Los 33 mineros chilenos atrapados en la mina San José vuelven a nacer

Cuando Luis Urzúa, el jefe de turno de los 33 mineros atrapados en la mina San José, surgió de las tripas de uno de los cerros del desierto de Atacama esta madrugada, el equipo de rescate ponía fin a una pesadilla que ha tenido al resto del mundo pegado a la televisión, la radio, los periódicos, internet y las redes sociales... Este topógrafo chileno ha sido el último hombre en salir del interior de la explotación minero y, gracias a eso, se ha convertido en el ser humano que más tiempo ha resistido bajo tierra, concretamente 70 días.

Urzúa ha sido izado en una cápsula de hierro que ha tardado aproximadamente diezminutos en recorrer los 622 metros de distancia entre la superficiey el refugió donde se guarecieron los mineros tras el derrumbeocurrido el pasado 5 de agosto.

La llegada del último de los mineros ha desatado la alegría en elcampamento Esperanza y en todo Chile, un país que desde agosto ha estado pendiente de la situación de los 33 trabajadoresaccidentados y ha soñado con un desenlace como el que finalmente estáviviendo. "Tengo el privilegio de informarle de que todos los mineros hansido rescatados, incluido el jefe de turno, el señor Urzúa, y queestán en perfectas condiciones", ha comunicado uno de losrescatistas al presidente Sebastián Piñera tras el rescate de Urzúa.

"Que esto no vuelva a ocurrir"

A continuación, Urzúa se ha dirigido al presidente chileno y, al igual que ya hiciera con anterioridad Ariel Ticona, le ha dicho:"Le entrego el turno y espero que esto nunca más nos vuelva aocurrir. Gracias a todos, gracias a todo Chile y a todas laspersonas que han cooperado. Me siento orgulloso de ser chileno". "Recibo su turno y lo felicito por cumplir con su deber, saliendoal último", le ha contestado Piñera al hombre que ostenta ya el récord mundial de supervivencia bajo tierra.

Ambos hombres se han fundido después en un largo abrazo tras lo cual elpresidente ha gritado eufórico "¡Viva Chile, mierda!" y ha propuesto a lospresentes entonar el himno nacional.

Pero la petición de Urzúa a Piñera continúa presente. Cada uno de los mineros ha subrayado lo mismo al presidente Piñera, cuando éste al recibirles a pie de mina les preguntaba qué podía hacer por ellos. "Que esto no vuelva a pasar", han repetido todos, incluido Manuel González, el rescatista que bajó el primero al refugio en la cápsula y el que fue el último en salir tras la operación de salvamento.

Júbilo nacional

Todo Chile ha celebrado esta noche el rescate de los 33 mineros. Cientos de chilenos han tomado las calles de las principalesciudades del país que se han teñido de los colores de la banderachilena en una explosión de júbilo que lo inundó todo.

En Santiago, apenas unos minutos después de Urzúa, cientos de chilenos han empezado a llegar a la céntrica PlazaItalia, a la que suelen acudir los santiaguinos para celebrar lostriunfos deportivos. Bajo una lluvia de confeti y con bocinazos de fondo, los chilenos han saltado y gritado agitando la bandera nacional y entonando el yafamoso "ceachei" para celebrar el triunfo. "Mineros supersónicos" o "Fuerza mineros" eran algunos de losmensajes que se han podido leer en las decenas de pancartas que se han desplegado.

Las celebraciones se han seguido en diferentes ciudades a lo largodel país, entre las que se cuentan Linares, Punta Arenas, Talca, LaSerena y Osorno, entre otras. Han destacado los festejos de la norteña ciudad de Copiapó, a tansólo 45 kilómetros de la mina San José, desde donde miles depersonas han seguido en directo el rescate a través de pantallasgigantes que fueron instaladas en plazas y parques.

La ciudad, que componen más de 200 mil personas, se ha convertido en"un verdadero carnaval", tras la salida exitosa de los 33 minerosatrapados desde el pasado 5 de agosto. Este momento ha sido esperado ansiosamente por Chile y el mundoentero después de que el pasado 22 de agosto los obreros hicieranllegar a la superficie un papel en el que se leía en letras rojas:"Estamos bien en el refugio los 33".

Adiós al Campamento Esperanza

Tras el rescate de los 33 mineros, el hogar de los familiares y los más de 150 medios internacionales acreditados en la zona comienza a cerrar sus puertas. Los familiares comenzaron desde primera hora del miércoles adejar vacíos los habituales espacios que llenaban con sus carpas yfogatas. Muchos de ellos ya habían ido ese día a encontrarse con los mineros a lasalida del conducto que les ha devuelto a la vida, y otros se dirigieron al hospital de Copiapó, donde ahora son atendidos.

Los periodistas se han mantenido en el campamento hasta la salida del jefe de turno, con el que se han puesto fin a las labores de rescate.

El desenlace ha dejado definitivamente vacíos los recovecos delcampamento, en los que ya se nota la partida de muchos equipos deprensa que han emprendido rumbo a Copiapó, la ciudad hacia dondeahora se desplazan los mineros y, con ellos, la noticia. Muchos periodistas han plagado sus carpas, han recogido susinstrumentos de trabajo y han salido en camionetas hacia Copiapó,adonde también se dirigen ambulancias y camiones de bomberos que hanestado presentes en este rescate.

A partir de este jueves, el campamento será una ciudad fantasmaen la que los familiares dejarán todo lo prescindible para que losmineros vuelvan al yacimiento San José a ver el escenario en quetranscurrió parte de esta histórica hazaña.