Los universitarios sirios, enfrentados por Al Asad

  • Ir a la universidad en Damasco puede no ser una buena idea. Si quieres tener plaza en la residencia o sacar mejor nota que el resto, tendrás que afiliarte al Baaz, el partido del presidente. La oposición en la universidad se ha hecho silenciosa, ya que los partidarios del presidente amenazan con tomar represalias si dan su opinión en clase.
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Hugh Macleod y corresponsal especial, Damasco (Siria) | GlobalPost

En un campus donde incluso un susurro sobre política conlleva un riesgo de ir a la cárcel y done la lealtad hacia el partido gobernante se ve recompensada con mejores calificaciones y con los mejores dormitorios, un pequeño grupo de estudiantes de medicina, con ramas de olivo y flores y vestidos con batas blancas brillantes, se juntaron en un escena verdaderamente revolucionaria: una manifestación contra el régimen.

"Dios, Siria, sólo la libertad", cantó el grupo de unos 150 médicos, sus voces reverberaban alrededor de los edificios docentes de la Universidad de Damasco.

La reacción del régimen fue la misma tanto dentro el campus como fuera de él: una violenta represión.

"Dios, Siria, sólo Bashar", era el canto rítmico, cuando alrededor de 500 miembros de la Asociación de Estudiantes, dirigidos por el gobernante Partido Baath, descendió lentamente hacia los manifestantes. La convocatoria de la libertad fue sofocada.

"Solíamos tener miedo de la policía secreta, pero ahora tenemos miedo de nuestros amigos, que se sientan a nuestro lado o conviven con nosotros en los mismos dormitorios", dice Mohamed, quien como otros estudiantes entrevistados para este artículo se negó a que se publicara su nombre completo por temor a que tomaran represalias contra él por haber hablado. "Es una vergüenza".

Activistas de derechos humanos han documentado decenas de casos de estudiantes detenidos después de hablar de sus opiniones en el campus al informar sobre ello a un compañero de estudios del Departamento de Seguridad de la Asociación.

"Los estudiantes informan sobre lo que hacen otros estudiantes a la Asociación y a cambio se les ofrece privilegios, como que se les permita salir fuera hasta más tarde o tener los mejores dormitorios", explica Khaled, un antiguo alumno de la universidad.

Unirse al partido

La principal vía que tiene el régimen para ejercer el control sobre el campus es mediante recompensas a los estudiantes si se unen al partido gobernante y a la Asociación de Estudiantes dirigida por Baath.

La vida política comienza temprano. Los estudiantes de la escuela elemental pueden unirse a los Baath Pioneers y después, durante el instituto, a la Unión de Juventud Revolucionaria.

Al inscribirse en la universidad, los estudiantes son animados por sus profesores a unirse al partido Baath. Ser miembro garantiza a los estudiantes un aumento inmediato de sus puntos de calificación, un impulso fundamental para muchos que tienen la esperanza de entrar en las mejores facultades.

"Los estudiantes pertenecientes al Baath reciben de 5 a 10 puntos más de calificación que nosotros para que puedan entrar en las mejores facultades", afirma Mohammed, que no se unió al partido gobernante.

Ser miembro de la Asociación de Estudiantes, dirigida por Ammar Saaty, un diputado del Partido Baaz, aunque no es obligatorio, también conlleva muchas recompensas.

"Es más fácil conseguir una habitación en el campus si eres miembro de la Asociación. De lo contrario, podrías tener que alquilar una habitación en la ciudad, lo que cuesta mucho dinero", explica Mohammed.

Los miembros de la Asociación de Estudiantes son recompensados cuando informan sobre los estudiantes sospechosos de no apoyar al régimen.

Matones itinerantes en el campus

"Ahora hay más de 300 patrullas de la policía secreta dentro de la universidad junto con los miembros de la Asociación de Estudiantes", advierte Ahmad, un estudiante de la Universidad de Damasco. "Insultan a la gente y si alguno responde es golpeado".

Mientras que algunos padres afectados han mantenido a sus hijos e hijas en casa, otros estudiantes han decidido boicotear las clases en señal de protesta.

Las clases se han dividido en grupos de matones, dice Ahmed, al grito de "¡Viva Bashar!" y de "¡hay traidores entre nosotros y los vamos a matar!"

A finales del mes pasado, se envió a la policía secreta siria a la Universidad de Damasco para hacer una redada en los dormitorios.

"Los oficiales vinieron a los dormitorios de los estudiantes, registraron su habitación y detuvieron a algunos de los estudiantes", asegura Ahmad.

Un representante del Sindicato de Estudiantes, en contacto con un periodista, se negó a comentar nada acerca del testimonio de los estudiantes que habían sido golpeados por miembros de la Asociación.

En una conferencia de prensa, el ministro de Educación Superior Abdul Razzaq Sheikh Issa dijo: "no está permitido que los estudiantes universitarios se manifiesten o hagan una sentada dentro de los edificios de la universidad.  Si los estudiantes tienen alguna demanda pueden hablar directamente con el decano de su facultad o con el presidente de la universidad".

Khaldoun, un miembro de la Asociación de 21 años de edad y firme partidario del régimen, dice: "Las universidades son para la educación, no para manifestaciones". Sin el Partido Baaz y sin el Presidente Assad ninguno de nosotros, pobres, podríamos entrar en la universidad", dice.

"Esos estudiantes que están protestando están estudiando en los edificios del gobierno: Nadie come de un plato sólo para escupir en él. Todos los que estén contra el país o contra Al Asad deberían ser castigados".

Pero para muchos estudiantes, la barrera del miedo que durante generaciones ha mantenido la política fuera de la escuela ha caído en cuestión de semanas.

Desde el ataque a los estudiantes de medicina, un grupo llamado "estudiantes universitarios de Siria", emitió una declaración de ocho puntos denunciando los "actos de fuerza y la humillación infligida a los estudiantes universitarios en los campus por parte de las fuerzas de seguridad".

"Queremos la libertad y la democracia para toda Siria", pide Ibrahim, uno de los estudiantes que redactó el comunicado.

"Queremos la libertad de expresión, la liberación de los presos políticos, que se permitan los partidos políticos y unos medios de comunicación libres".

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