10 MILLONES DE PERSONAS, VÍCTIMAS DE LA MAYOR SEQUÍA QUE VIVE ETIOPÍA DESDE HACE MEDIO SIGLO

Alrededor de 10 millones de etíopes sufren las consecuencias de la peor sequía que ha vivido Etiopía en medio siglo. Así lo indica la ONG Ayuda en Acción, que alerta de que la población, además de la carestía de agua, no tiene alimentos, semillas ni ganado del que abastecerse. La situación es fruto del fenómeno climático de 'El Niño' y podría prolongarse hasta mitad de año.
Por ello, desde finales de 2015 la ONG ha distribuido agua potable a casi 60.000 personas en el centro y norte del país, en áreas prioritarias de la emergencia (Janamora, Ankober, Girar Jarso y Killtte Awlaelo). Según el coordinador de la organización en Etiopía, Luis Santiago Cano, los etíopes de mayor edad comparan esta situación con la hambruna de 1984.
“La diferencia ahora y la razón por la que aquellas imágenes no se dan es porque Etiopía hoy no se encuentra en guerra como en los 80 y porque la comunidad internacional está más organizada para prestar ayuda humanitaria”, subraya.
Desde el año pasado el Gobierno etíope coordina una respuesta a la emergencia con el apoyo de ONG y organismos internacionales. Según el último plan de respuesta a la crisis humanitaria para 2016, la necesidad de fondos asciende a 714 millones de dólares.
Esta crisis humanitaria afecta especialmente a los niños. Ayuda en Acción calcula que 435.000 menores en Etiopía están afectados por malnutrición severa este año. Además del hambre y las enfermedades (hubo 15.000 casos declarados de sarampión en 2015 y un reciente brote de diarrea), está en el punto de mira por el elevado riesgo de abandono escolar.
Sumado a la pérdida del 50 al 90% de las cosechas en algunas zonas y la inseguridad alimentaria por la falta de lluvias, la degradación del suelo cultivable y la deforestación, preocupan los cortes reiterados de suministro de agua: casi dos millones de etíopes carecen en estos momentos de acceso a agua potable.
Al problema del agua habría que añadir la pérdida masiva de ganado (se prevé que en 2016 alcance las 450.000 cabezas), con lo que ello conlleva de desaparición del principal medio de vida de muchas familias.