Libia vota para construir un país desde cero y con los mayores retos de la Primavera Árabe

  • Hoy vota su asamblea legislativa en sus primeras elecciones democráticas tras más de cuatro décadas bajo el yugo de Gadafi. Estos son sus desafíos.

Manifestantes libios cierran varios puertos petroleros en el este del país
Manifestantes libios cierran varios puertos petroleros en el este del país

"A pesar de las dificultades, Libia sigue funcionando. No se ha generado el caos que algunos predecían y que Gadafi anunciaba y daba por hecho", subraya esperanzado Haizam Amirah Fernández, investigador principal del área del Mediterráneo y del mundo árabe en el Real Instituto Elcano.

Hoy vota en sus primeras elecciones democráticas tras 42 años bajo el yugo del totalitarismo altamente personalista de Muamar al Gadafi y unos meses en manos del Consejo Nacional de Transición. Estos son los principales factores que jugarán un papel esencial en la construcción de Libia:

Armas fuera de control

Milicianos en todo el país poseen armas. Son muchos los ciudadanos que tienen acceso a ellas. La inseguridad está afectando hoy también a los lugares de votación.

"Del Congo a Libia, de Siria a Malí, en todas partes se han sufrido las consecuencias del comercio no regulado de armas y municiones, que permite que estos conflictos causen un sufrimiento inmenso y se perpetúen", declaró recientemente Anna Macdonald, directora de la campaña Armas bajo Control de Oxfam.

El Ministerio del Interior libio ha integrado a unos 120 milicianos en las fuerzas de seguridad para velar por la seguridad electoral en Trípoli, según Efe. Sin embargo, esta agencia asegura que aún quedan muchos milicianos como los de Zintan, 160 kilómetros al sureste de la capital, que exigen pases especiales para entrar a su ciudad.

Por otra parte, Amirah Fernández apunta a que la proliferación de las armas ha sido más o menos a partes iguales. Quizá gracias a ello, se haya conservado un acuerdo tácito para evitar el ataque de unos a otros. Lo cierto es que son aisladas las noticias de atentados o enfrentamientos armados que llegan de este país en comparación.

Todos quieren beneficiarse del oro negro

"Su economía depende principalmente de los ingresos del sector petrolífero, que contribuye con aproximadamente un 95% a los ingresos por exportaciones, a una cuarta parte del PIB y al 60% de los salarios públicos", asegura la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo).

Esta riqueza atrae muchos intereses dentro y fuera de las fronteras libias, como en Repsol, que desde octubre de 2011 (el mismo mes en que murió el derrocado dictador Gadafi) vuelve a explotar sus plantas en el país.

Por otra parte, manifestantes armados cerraron esta semana durante horas varios puertos petroleros del este del país, según Efe. Lo hacían para exigir un "reparto más equitativo" de los 200 escaños del Consejo Nacional General (CNG) que se elige hoy, la mitad de los cuales están reservados a la región tripolitana.

Pero detrás también se quejaban de que los "revolucionarios" no han visto ni un dinar de todos los ingresos petroleros en el último año.

"Ingresos sustanciales del sector energético [incluido el gas] unido a una población pequeña [de 7,6 millones de habitantes], proporcionan a Libia una de las mayores rentas per cápita en África, [11.341 dólares]", según la OPEP.

"La mayoría de los países a nivel mundial que están en reconstrucción post-conflicto requieren de ayuda económica y ayuda al desarrollo con donantes internacionales para salir adelante. Los libios no necesitan ayuda al desarrollo", apunta Amirah Fernández. "Tienen tantos recursos de hidrocarburos, que debería haber suficiente para todos para que haya una paz social y prosperidad que desean los libios".

El escritor Alberto Vázquez-Figueroa, gran conocedor de Libia, coincide: "Siempre habrá gente que sea capaz de que eso se tranquilice y funcione y pagará para que el petróleo funcione. Siempre saldrá un listo que diga vamos a repartirnos la tarta. Lo malo es cuando no hay tarta y sí un país es miserable", aseguraba a lainformacion.com durante la revuelta.

