Haití en tiempos de cólera

  • Los casos de cólera en Haití comienzan a ser menos severos y el ritmo de nuevas muertes se está ralentizando, pero aún hay más de 3.300 enfermos que atender. Los padres se han convertido en enfermeros mientras los niños permanecen tumbados al lado de sus abuelos. Una oleada de pacientes gravemente enfermos de cólera ha sobrepasado la capacidad del personal del hospital de San Nicolás, en la pequeña ciudad haitiana de Saint Marc.
¿Consiguen frenar la epidemia?
¿Consiguen frenar la epidemia?
EFE | Getty
Maura R. OConnor | GlobalPost

(Saint Marc, Haití). Familiares desesperados sostienen las bolsas de suero intravenoso de los cientos de pacientes que se agolpan en el suelo de todos los pasillos y salas del hospital. Todos padecen diarreas severas y vómitos, y muchos meten sus cabezas en palanganas con agua para aliviar la fiebre que ha empapado sus ropas de sudor.

"He hablado con todos mis colegas haitianos y ninguno de ellos había visto nada como esto, a esta escala, antes", afirma Koji Nakashina, un médico estadounidense de Partners in Health que trabaja en el hospital.

El número de muertos en el país ya asciende a más de 250 muertos y más de 3.300 enfermos, según datos oficiales. El número de muertes ya ha bajado el ritmo de crecimiento y la situación tenderá a estabilizarse, según el ministerio de Salud haitiano y Médicos Sin Fronteras.

El terremoto que azotó Haití el 12 de enero causó 300.000 muertes y dejó a 1,5 millones de personas sin hogar y viviendo en tiendas en condiciones miserables, sin apenas acceso al agua potable. Los sistemas sanitarios de Haití se colapsaron tras el temblor, así como los de depuración de residuos (ya poco fiable incluso antes del desastre) .

La ONU y las agencias humanitarias ya habían advertido de la posibilidad de epidemias tras el terremoto, pero hasta ahora se habían logrado evitar.La región de Artibonite registró el mayor número de desplazados a causa del desastre, que tuvo su epicentro a las afueras de Puerto Príncipe.

Las condiciones de los campamentos, sumadas a las frecuentes lluvias e inundaciones de los últimos días "son perfectos para una epidemia masiva", aseguraba un médico haitiano hace unos días.

El cólera está causado por la bacteria vibrio cholera, y se transmite habitualmente a través de comida o aguas contaminadas con restos fecales. El cólera no es común en Haití, y la de ahora es la primera epidemia que se registra en el país.

En un sólo día de la semana pasada se trataron al menos 600 pacientes en el hospital de San Nicolás, muchos de ellos trasladados hasta allí en motocicletas o camionetas en los primeros estados de shock. "Es muy rápida", afirmaba el médico peruano Narka Tacas sobre la rápida mortalidad de los casos que se estaban tratando. "Los problemas son enormes. La gente está entrando en shock y teniendo complicaciones".

Justo en ese momento un hombre de unos 30 años llegaba al frente de una larga cola, con los ojos en órbita y sus hermanos tratando de resucitarle llamándole una y otra vez por su nombre. Tacas le introdujo una bolsa de suero en cada brazo del enfermo, dio instrucciones a los familiares para que se las aguantasen, y pasó al siguiente paciente, una niña pequeña.

"Los médicos y enfermeros están luchando", dice Suruna. "Están tratando de dar todo el agua posible a los enfermos, porque están deshidratándose". Han pedido un refuerzo de 50 enfermeros a Puerto Príncipe, y hay tiendas de campaña en camino para crear centros de evaluación y dar resguardo a los pacientes en caso de lluvia.

Mientras tanto, a las puertas del hospital los guardias de seguridad se afanan para dejar que la gente salga y mantener en orden a los cientos de familiares de los enfermos que esperan. Muchas mujeres lloran la muerte de sus seres queridos. Un hombre muere antes de lograr entrar para que le atiendan.

En medio del panorama caótico, uno de los médicos resume la situación como "beaucoup problemès" (muchos problemas).

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