El presidente accidental de Nigeria quiere ganar sus primeras elecciones

  • Su nombre es Goodluck Jonathan, y ha llegado a la presidencia nigeriana casi sin quererlo. Jonathan tiene algo muy importante que no tienen sus rivales, gusta mucho a los países extranjeros. Pero cuando se le compara con su predecesor, su figura se desinfla.
El presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan
El presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan
Getty Images
Andrew Walker, Lafia (Nigeria) | GlobalPost

El presidente Goodluck Jonathan tiene una de las carreras más inverosímiles en la historia democrática de Nigeria, si no en la de toda África: es probablemente el único gobernante en activo de un país democrático que pretende volver a repetir como presidente, sin haberse presentado nunca a unas elecciones.

En el polvoriento campo de fútbol de un pueblo del país más poblado de África, Jonathan  comenzó la semana pasada su campaña electoral, los primeros comicios en los que su nombre aparece en las papeletas. Mientras esperaban su llegada en el estadio municipal de Lafia, sus seguidores escuchaban la canción de la campaña del candidato presidencial, que promete "Un soplo de aire fresco".

Jonathan, de 53 años, procede de un entorno sensiblemente diferente al de la mayor parte de los políticos nigerianos. En 1999, este medioambientalista, profesor de Zoología y especialista en peces tropicales, fue nombrado vicegobernador del estado de Bayelsa, en la rica región petrolífera del delta del Níger. En 2005, cuando su superior fue acusado de una serie de delitos de corrupción, Jonathan le sustituyó como gobernador.

En las elecciones de 2007, el gobernante Partido Democrático del Pueblo (PDP) le eligió para ir en las listas del candidato Umaru Yar'Adua, un ex gobernador del norte que finalmente resultó ganador por abrumadora mayoría. Los analistas creen que la falta de ambición de Jonathan le convirtió en una figura de consenso, y las diferentes facciones políticas enfrentadas le aceptaron como vicepresidente.

Cuando Yar'Adua murió el año pasado a causa de una enfermedad crónica que afectó a sus riñones, Jonathan asumió el cargo de presidente de Nigeria.

Ahora Jonathan ha sido designado candidato del PDP a la reelección. Antes de elegirle, el partido impulsó su figura como un candidato de unificación, distribuyendo panfletos en los que se le ve con vestimentas tradicionales del país. Pero algunos políticos de las regiones del norte y sus seguidores se han mostrado contrarios a su elección para encabezar las listas. Según un pacto interno del PDP, el siguiente presidente debería de ser natural del norte, la misma zona que el fallecido Yar'Adua.

De hecho, el partido de la oposición Campaña por el Cambio Progresivo (CPC por sus siglas en inglés), liderado por el antiguo líder militar Muhammadu Buhari, ha recibido un fuerte impulso en algunas zonas del norte debido a la elección de Jonathan como candidato.

En un esfuerzo por lograr apoyo en el norte, Jonathan viajó a Lafia, en el estado de Nasarawa, para lanzar su campaña presidencial. Pero antes de que comenzara el mitin, cuando la comitiva se acercaba al estadio, unos jóvenes lanzaron piedras a los coches. Al día siguiente el candidato del CPC a gobernador en Nasarawa fue detenido por la policía, lo que desencadenó enfrentamientos violentos entre partidarios del PDP y del CPC. En medio de los disturbios, dos niños murieron a causa de disparos de la policía.

En numerosas regiones hay luchas entre los barones del PDP, y según algunos analistas esto está haciendo que la tensión aumente y que se puedan  producir más incidentes.

"Jonathan no es tan bueno imponiendo sus decisiones políticas como su predecesor Olusegun Obasanjo", asegura Bashir Sa'ad Abudullahi, editor del servicio Hausa de la BBC.

"Antes, si había un enfrentamiento entre gente del partido, el presidente Obasanjo les sentaba y les decía 'Esto es lo que quiero; o lo haces o dejas el partido'. Pero Jonathan quiere agradar a todo el mundo. Y eso hace que no sea tan fuerte".

Nigeria es el principal productor de petróleo de África, pero sus ciudadanos carecen de trabajo, electricidad y otros servicios. El mal gobierno impide que el dinero que se gana con el petróleo se utilice para mejorar la vida de la gente corriente.

Las condiciones de seguridad en el país también han empeorado en los últimos meses.

Cientos de personas han muerto por choques violentos entre comunidades en el estado de Plateau; en el norte han surgido los islamistas de Boko Haram y los rebeldes del delta del Níger amenazan con realizar más ataques en la región. También son cruciales para las reformas en el sector del petróleo que Jonathan ha prometido aprobar antes de mayo.

Si gana estas próximas elecciones, la fortuna quizás siga a favor de Goodluck [nombre que significa "buena suerte"] Jonathan.

El precio internacional del petróleo se mantiene elevado, a más de 100 dólares por barril, y probablemente podrá mantenerse en esos niveles durante algún tiempo.

Además, el sector eléctrico de Nigeria está a punto de ser privatizado. Hay varios financieros nigerianos dispuestos a invertir, según admiten personas cercanas al proceso pero que no pueden hacer declaraciones a la prensa.

Para cerrar con éxito la privatización, hay que lograr atraer a empresas extranjeras que se encargarían de construir y gestionar las centrales eléctricas para los inversores nigerianos. Y aquí es donde Jonathan gana fuerza, aseguran algunas figuras claves del gobierno.

"Jonathan es muy popular en el extranjero, y su conexión con la comunidad internacional es vital para el éxito futuro de Nigeria", admite el actual gobernador de Bayelsa, Timipre Sylva.

Mientras Jonathan se mantiene atareado asegurando al mundo exterior que si gana llevará reformas y cambios positivos a su país, el mensaje que transmite en casa es más confuso.

Irónicamente, al mismo tiempo que los músicos en Lafia cantaban cómo Jonathan cambiará Nigeria, el actual gobernador de la región, del mismo partido que el presidente, desarrolla su campaña para la reelección bajo el eslogan "Continuidad para el progreso".

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