La madre del asesino de Columbine: "No puedo odiar a mi hijo"

    • Susan Klebold, madre de uno de los autores de la matanza de Columbine, cuenta en un libro cómo se vive con la carga de conciencia, la pena por las víctimas y el odio del resto de la gente. 
    • El 20 de abril de 1999, Eric Harris y Dylan Klebold, dos estudiantes del Columbine High School mataron a 13 personas e hirieron a otras 24 en la peor matanza en un centro de educación secundaria de la historia de EEUU.
Cuando tu hijo es el que asesina a sus compañeros de clase
Cuando tu hijo es el que asesina a sus compañeros de clase
B.Calvo

“Puedo huir, puedo cambiar de nombre, de ciudad... pero, todavía tengo que vivir con el hecho de que mi hijo mató a otras personas”, estas son las palabras de una madre que todavía 17 años después de que su hijo, junto con un amigo, asesinara a 13 personas sigue preguntándose que eslabón se le perdió en la vida de su hijo. Cuándo no se dio cuenta de que Dylan había cambiado. Y, lo que es peor todavía, si ella podría haberlo evitado.

El 20 de abril de 1999 Dylan Klebold y Eric Harris se presentaban en el su instituto el Columbine High School pero no como cualquier otra mañana, ese día ellos llegaban al centro en el que estudiaban con el propósito de llevar a cabo una matanza. De hecho, fue la mayor matanza de un centro de educación secundaria de EEUU. Trece personas perdieron la vida y otras 24 resultaron heridas.Me llamó el sheriff, yo pensaba que era para decirme que mi hijo era una de las víctimas, pero lo que me dijo es que él era uno de los autores

Dicen que lo peor que le puede pasar a alguien es perder un hijo. Susan Klebold perdió al suyo ese mismo día. Pero con una diferencia con respecto al resto de las madres. A ella no le llamó el sheriff para decirle que su hijo era una víctima más, a ella el sheriff le llamó para decir que su hijo “era uno de los autores”. Dylan, su hijo, decidió quitarse la vida tras quitársela a 13 compañeros.

Ahora Klebold publica un libro, 'A mother’s reckoning: Living in the aftermath of tragedy' ('Balance de una madre: viviendo las secuelas de una tragedia'), en el cuenta como todavía 17 años después de la masacre lucha cada día con la pena, la culpa y el odio.La pena de saber que 13 madres sufrieron la mayor de las tragedias por culpa de su hijo

Susan Klebold concede la que es su primera entrevista tras 17 años de silencio con un propósito claro. Lejos de pedir compasión lo que pretende “es pedir perdón”. Fue lo primero que hizo junto con su marido. Ambos enviaron una carta personal a cada una de las víctimas y familias de su hijo. En la carta el matrimonio pretende pedir perdón de algo que ellos no han hecho pero de lo que sí se sienten culpables. De hecho, una de las jóvenes que resultó gravemente herida en la masacre le contestó recientemente asegurándole que ya le había perdonado.

La culpa de preguntarse si se podía haber evitado

Es la pregunta que toda madre se hace cuando su hijo se mete en un lío: ¿cómo no me he dado cuenta antes? Susan Klebold lleva haciéndosela 17 años. Analizando cada paso que su hijo dio, no sólo ese día, sino los años previos.

Klebold asegura que ahora hay muchos comportamientos de Dylan que ahora entiende mejor. Dylan estaba atravesando una depresión cuando tuvo lugar la masacre. Su madre asegura que tanto ella como su por entonces marido se dieron cuenta pero que fueron incapaces de descifrar el porqué y el cómo solucionarlo.Cuando lo detuvieron me preocupé, buscaba en su habitación por si estaba metido en otro lío

Asimismo, en tercer año Dylan dejó de ser el niño de papá y mamá para empezar a hacer serías travesuras. De hecho tanto él como su amigo Eric fueron detenidos por robar en una furgoneta materiales electrónicos. Ahí la actitud de sus padres cambió. “Me preocupé, sí que miraba mucho más en su habitación. Él se había metido en problemas y yo estaba mirando si podría estar en alguno más. Había días en los que me contesteba de manera impropia en él, pero pensé que se trataba de la adolescencia. Pero él demostraba que había sido un fallo y que estaba reconduciendo su vida de nuevo”, afirma Klebold.

De hecho, Dylan pidió un arma unas Navidades. “Pidió un rifle una Navidad, él sabía que yo no era amante de las armas y cuando le pregunté para que lo quería me dijo que solo por ir a un campo de tiro algunos días”, recuerda la madre.

A ella eso tampoco le llamó mucho la atención. La tendencia de armas en EEUU es una lucha continua y, hasta ahora sin éxito. De hecho, según informa mariclarie.com el 20 por ciento de las mujeres estadounidenses creen que tener un arma en el hogar da seguridad. Pero Klebold no era de esas. Ella no tenía un arma en su casa.

Por eso, le fue imposible darse cuenta de que en su casa se estaba creando un asesino. Dylan y Eric estuvieron planeando durante un año el ataque en el instituto de Columbine. Tenían pensado utilizar bombas, que afortunadametne no detonaron por errores de cálculo. Se habían hecho con cuatro armas las cuales utilizaron ese 20 de abril. De hecho, los jóvenes habían grabado varios vídeos en el sótano de la casa de Klebold mostrando orgullosos sus armas.Ahora entiende que detrás de cada terrorista o asesino hay una madre

“Cuando oigo hablar de los terroristas en las noticias, pienso, 'Ese es el hijo de alguien' “, asegura Klebold que afirma que ahora entiende al resto de las madres de asesinos, que se pone en su lugar y que asume que lo que a ella le pasó, le podía haber pasado a cualquiera.

“Una de las cosas aterradoras sobre esta realidad es que la gente que tiene familiares que hacen cosas como esa son como el resto de nosotros. He conocido a varias madres de asesinos de masas, y ellas son tan dulces y agradables como cualquiera. Uno sería incapaz de saber, si nos viera juntas en una habitación, qué es lo que tenemos en común”, apunta la madre al medio británico 'The Guardian'.El odio de las víctimas de aquel día

Klebold asegura que todavía, 17 años después, no se ha cruzado con ninguna de las víctimas o familiares de estas por la calle, aunque duda si las hubiera reconocido después de tanto tiempo.

"Yo siempre vivo con el temor de ser reconocida o estar en el consultorio de un médico y que alguien sepa quién soy o que me griten '¿Qué se vaya!' Siempre estoy preocupada porque nunca sé si alguien cerca de mí es un miembro de la familia de una de las personas que fueron heridas o muertas", apunta la madre.Todavía estoy en grupos de ayuda para prevenir el suicidio

Klebold asegura que todavía a día de hoy está “en grupos de ayuda para prevenir el suicidio”, como también intenta ayudar a otras familias que hayan pasado por lo mismo. A día de hoy, 17 años después de la tragedia ella y su marido se divorciaron en 2014. Al igual que las familias de la mayoría de los tiradores de masas, Tom (su marido) y su hijo mayor Byrone han optado por no dar un paso adelante para hablar de Columbine.

En los años transcurridos desde Columbine, ha habido 50 tiroteos masivos en las escuelas, de acuerdo  con el FBI , lo que demuestra que la posesión de armas sigue siendo un tema pendiente para un país que presume de la mayor seguridad de Estado.

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