Uno de cada tres jóvenes abandona su hogar para vivir con criminales en la tierra de 'El Chapo'

Sinaloa, el estado que durante años fue controlado por Joaquín 'El Chapo' Guzmán Loera, a base de sangre, violencia y muertes, hoy intenta reacomodarse tras la caída del ex capo narco, quien sigue denunciando que padece torturas en prisión. Muchos presagiaban que su detención final iba a traer paz o, al menos, reduciría los altísimos niveles de violencia en ese estado mexicano que es sinónimo desgraciado de uno de los cárteles más temibles del mundo.

Nada es más lejano que eso de la realidad. Mientras los hijos de Guzmán han dado muestras de que buscan reorganizarse para intentar recuperar el terreno perdido en el negocio multimillonario de las drogas, los indicios señalan que, lejos de apaciguar las aguas, la caída de 'El Chapo' ha provocado efectos colaterales no deseados.

Un estudio de la Secretaría de Gobernación (Segob) de Sinaloa, con sede principal en el municipio de Culiacán, señala que el crimen 'adopta' a un ritmo cada vez más frenético a los jóvenes de ese estado. El informe oficial titulado 'Diagnóstico Integral 2016', realizado por la Segob en el marco del Programa Nacional de la Violencia y la Delincuencia (Pronapred), que ha sido impulsado por el presidente Enrique Peña Nieto, arroja conclusiones escalofriantes.Hogares familiares desmembrados

Según este trabajo, el 37,2% de los jóvenes de ese Estado (más de uno de cada tres) han decidido voluntariamente (en lo que va de año) abandonar su hogar familiar para mudarse a las denominadas 'casas de seguridad' controladas por miembros de organizaciones criminales.

Según el documento, el porcentaje es aún más alto en el propio municipio de Culiacán, donde el 39,16% de los jóvenes ya no viven con sus padres, porque prefieren integrarse a las huestes de bandas de delincuentes que poseen sus propios 'búnkeres', donde son entrenados y aleccionados para matar.

En Sinaloa, destaca el diagnóstico oficial de la Segob, los habitantes pacíficos deben lidiar diariamente con bandas juveniles de delincuentes. Decenas de adolescentes se vuelcan a la prostitución, mientras que muchas además padecen de cuadros extremos de violencia familiar. Entre los varones, la drogadicción tiene efectos directos: hay un alto consumo de drogas y alcohol a partir de los 13 años.

Quienes ya son mayores de edad y son detenidos por posesión de drogas con fines comerciales (narcotraficantes de diversa escala) suelen protagonizar altercados y conflictos que van desde leves hasta muy graves en las cárceles.

"En el municipio de Culiacán se concentra la mayor parte de la poblaciòn del Estado. En consecuencia, los problemas sociales tienen una dimensión más amplia. En materia de seguridad, la situación se agrava por el hecho de que también los cárteles del narcotráfico mantienen una presencia importante en la zona", señala la investigación, que ha sido filtrada al diario El Universal.

Según datos de la Procuraduría General de Justicia de Sinaloa, el pasado año se cometieron en ese estado 993 homicidios dolosos. Culiacán, por otra parte, acaba de ser epicentro de una terrible emboscada. Un convoy del Ejército que trasladaba desde el pueblo de Badiraguato a una persona herida fue bloqueada a su paso por un grupo armado, que disparó con fusiles Barret calibre 50, dejando un saldo de cinco militares muertos y 10 heridos.Golpe comando

Entre los ocupantes, que se desplazaron en ocho furgonetas, los investigadores sospechan que se trasladaban los hijos de 'El Chapo'. Los delincuentes, que además llevaban granadas, liberaron al herido y escaparon con él.

La caída de Guzmán, finalmente, ha desencadenado una nueva guerra entre grupos. De ahí que también se haya intensificado el reclutamiento de jóvenes para robustecer las filas de bandas rivales. Una es la liderada por Fausto Isidro Meza (alias 'El Chapito' o 'El Chapo Isidro'). La otra es comandada por Aureliano Guzmán Loera, alias 'El Guano', hermano de El Chapo.

Entre enero y agosto de este año, en Sinaloa ya se han cometido 720 homicidios dolosos, por lo que el año probablemente finalizará con un nuevo récord de víctimas, según la Segob. Para concluir, el informe del organismo oficial mexicano destaca que el desempleo y las condiciones de pobreza no ayudan para frenar el éxodo de jóvenes de sus hogares familiares, que buscan en el crimen una posibilidad para crecer económicamente y sentirse poderosos a nivel social.

"Culiacán, dentro de esa realidad del estado, es el puente aéreo con cárteles colombianos y uno de los puentes internacionales más importantes por los que cruzan mujeres centroamericanas, quienes son prostituidas en burdeles, casas clandestinas y bares de la frontera norte del país con Estados Unidos", señala el trabajo.