FARC se oponen a "encierro" de guerrilleros e insisten en zonas paz

  • Las FARC, que negocian el fin de una lucha armada de medio siglo en Colombia, advirtieron el jueves que jamás aceptarán que sus guerrilleros sean encerrados e insistieron en pedir zonas desmilitarizadas de paz para concentrar a sus tropas cuando se desmovilicen.

"Quieren algunos vernos concentrados en una especie de corralejas para humanos, en unos encierros propios de su imaginario. Está lejos esta idea de lo que debe acontecer, en la medida en que buscamos una paz entre iguales, y no una claudicación", dijo el jefe rebelde Iván Márquez, en una declaración leída en La Habana.

Márquez, quien encabeza la delegación de las FARC que dialoga con el gobierno desde hace tres años, entró en un nuevo contrapunteo con los negociadores oficiales, tras su negativa a discutir la creación de las llamadas "zonas especiales de paz".

"Es de nuestro interés vivir con nuestras familias, y no en corrales, sino en territorios en los que reine la paz", sostuvo Márquez.

En armas contra el Estado desde 1964, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) plantearon hace una semana al gobierno la creación de zonas especiales de paz en los territorios donde, durante décadas, han ejercido influencia.

En esas zonas, según la guerrilla, no habrá ejército y se reparará a las víctimas del conflicto armado.

El martes el gobierno, a través de sus enviados a La Habana, se opuso férreamente a lo que las FARC llamaron en un principio "territorios especiales de paz (terrepaz)".

"Nunca hemos pensado en una Colombia fragmentada, no hace parte de nuestro imaginario. ¡Jamás lo hemos pensado! Los famosos 'terrepaz' hacen parte del imaginario de las FARC", dijo el general retirado Jorge Mora, miembro del equipo oficial.

Márquez negó que su organización pretenda zonas exclusivas para guerrilleros y señaló que en los territorios que están reclamando "tendrá que prevalecer (...), por necesaria, la función de policía".

Las FARC y el gobierno buscan firmar la paz en Cuba antes del 23 de marzo de 2016, tras lo cual esa guerrilla depondría las armas y se convertiría en un partido político.

El acuerdo en discusión ofrece verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición para las víctimas del enfrentamiento, que según estadísticas oficiales dejó unos 220.000 muertos y seis millones de desplazados.

vel/rd/sgf/

Mostrar comentarios