Familiares de la pareja escondida en Túnez confiesan que pensaron en un secuestro

Los familiares de Cristina Rubio y Juan Carlos Sánchez, los dos turistas valencianos que se ocultaron en un cuarto de limpieza durante casi 24 horas en el Museo del Bardo durante el atentado yihadista en Túnez, han mostrado su alivio y han confesado que durante las horas de incertidumbre, al no encontrarles en la lista de heridos, fallecidos o en los hospitales, barajaron la posibilidad de que el Estado Islámico les hubiese secuestrado.

El padre de Cristina Rubio, David Rubio, ha explicado que el matrimonio intentó llamar a emergencias y al guía del autobús, pero que no podían comunicarse porque no tenían conexión ni cobertura. "Decidieron quedarse allí a su suerte y sobre las 10.00 los encontraron", ha apostillado.

En una entrevista en RNE recogida por Europa Press, Rubio ha agradecido el trato a la embajada de España en Túnez, ya que el embajador español en el país africano, Juan López-Dóriga Pérez, y la cónsul, Bibiana Zamora Giménez, han estado toda la noche con ellos y los hijos de los fallecidos en el atentado, Antoni Cirera y Dolors Sánchez, que celebraban sus 50 años de matrimonio.

En cuanto al embarazo de Cristina, su padre ha dicho que le han hecho pruebas en Túnez pero se le harán más a su llegada a España para ver cómo está la niña. Preguntado si ésta se llamará Túnez, ha contestado que no lo tiene confirmado y que el nombre que tenían pensado antes de irse de viaje era Martina. Fue el ministro de Salud tunecino, Said Aidi, el que aseguró que le pondrían a su hija el nombre del país.

Por su parte, el abuelo de Cristina Rubio, Salvador Rubio, ha asegurado, en declaraciones a Antena 3 recogidas por Europa Press, que todavía se encuentra en estado de shock. "Si le hubiese ocurrido algo no sé qué habría sido de mí, ahora voy a ser bisabuelo y es un amor y una ilusión tan grande que no lo puedo asimilar", ha confesado emocionado.