Polonia y Lituania encierran una porción mínima de la inmensidad rusa: Kaliningrado. Aunque es solo la milésima del país, la región es un lugar estratégico de primera, importante por su turismo y con la mina de ámbar báltico más productiva del mundo.
"Desde el punto de vista de la joyería el ámbar báltico está muy bien valorado", explica Enrique Peñalver Mollá, biólogo especialista en insectos fósiles conservados en ámbar. "El ámbar se extra en una mina a cielo abierto a una profundidad de hasta 50 metros", se puede leer en la web del Museo del Ámbar de la ciudad de Kaliningrado.
El Museo de la capital estima que ya se han sacado unas 400 o 500 toneladas de esta piedra. "De allí pueden salir toneladas cada año", asegura Peñalver, que precisa que en la República Dominicana también se extrae ámbar.
Pero si hay algún responsable de los grandes yacimientos del mineral, son los árboles de la zona, los que también dan sombra a los miles de turistas que cada año acuden a Kaliningrado y a su costa.
De hecho, la capital del Oblást de Kalingrado será una de las ciudades sede del Mundial de Fútbol de 2018 en Rusia, el estadio proyectado allí alojará a 45.000 espectadores.
Destino para repatriaciones
El turismo y la extracción de ámbar son dos de las razones por las que Rusia hace esfuerzos por mantener la zona habitada. Así, cuando un ruso quiere ser repatriado, Kaliningrado es uno de los destinos más probables. Desde el comienzo del programa de repatriación en 2007, casi 25.000 personas se han instalado allí.
Sin embargo, muchos de los 425.000 ciudadanos, ven un gran inconveniente a la zona: Tener que cruzar Lituania para ver a rusos de otras provincias. El aislamiento que sufrían los ciudadanos de Kaliningrado, se vio reducido gracias a un acuerdo entre ambos países.
Punto estratégico clave
En 2007 y 2008, una nueva etapa de la Guerra Fría parecía retornar al mundo. EEUU y Rusia acercaban y alejaban las posiciones políticas. Lo mismo ocurría con sus misiles. El plan ruso era claro: Si los estadounidenses desplegaban sus misiles en Polonia –ya eran compañeros en la OTAN, ellos lo harían en la región de Kaliningrado.
A 200 kilómetros de Varsovia y a 500 de Berlín, la región es un punto clave para cualquier maniobra rusa. Y no solo en lo militar, Kaliningrado es la puerta rusa al mar Báltico y al comercio por barco con los países escandinavos y el norte de Europa.
Y a Rusia no le faltan puertos. Pero si puertos que no se congelen en invierno y que aseguren la entrada de mercancías los doce meses del año.
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