En presencia de la embajadora de Francia, Catherine Colonna, y de varios responsables gubernamentales y municipales, decenas de personas se concentraron alrededor de la célebre fuente.
El grupo observó un silencio religioso, en tanto que varios turistas, que no habían escuchado o entendido el corto mensaje transmitido por una débil megafonía, continuaron sacándose fotos delante de la fuente y lanzando monedas al agua.
Después de algunos minutos de silencio, las luces volvieron a encenderse, y los participantes aplaudieron, de acuerdo a la tradición italiana.
"Para Francia, son jornadas de dolor, agradezco a Italia y Roma", ciudad hermanada con París desde 1956, declaró la embajadora. "Esta ceremonia nos dice que la vida tiene que ser bella, debe ser la 'dolce vita'. ¡Viva la vida, viva la libertad, viva Italia!", agregó, haciendo alusión a la película de Federico Fellini que quedará para siempre asociada con la fuente.
Desde el viernes de noche, en Italia se multiplicaron los gestos de solidaridad con París. En Florencia, el David de Miguel Ángel portaba un brazalete negro, y en los estadios de fútbol resonó La Marsellesa antes de cada partido.
En Holanda, varios edificios fueron iluminados con los colores de Francia este domingo de noche, entre ellos el palacio real de Ámsterdam y el puente Erasmo de Rotterdam.
En Dubái, Burj Jalifa, la torre más alta del mundo, fue iluminada este domingo en azul-blanco-rojo.
Al igual que la antiquísima pirámide de Keops en Egipto, que fue iluminada este domingo hacia las 19H30 con los colores de Francia, pero también de Líbano y Rusia, por el atentado ocurrido el jueves pasado en Beirut con 44 víctimas mortales, y el siniestro del avión ruso en el que murieron 224 personas, días pasados en el Sinaí egipcio.
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