El equipo aprende a ganar sufriendo

  • Ginés Muñoz.

Ginés Muñoz.

Mónaco, 27 ago.- Ya lo dijo Guardiola tras la conclusión del partido ante el Oporto, que el Barcelona ganó 2-0. Finales tan plácidas como la de la última 'Champions' en Wembley ante el Manchester United son un 'rara avis' en el fútbol actual.

La de ayer en el Luis II no fue precisamente un paseo militar para el Barça, pero no importa, porque este equipo ha hecho del triunfo su rutina y de levantar copas una buena costumbre.

Lo mismo lo hace arrasando desde el primer minuto que sufriendo ante un rival físicamente superior, ofreciendo un hermoso espectáculo futbolístico como el de Londres o recurriendo a su efectividad y pegada para resolver partidos de mayor exigencia como el de ayer en Mónaco o los dos de la última Supercopa de España ante el Real Madrid.

Se trata de un grupo con "un alma competitiva que no tiene límites", como destacó Guardiola tras la conclusión del partido, porque solo así se explica que pueda seguir ganando, después de haberlo ganado todo, y volverlo a ganar, tres años después.

Porque en estos últimos tres años, el Barcelona de Pep ha levantado nada menos que doce títulos, lo que da una media de cuatro por año. "Una barbaridad, algo impensable en el fútbol actual", apunta el técnico azulgrana.

Comandados por el genio de Messi, el mejor jugador del planeta y quién sabe si ya de la historia, los catalanes solo han dejado escapar en las últimas cuatro temporadas dos Copas del Rey y una Liga de Campeones.

Anoche, el Oporto, como ya hiciera el Madrid hace unas semanas, salió a por todas desde el inicio, asfixió al Barça e intentó sembrar la zozobra. También lo hizo el Manchester en las dos últimas finales de 'Champions', o el Athletic en la final de la Copa del Rey de hace dos años.

El intento siempre acaba siendo fallido y el desenlace el mismo: el Barça jamás se descompone, aguanta el tipo, espera a que aparezca en el rival una mezcla de desesperación, cansancio y ansiedad por no conseguir su propósito y entonces se pone al mando de las operaciones.

"Se trata de una situación que mis jugadores han vivido tantas veces, que saben perfectamente como afrontarla. Saben como jugar finales transmitiendo esa serenidad", afirmaba Guardiola tras la Supercopa de ayer.

El caso es que lejos de dejarse ir, el 'Pep Team' versión 4.0 ha arrancado la temporada ganando las dos Supercopas, y antes de que acabe el año podría lograr el tercer título si conquista de nuevo el Mundial de Clubes.

Entonces estaría en disposición de repetir el 6 de 6 que logró hace dos temporadas. Algo que ningún equipo había conseguido antes y que la voracidad de los azulgranas ha convertido en factible de nuevo.

De momento, el Barcelona ya no necesita jugar bien para ganar títulos. Y eso, lejos de hacerle más vulnerable lo hace aún más temible, porque tiene la inercia del campeón.

Además, dispone para lograrlo de la mejor plantilla de la era Guardiola, pues al grupo de la temporada pasada se añaden ahora tres nuevas piezas -Cesc, Alexis y Thiago, este último ya como miembro de pleno derecho- cuyo trascendencia en el juego del equipo puede ayudar a mantener el nivel de excelencia.

Preguntado por esta circunstancia, Guardiola de momento se mantiene cauto: "¿Si éste es el mejor equipo que he tenido? He tenido equipo escandalosamente buenos. Éste aún tiene que demostrarlo". De momento va por el buen camino.

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