Dijon no ha recurrido a la famosa mostaza que lleva su nombre, sino al otro tesoro que encierra la tradición de la región de la que es capital, la Borgoña francesa: el vino. 151.620 euros es el resultado de cuatro horas de subasta de alrededor de cerca de 3.500 botellas vendidas por toda Francia y en el extranjero, principalmente Europa y Asia, apuntan desde el Ayuntamiento en un comunicado.
Pero 121.296 euros será la cifra que finalmente se destine al centro comunitario de acción social, exclusivamente a las ayudas de urgencia, explican. El 20% restante de la recaudación será para renovar la bodega municipal y pagar a los expertos que participaron en la subasta celebrada el pasado domingo.
"Este año tenemos un buen presupuesto global, pero hay cada vez más ciudadanos que piden ayuda social", ha asegurado el senador y alcalde socialista François Rebsamen, recoge el diario Le Monde. Ha explicado que los vinos de la bodega municipal son "vinos grands crus [que] generalmente se sirven con ocasión de cenas de prestigio ofrecidas por la ciudad de Dijon, pero también se ofrecen a embajadores, alcaldes de grandes municipios y otros visitantes de marca acogidos en Dijon".
El precio más alto que se pagó por una botella fue de 4.800 euros. Por esa generosa compra aplaudida por los allí presentes, un asiático se llevó a casa un Vosne-Romanée de Cros Parantoux, premier cru de 1999. Pagó cuatro veces su valor real según la estimación de mercado del portal especializado WineSearch.com.
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