, el objetivo principal del ataque, según la policía y herida en la cabeza, había abierto los ojos por primera vez el miércoles.

E hizo saltar las lágrimas -él mismo tuvo que contener la respiración y carraspear para poder seguir adelante- al recordar a la fallecida más joven en el ataque, Christina Taylor Green, de nueve años. "Si hay charcos en el cielo, hoy Christina está chapoteando en ellos", declaró Obama, mientras los presentes prorrumpían en aplausos.

Pero, sobre todo, lanzó un llamamiento para dejar de lado la retórica combativa y partidista que ha caracterizado a la política estadounidense en los últimos tiempos, y que amenazaba con agravarse más aún tras el tiroteo del sábado y el debate sobre los supuestos motivos del atacante.

"Quiero que vivamos según sus expectativas. Quiero que nuestra democracia sea tan buena como (Christina) la imaginó. Todos nosotros debemos hacer cuanto podamos para garantizar que nuestro país cumple las expectativas de nuestros hijos", declaró.

Obama se había implicado muy personalmente en la redacción de este discurso, que siguió corrigiendo hasta el momento de llegar a Tucson. Según declaró a la cadena CNN el historiador presidencial Douglas Brinkley, "al final del discurso, prácticamente podías sentir cómo la gente se abrazaba por el entusiasmo, el cariño y el amor en aquel pabellón".

El presidente, reforzado

El discurso contribuye a lo que es una incipiente recuperación del presidente estadounidense en las encuestas, tras los logros legislativos el mes pasado en el Congreso -incluido un acuerdo con los republicanos sobre recortes de impuestos- y sus llamamientos a la colaboración bipartidista desde entonces.

Un sondeo que publica la Universidad Quinnipiac indica que la mayoría de los votantes cree que Obama es mejor presidente que George W. Bush, o de lo que hubiera sido su rival electoral, John McCain.

La encuesta, con un margen de error del 2,4 por ciento y una muestra de 1.647 votantes, otorga a Obama una popularidad del 48 por ciento, frente al 44 por ciento que mostraba en noviembre.

Obama comenzará ahora a concentrarse en su discurso del día 25 sobre el estado de la Unión, en el que planteará sus prioridades legislativas para este año. Para entonces, las exhortaciones a la unidad que se han multiplicado en ambos partidos probablemente se hayan acallado. Pero para Obama, el discurso de la pasada noche puede haber marcado un punto de inflexión en su presidencia.

Michelle pide tolerancia

En una carta abierta publicada en la página web de la Casa Blanca, la primera dama de EEUU, Michelle Obama, pidió a los padres de familia que utilicen la tragedia del sábado pasado en Tucson para enseñar a sus hijos "el valor de la tolerancia", incluso cuando hay desacuerdos con otros.

Michelle Obama señaló que, al igual que otros niños en muchos hogares en el país, sus hijas Sasha y Malia han hecho preguntas sobre el incidente "que no se prestan a respuestas fáciles".

Las preguntas de los niños, señaló la primera dama, "proveerán una oportunidad para que, como padres, les enseñemos valiosas lecciones sobre el carácter de nuestro país, los valores que atesoramos y la búsqueda de la esperanza en unos momentos en que parece lejana".

"Podemos enseñarles el valor de la tolerancia, la práctica de esperar lo mejor, no lo peor, de los demás. Podemos enseñarles que den a otros el beneficio de la duda, particularmente a aquellos con los que tienen desacuerdos", observó en la carta.

"Podemos explicarles que, aunque no estemos siempre de acuerdo con quienes nos representan, los que entran a la vida pública lo hacen porque aman a su país y quieren servirle", enfatizó.

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