El futuro de Europa pasa por cámaras web de algodón y tierra

  • Cada año la UE recicla mal o exporta ilegalmente más de cuatro millones de toneladas de basura electrónica. Las empresas empiezan a apostar por el hardware biodegradable: cámaras web y conectores USB hechos de algodón, tierra, cartón, pegamento o madera.
Cada año la UE recicla mal o exporta ilegalmente más de cuatro millones de toneladas de basura electrónica.
Cada año la UE recicla mal o exporta ilegalmente más de cuatro millones de toneladas de basura electrónica.
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Teri Schultz - GlobalPost

(Bruselas, Bélgica). ¿Sabes cuánto de tu adorada BlackBerry puede ser absorbido por la naturaleza? ¿Has preparado el plan de defunción de tu preciosa nueva iPad? ¿Has pensado en el reciclaje de tu webcam?

Los empresarios del sector high-tech Marc Aelbrecht, Jean-Pierre D'Haese y Xavier Petre son los cerebros y las conciencias detrás de United Pepper, el primer fabricante de productos electrónicos del mundo que ha recibido la certificación de "comercio justo", lo que abala la sostenibilidad de sus procesos de producción y buenas condiciones laborales en sus talleres en Vietnam.

Para la compañía también es importante el hecho de que sus productos sean biodegradables y reciclables. United Pepper hace unas webcam tan "verdes" que en algún caso han llegado a germinar. El modelo Lili, en forma de pulpo, está relleno de una fibra similar al algodón llamada kapok y de arena del río Mekong. Si se conserva en un ambiente húmedo las semillas de kapok pueden llegar a crecer.

Todo esto forma parte del ciclo de vida completo de los productos electrónicos por el que aboga United Pepper. "Sabemos que estos valores se convertirán en norma con el tiempo", afirma D'Haese en la modesta oficina de la compañía en Bruselas. "Estamos muy convencidos de que esto evolucionará mucho".

Si esa evolución no se produce por elección del consumidor, quizás la fuerce la legislación.

La Unión Europea, que según la ONU produce unos 8,7 millones de toneladas de e-basura al año, tiene actualmente las leyes sobre reciclaje y eliminación de electrónica más estrictas del mundo, dentro de su directiva WEEE, pero aún no se ejecutan con todo el rigor.

El mes pasado un informe preparado por el Parlamento Europeo (que estudia reformar la directiva) revelaba que algunos de los países de la UE no han traspasado aún el uno por ciento de las regulaciones existentes. Karl-Heinz Florenz, el parlamentario alemán que preparó el informe, ha calificado esta situación de "absolutamente atroz".

Mientras la mayoría (se calcula que un 65 por ciento) de los productos eléctricos y de electrónica vendidos en la UE son llevados por los consumidores a los puntos locales de recogida en donde se seleccionan y desmantelan para su reciclaje, a partir de ahí es donde el escenario es menos optimista. Según el informe del Parlamento Europeo, más de la mitad de la basura que se recoge para el reciclaje acaba en procesos inadecuados o exportaciones ilegales.

Las leyes de la UE, por ejemplo, prohíben exportar aparatos electrónicos que no funcionan. Debido a algunos escándalos sobre basura tóxica depositada ilegalmente en países del Tercer Mundo, los líderes europeos se encuentran ahora en el proceso de endurecer aún más las leyes WEEE y comprometerse a una mayor aplicación de las mismas.

Según un borrador de texto adoptado por el Comité del Medio Ambiente del Parlamento Europeo, que será votado en septiembre, el porcentaje de e-basura que cada país miembro es obligado a recoger pasará de los cuatro kilos por habitante actuales a ser el 85 por ciento del total de basura producido por el país.

La versión de la Comisión Europea de esta revisión, que se tendrá que conciliar con la del parlamento, cuantifica la recogida en un 65 por ciento de la basura producida, al peso. Además, los gobiernos tendrán que verificar que tratan toda la e-basura que recogen dentro de sus fronteras, eliminando teóricamente algunos de los transportes ilegales a países en desarrollo.

La comisión quiere que los productores acepten más responsabilidades. Aunque los fabricantes se seguirán comprometiendo a aceptar los bienes electrónicos devueltos, la UE insiste en que sus miembros asuman la responsabilidad sobre las recogidas y de alcanzar el porcentaje requerido de generación de basura. El borrador parlamentario apoya esta postura.

La nueva legislación podría requerir más acción en las etapas de diseño de los productos electrónicos, exigiendo nuevos requisitos para facilitar la reutilización, desmantelado y recuperación.

Los productos de United Pepper ya incorporan estos principios, al comercializar los componentes electrónicos más pequeños posibles en envoltorios ecosostenibles que crean la menor huella en el medio ambiente durante su fabricación. La webcam Lili se puede desmontar simplemente sacando la lente y unos pequeños componentes internos, quitándole el cable y dejando el algodón y el kapok para compost.

Oscar, un conector USB, es aún más biodegradable, ya que está hecho igualmente con kapok, algodón, arena del Mekong, cartón y pegamento, pero sin necesidad de un cable. Una nueva webcam, Cube, está hecha de madera biodegradable, y Xavier Petre asegura que se plantan árboles que sustituyen a los que utilizan para su fabricación.

"Cuando pones 50 euros sobre el mostrador para comprar una webcam, deberías de saber quién está detrás de ella y qué tipo de materiales se han usado", añade.

"No es todo tan verde como quisiéramos", admite, señalando que la lente y el cable no están hechos de materiales biodegradables. "Pero nos estamos moviendo en la dirección correcta".

El objetivo de la compañía es "ayudar a conseguir que la responsabilidad social corporativa y el compromiso medioambiental estén encima de la agenda de todo el mundo".

Para Marc Aelbrecht no se trata de un objetivo utópico. "Es posible. Podemos hacerlo".

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