Nos ponemos en situación. Un tren bala circula a 420 kilómetros por hora por una vía y se cruza con otro tren que circula a la misma velocidad dejando sólo una distancia de 1,6 metros.
No, no es un problema de matemáticas, es un experimento real que han realizado en China. Y lo que es más increíble. Los viajeros de los trenes, ingenieros y periodistas, aseguraron que sólo habían sentido un leve estremecimiento cuando los dos trenes compartieron una velocidad relativa de 840 kilómetros por hora, el equivalente a la de un avión de pasajeros a velocidad constante.
Lo que hizo este experimento incluso más extraordinario fue que cada uno de los dos trenes consistía en dos unidades acopladas. Es decir eran diferentes modelos fabricados por dos compañías distintas, aunque ambas dependientes de China Railway Rolling Stock Corporation. El acoplamiento, según los técnicos requiere una tecnología muy avanzada en términos de tracción sincronizada, freno y la sofisticación de los equipos clave.
China comenzó a investigar y manufacturar sus trenes EMU en 2012, y fueron estrenados oficialmente en junio de 2015. En sus primeros viajes consiguieron circular a 385 kilómetros por hora.
Estos ensayos tienen un objetivo claro, avanzar en el desarrollo de la tecnología que permita establecer estándares unificados para reducir el costo y hacer que los trenes sean lo suficientemente versátiles como para operar en diversos entornos, según aseguraron los ingenieros responsables del proyecto.
China posee en la actualidad la mayor flota de trenes de alta velocidad EMU del mundo, con un total de 2.395 unidades, y la mayor longitud acumulada de ferrocarriles de alta velocidad, con 19.000 kilómetros, es decir, el 60 por ciento de total mundial.
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