La batalla por el Ártico continúa

  • Si al Polo Norte no le faltaban amigos, ahora tiene uno más. A Rusia, EEUU, Canadá, Noruega, Finlandia, Suecia e Islandia, se suma ahora Dinamarca. Ya son ocho los países que están pendientes de la evolución del deshielo del Ártico, un proceso que tendría que detenerse más que esperarse.
Si al Polo Norte no le faltaban amigos, ahora tiene uno más.
Si al Polo Norte no le faltaban amigos, ahora tiene uno más.
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Frank Radosevich, Estocolmo (Suecia) | GlobalPost

Según un documento filtrado, Dinamarca tiene la intención de reclamar el Polo Norte, avivando la batalla por el derretimiento del Ártico.

Aunque suena como una expedición ideada por un aventurero audaz, la afirmación danesa va más allá del mero hecho de soñar despierto. El control del Polo Norte podría conllevar un beneficio económico, teniendo en cuenta que el derretimiento del hielo abre las aguas que hasta ahora eran de difícil acceso y estaban relativamente intactas.

El Ministerio danés de Relaciones Exteriores explica con detalle en el borrador del documento la petición de Dinamarca de extender la plataforma continental en cinco sitios cerca de las Islas Feroe y de Groenlandia, ambos territorios autónomos daneses, y una sección que incluye el Polo Norte.

La Ministra de Asuntos Exteriores danesa, Lene Espersen, no quiso hacer comentarios expresos sobre el informe, pero declaró que la reclamación del Polo para Dinamarca no era "nada nuevo". También confirmó que Dinamarca está trazando las líneas de su política sobre la manera de avanzar en la región.

"Esperamos que Dinamarca sea capaz de fundamentar adecuadamente sus reclamaciones sobre un territorio que forma parte del fondo marino en el Polo Norte. Pero el Polo Norte no es un fin en sí mismo", dice la ministra en un comunicado.

La demanda de Dinamarca sobre las aguas heladas no es la primera. Los países ribereños del Ártico, como Rusia, EEUU, Canadá y Noruega, han estado reclamando segmentos disputados del mar. En agosto de 2007, dos mini-submarinos rusos plantaron la bandera rusa en el lecho marino debajo del Polo Norte, aunque algunos observadores más tarde rechazaron las imágenes de la expedición catalogándolas como un montaje.

El derretimiento de hielo está impulsando la temperatura del norte, lo que ayuda a la apertura de potenciales vías de navegación, zonas de pesca y oportunidades de exploración de petróleo y otros recursos. De acuerdo con el Centro Nacional de Nieve y Hielo de EEUU (NSIDC), la cobertura de hielo ártico observado durante el mes de septiembre se ha reducido más del 11 por ciento de media cada década desde que en 1979 se comenzaron a rastrear los niveles vía satélite.  

"A lo que nos estamos enfrentando es a un nuevo Ártico", destaca Niklas Granados, subdirector de estudios de la Agencia Sueca de Investigación sobre Defensa (FOI). "Y este nuevo Ártico brindará muchas más oportunidades que en el pasado"

Granados considera que las rutas de navegación podrían abrirse en un plazo de tan sólo cinco o 10 años, conectando los océanos Atlántico y Pacífico y ahorrando días de navegación y los gastos asociados al tiempo de viaje. Sin embargo advierte que la difusión del documento es poco probable que encienda la chispa de los enfrentamientos, ya que los países limítrofes de la región ya se esperaban esta revelación.

Actualmente el Polo Norte es una tierra de nadie y en el derecho internacional un país sólo puede cursar una reclamación si puede demostrar que la plataforma continental comparte similares características geológicas con su territorio. Los países pueden discutir sus demandas de reclamación con arreglo a lo dispuesto por la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CDM), pero está por ver si esto acabará pasando. De momento, EEUU, uno de los seis países ribereños del Ártico, no ha ratificado el tratado.

No existe un verdadero consenso sobre cuánto petróleo está disponible y accesible en el fondo del océano o sobre la rapidez con la que el hielo se derrite. Pero eso no ha impedido que las naciones se peleen por desarrollar políticas sobre el Ártico.

"Están actuando para no perder el autobús", apunta Granholm, señalando que Suecia, que se hizo cargo de la presidencia de los ocho países del Consejo Ártico, ha aprobado hace poco su primera estrategia sobre el Ártico en su conjunto. El Consejo Ártico incluye a los países que tienen territorio en el Círculo Polar Ártico: Canadá, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia, Suecia y EEUU, así como a representantes de los pueblos indígenas.

Sin embargo, los conservacionistas no están satisfechos con las ambiciones territoriales, al considerar que los países que bordean el Océano Ártico deberían centrarse en el frágil medio ambiente de la región y no en su delimitación y desarrollo.

"Se trata de una apropiación de tierras con el objetivo de obtener el acceso a los recursos", denuncia Mads Christensen, director ejecutivo de Greenpeace Nórdico.

Christensen dice que no le ha sorprendido el contenido del documento filtrado. Explica que los países limítrofes de la zona del Ártico han estado haciendo cola para plantar sus banderas en las aguas no reclamadas, pero que se han mantenido relativamente silenciosos sobre sus planes futuros.

"No están diciendo nada sobre lo que harían realmente", apunta sobre el desarrollo futuro de la región. "Nadie está abogando por un camino en que lo consideremos como un bien global".

La difusión del documento danés se ha producido después de un encuentro del Consejo Ártico en Groenlandia, donde los miembros del grupo firmaron el primer acuerdo jurídicamente vinculante en la coordinación de las operaciones de búsqueda y rescate y discutieron maneras de combatir derrames de hidrocarburos en la zona.

Al hablar ante el consejo de los ocho países, el primer ministro de Groenlandia Kuupik Kleist aboga por continuar el desarrollo económico en todo el Ártico, pero teniendo cuidado de no ir en detrimento del medio ambiente.

"No estamos aquí para destruir el medio ambiente en que vivimos", aseguró la semana pasada. "No vemos el desarrollo y la protección del medio ambiente como dos objetivos opuestos".

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