"Le sigo mandando mensajes todos los días"

    • Los familiares de los desaparecidos se aferran a la esperanza mientras el país entero se vuelca con los funerales de los cuerpos recuperados.
Los buzos recuperan decenas de cuerpos una semana después del naufragio en Corea
Los buzos recuperan decenas de cuerpos una semana después del naufragio en Corea

Corea está de luto. Los gimnasios y parques del país se convierten en improvisadas salas de funeral y la población se vuelca con la tragedia. Flores, notas de condolencia y fotos de los fallecidos llenan la ciudad de Ansan, en la provincia de Gyeonggi, mientras se suceden los funerales de los estudiantes encontrados. Más de 14.000 mensajes de condolencia han llegado ya a un teléfono establecido por el gobierno para aquellos incapaces de asistir a las ceremonias. Un país entero volcado con los fallecidos en la peor catástofe marítima en la historia del país. Las historias de hijos y de sus padres se suceden en la ciudad del norte del país.

En una ceremonia de luto, el padre de un estudiante de 17 años se lamentaba de los fallos de la tripulación "A mi hijo le encantaba nadar, practicaba durante varias horas al día", contaba al Korea Herald"Si el capitán no hubiese ordenado a los pasajeros que se quedasen en sus camarotes, hubiera sobrevivido", recogía el diario. El alumno, de padre coreano y madre rusa, viajaba junto a sus compañeros de clase en el ferry y soñaba con convertirse en un miembro del equipo nacional de natación. "Hace sólo dos meses me dijo que se centraría más en sus estudios y que esperara a ver...", añadía el padre, incapaz de acabar la frase.

Otra de los cuerpos rescatados esta semana era el de Lee Do-nam, un hombre chino de origen coreano. Se encontraba de viaje con su prometida, que todavía no ha sido encontrada.El diario cuenta como la pareja intentó cancelar el viaje antes de la salida, e incluso pidieron a un miembro de la tripulación que les devolviese el coche que ya habían subido al barco. Ante la reticencia del empleado a devolverles el vehículo, subieron a la embarcación."Volveré, mamá"

Además de las historias de los fallecidos, los familiares y conocidos de los desaparecidos viven inmersos en un luto particular. "Les veía todos los días cuando iba al trabajo. Corrían al colegio porque no querían llegar tarde... La imagen de sus risas, su parloteo, siento como si fueran mis niños", explicaba Kim Jung-sook, vecina de unos estudiantes desaparecidos al diario coreano. Su hija, de 20 años, añadía que lo vio por última vez en el trabajo en enero "en ese momento eramos los dos tímidos, así que no nos hablamos. Ahora me pesa en la mente eso, debería haberle tratado mejor, haberle hablado más", explicaba al periodista de Korea Times.

Otra mujer explicaba al medio que su hija está desaparecida en el barco. El último mensaje que recibió fue "Volveré, mamá". La mujer señalaba que se había trasladado a la ciudad con la esperanza de encontrar a su hija, dejando a su marido y familia en casa. "¿Cómo puedo vivir sin ella? Estoy en una película de terror", explicaba. "Le sigo mandando mensajes todos los días. La gente me dice que las probabilidades son pocas, pero sus palabras no me afectan".

Entre las historias trágicas, también quedan las de los supervivientes. La BBC recogía el testimonio de uno, Eun-su Choi, "de repente el barco se inclinó y comenzó a hundirse. Comenzaron a caer contenedores al mar y me di cuenta de que ibamos a hundirnos", explicaba. "Estaba agarrado a la barandilla e intenté salvar a algunos de los estudiantes de la cafetería. Se resbalaban, les intentabamos subir con una manguera, pero era muy difícil. Entonces decidimos subir, pero ahora me arrepiento".

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