La versión descafeinada de Le Pen

  • Marine Le Pen, hija del conocido Jean-Marie Le Pen ha tomado las riendas del partido francés, Frente Nacional. Aunque menos extremista, 'la nueva Le Pen' mantiene rasgos característicos de sus raíces. El antisemitismo y la falta de flexibilidad social siguen presentes en el discurso.
Marine Le Pen, hija del conocido Jean-Marie Le Pen ha tomado las riendas del partido francés, Frente Nacional.
Marine Le Pen, hija del conocido Jean-Marie Le Pen ha tomado las riendas del partido francés, Frente Nacional.
Getty
Ben Barnier, Paris (Francia) | GlobalPost
Ben Barnier, Paris (Francia) | GlobalPost

Tras casi 40 años al timón del Frente Nacional, el líder de la ultra derecha francesa Jean-Marie Le Pen cedió el pasado fin de semana las riendas del partido a su hija. Marine Le Pen, una versión más moderada de su padre, ha aparcado algunos temas controvertidos de su agenda, como el antisemitismo, a favor de un discurso que comienza a calar en Francia: el laicismo, y especialmente el trato a la creciente población musulmana.

Condenado por varios tribunales por racista y por sus declaraciones antisemitas, Jean-Marie Le Pen dijo una vez en televisión: "No creo que todas las razas sean iguales". También sostiene que las cámaras de gas son "un detalle" de la historia y que la ocupación alemana, que causó la muerte de miles de ciudadanos franceses (entre ellos 77.000 judíos), "no fue especialmente inhumana".

Pero pese a su ácido sentido de la provocación, Jean-Marie Le Pen, de 82 años, ha logrado mantenerse como una figura destacada de la política francesa durante casi cuatro décadas.

"La longevidad de Jean-Marie Le Pen es excepcional para nuestra historia política", explica Pascal Perrineau, profesor del instituto Sciences Po de París y experto en el Frente Nacional. "La resistencia de Le Pen se debe a su capacidad para agrupar a los diferentes movimientos de ultra derecha en las décadas de 1960 y 1970, incluyendo neofascistas y colonialistas", asegura Perrineau. "Después, en la década de 1980, se las ingenió para destacar temas importantes, como la inmigración y la criminalidad, que otros partidos no trataron".

Durante años, Le Pen desarrolló un estilo político particular (una combinación de populismo, proteccionismo y retórica racista), que ejercía con un extraordinario don para hablar en público.

Desde su primera participación en las elecciones presidenciales de 1974, cuando sumó un escaso 0,75 por ciento de los votos, el ahora retirado líder consiguió escalar poco a poco hasta llegar a enfrentarse a Jacques Chirac en la segunda vuelta electoral de 2002. Fue el momento álgido de su carrera política, recibido con manifestaciones por toda Francia contra el Frente Nacional. Le Pen no logró finalmente más del 18 por ciento de los votos en la segunda ronda, que ganó Chirac.

En las últimas elecciones presidenciales francesas, en 2007, Le Pen logró poco más del diez por ciento de los votos y no pasó a la segunda ronda.

En su intervención de despedida ante su partido, Le Pen advirtió a los militantes de los peligros del consumismo, de la Unión Europea y del islam. "Los islamistas ocupan las calles, para poner a prueba y forzar a las autoridades públicas a que construyan nuevas mezquitas, aunque ya hay más de 2.000 mezquitas en nuestro territorio nacional. Después de haber obligado a prohibir la carne de cerdo en muchas escuelas, los islamistas exigen que la carne que se sirve en las cafeterías se prepare siguiendo el ritual musulmán", aseguró.

"Es la típica estrategia de la extrema derecha de buscar un chivo expiatorio, bien sean los judíos, los franco masones, la élite intelectual o los inmigrantes", apunta Perrineau.

Marine Le Pen intentará acercar el Frente Nacional a un público más amplio y lograr avances en las elecciones presidenciales del próximo año en Francia.

A diferencia de su padre, Marine, que logró el apoyo de dos tercios del partido para su nombramiento, nació después de la II Guerra Mundial y de la guerra de independencia de Argelia.

En un intento de modernizar su partido, la nueva líder ha abandonado las proclamas antisemitas y la defensa de los valores ultra católicos característicos de su padre y entona un discurso a favor de una sociedad más laica y una agenda anti islam.

El domingo, en su primera intervención como líder del Frente Nacional, Marine Le Pen subrayó que Francia nunca ha sido ni será un país musulmán. Hizo además un llamamiento a los miembros de su partido para "resistir a dictaduras modernas como el islam radical y la globalización".

"El gobierno debe prohibir los horarios especiales de apertura de las piscinas para las mujeres musulmanas y el veto religioso a ciertas comidas en las cafeterías de las escuelas. Nadie debe de ser obligado a comer comida halal musulmana en contra de su voluntad", aseguró.

Según una encuesta reciente realizada por el instituto Viavoice, el 20 por ciento de los franceses tienen una opinión positiva sobre Marine Le Pen.

Sin embargo, según Perrineau, "Marine Le Pen todavía tiene que demostrar que tiene capacidad suficiente para una carrera política a nivel nacional". "De momento disfruta de algo de popularidad. El 20 por ciento de los franceses tienen una opinión positiva de ella, pero eso no quiere decir que va a lograr el 20 por ciento de los votos", añade.

En su discurso, Marine Le Pen rindió también homenaje a su padre, de quien destacó el "alma noble, perseverancia, visión y audacia con que ha liderado el Frente Nacional". "Todas estas cualidades nos permiten decir que es indudablemente una figura histórica", dijo.

Tan sólo unas pocas horas antes de que Marine celebrase ante el auditorio el alma noble de su padre, un periodista judío del canal de televisión France 24 fue supuestamente agredido por el personal de seguridad del Frente Nacional. "La persona en cuestión cree necesario decir que se le expulsó por judío. Me atrevería a decir que eso no se podía saber ni por su credencial ni por su nariz", comentó con ironía Le Pen.

Mostrar comentarios