Ayer la fiscalía de Nanterre, localidad próxima a París, había anunciado que había solicitado poder interrogar al ministro de Trabajo Eric Woerth por el caso L'Oréal en el que se investigan posibles cuentas opacas de la multimillonaria accionista de la firma de cosméticos Liliane Bettencourt.
Woerth aseguró ya ayer estar "muy impaciente" por poder prestar declaración en este caso que le ha salpicado por la presunta financiación ilegal que se habría hecho al partido gobernante UMP, del que él era tesorero hasta su renuncia la semana pasada. Según denuncia un antiguo contable de Bettencourt, ésta habría donado al menos 50.000 euros al partido de Sarkozy durante su campaña electoral de 2007, una cifra mucho mayor de la que permite la ley francesa.
Ahora se espera que Woerth pueda aclarar a la fiscalía las acusaciones de financiación ilegal de la campaña de Sarkozy y las condiciones en las que fue contratada su mujer, Florence, por Clymène, la empresa que gestiona la fortuna de la heredera de L'Oréal. El ministro de Trabajo ha insistido en los últimos días en que él no tuvo "nada" que ver en este hecho, después de que el gestor de la fortuna de Bettencourt, Patrice de Maistre, revelara durante sus interrogatorios que Woerth le contactó para hablar del futuro profesional de su mujer.
Precisamente, la esposa de Woerth, Florence, ha sido interrogada hoy como testigo por los investigadores de la brigada financiera en relación con la fortuna de Bettencourt, según ha informado la fiscalía de Nanterre.
El abogado de ésta, Antoine Beauquier, ha dicho que la había acompañado y se ha mostrado satisfecho con que la mujer del ministro"pueda finalmente explicarse en relación con los rumores de los que ha sido víctima desde hace semanas".
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