Refugiados desprotegidos por un país sin ley

6.700 refugiados y 2.700 solicitantes de asilo procedentes de 20 países. Esos son los que están registrados por el Alto Comisionado de Naciones Unidas (Acnur), según datos de mayo, algo que les proporciona seguridad. Sin embargo, el propio organismo cree que son más.

De hecho, la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) ha denunciado después de visitarcampos de detención controlados por milicias en ese país, que tenían bajo su control a inmigrantes sin papeles y antiguos milicianos gadafistas, tal y como recogió lainformacion.com.

"Milicias armadas e individuos han tomado por su cuenta la decisión del trato a los migrantes, fuera de cualquier marco legal", aseguran después de haber visitado cinco campos de detención. "En todo el país, milicias armadas controlan, arrestan y detienen a inmigrantes en improvisados campos de detención o retención [para] limpiar de ilegales [el país]".

Idear su modelo de Estado

Gadafi ideó la yamahiriya o "Estado de las masas". Prometió que Libia sería un país gobernado directamente por el pueblo. Tanto fue así, que incluso en los días en que la revuelta ya ponía su trono en peligro, el tirano insistía en que él no era presidente de Libia.

Oficialmente no lo era, porque la estructura administrativa, política y judicial prácticamente se reducía a su persona y su doctrina del Libro Verde, su 'Mein Kampf' particular.

"No había un Estado como tal, con instituciones legítimas, sólidas y creíbles", explica el investigador Amirah Fernández a lainformacion.com.

"No tienen una experiencia reciente propia reciente para elegir un modelo, para buscar las ventajas e inconvenientes de comenzar desde cero. Es un reto importante de un proceso de aprendizaje".

Explica que los libios ahora deberán decidir si quieren un estado centralista en el que todo converja en la capital, Trípoli, como lo hacía con Gadafi o si prefieren un estado federalista o confederalista. Esta segunda opción quizá sea más compaginable con el funcionamiento tribal del país.

Prohibido ensalzar a las tribus

La Alta Comisión Electoral libia estableció que los candidatos y partidos políticos debían "abstenerse de (...) promover el tribalismo" durante la campaña electoral, algo que equiparaba a la incitación al "odio, discriminación o difamación de otro candidato" en un comunicado a los medios de comunicación.

Es un claro ejemplo de la preocupación que supone el sistema tribal de la yamahiriya. "Gadafi enfrentó a unos y otros de manera que nadie pudiese competir con su autoridad: divide y vencerás. Es un riesgo", admite Haizam Amirah Fernández. Aunque este investigador arabista no cree que la clave del futuro de Libia esté en las tribus:

"Las tribus no son necesariamente un problema, porque en los centros urbanos el papel de las tribus se ha transformado en el papel político, que juega esa lealtad respecto a otros tiempos y sobre todo a las generaciones más jóvenes".

Recuerda que el temor a la partición del país cuando cayó Gadafi no se ha producido.

Faltan líderes claros para la construcción del país

Para Amirah Fernández éste es uno de los problemas básicos a los que se enfrenta Libia, necesitada de "líderes capaces con una misión y voluntad de alcanzar acuerdos y compromisos y de encontrar terrenos de cooperación entre las distintas sensibilidad".

"[Information] not available" (información no disponible) indica el World Factbook de la CIA en el apartado que su almanaque mundial dedica al poder judicial o la estructura de partidos del país. Cerca de 200 recién formados partidos y agrupaciones se han presentado ahora a los comicios.

"Tiene esas dificultades añadidas, algo que en contraste con Túnez es muy grande, incluso también con Egipto, donde hay una burocracia e instituciones del Estado que vienen de muy lejos", admite el investigador del Real Instituto Elcano. Más que una reforma, se trata de construir un país, añade.

"Las formaciones son regionales o locales y avanzan hacia la formación de partidos, que se producirá en una próxima etapa, quizá organizándose y formando alianzas", comentó a Efe uno de los múltiples candidatos, llamado Mahmud Ashur.

Libia tiene todas las papeletas para ser el país de la Primavera Árabe que ha derrocado a su líder con más problemas en la transición hacia la democracia. Pero también se le puede dar la vuelta a la tortilla.

Así te contamos en 2011 la guerra en Libia.

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