Museo de Hezbolá en el Líbano: guerra para toda la familia

  • Un joven se esconde detrás de una barricada para que le saquen una fotografía al lado de un tanque israelí. Un padre pone la mano de su pequeña hija en el gatillo de una pieza de artillería. Un jeque chií, vestido con los ropajes tradicionales, camina por delante de un mapa que dice “Palestina Ocupada”. Dos mujeres lloran en silencio en el lugar donde se dice que solía rezar el fallecido líder de Hezbolá, Abbas al-Musawi.Es el día de la inauguración del museo de la guerra de Hezbolá en la ciudad de Mlita, al sur del Líbano.
Theodore May | GlobalPost

(Mlita, Líbano). La construcción del museo de Hezbolá, ahora al frente de la oposición libanesa, no ha terminado todavía. Los trabajadores aún están levantando la cafetería y la tienda de regalos está vacía. Pero aún así los líderes de Hezbolá (grupo chií radical, aunque no incluido en la lista de grupos terroristas de la UE) decidieron inaugurarlo para conmemorar el décimo aniversario de la retirada de Israel del sur del Líbano.

“Las fuerzas israelíes ocuparon esas colinas”, explica un guía del museo Abu Ahmed, quien dice tener órdenes de no dar su nombre completo. “El huracán de la resistencia atacó a los israelíes y los condujo hacia el abismo”, añade.

De hecho, la parte central del museo es una exposición titulada “El abismo”. Es una zona de cráteres, rodeada por una rampa para los visitantes, repleta de tanques volcados y restos de munición de Israel.El museo, cuya planificación comenzó en 2006, está situado en la cima de la colina que sirvió como base de las operaciones de Hezbolá contra Israel.

En su día de inauguración, el museo estaba repleto de simpatizantes de la organización islamista. Muchos llevaban las banderas verdes y blancas de Hezbolá; otros, sus gorras. El tráfico se colapsó a lo largo de casi dos kilómetros con los coches de los asistentes.

Hoy es el día de la liberación”, dijo Abu Ahmed, refiriéndose al día festivo nacional que marca el aniversario de la retirada de Israel, “¡Es como el 4 de Julio [de EEUU]!”.

Detrás de “El abismo”, los visitantes son invitados a caminar a través de la zona boscosa en donde las fuerzas de Hezbolá concentraron sus operaciones contra Israel. Caminando por el camino, se puede ver la reconstrucción de un hospital de campaña, un tributo a los hombres-bomba suicidas, y un complejo sistema de cuevas en donde los combatientes vivían, rezaban y planeaban sus ataques.

Otra de las zonas del museo ha sido diseñada para enseñar la magnitud del arsenal de Hezbolá, y en ella se muestran lanzacohetes y sistemas antitanque.

Para el asediado sur del Líbano, que ha estado durante generaciones en la primera línea de guerras, tanto civiles como internacionales, fue un extraño día de celebraciones. La apertura del museo contribuía a esa sensación de festividad, demostrando el poder del grupo islamista que no es bien visto por muchos ojos occidentales.

“Me siento orgulloso porque lo que se está haciendo aquí es por el bien de la gente que vive aquí”, aseguraba uno de los visitantes, Mohammed Jammoul, sentado frente a un póster con las imágenes de líderes israelíes. “Israel es nuestro enemigo. Soñamos con golpearles con cada una de las armas que tenemos”.

El museo retrata a Hezbolá como una fuerza de combate poderosa, más que una milicia rudimentaria. En muchos modos, Hezbolá ha madurado desde los días en que lanzaba misiones a pequeña escala contra los militares israelíes en la década de 1990. Junto con sus aliados, ahora es una fuerza dominante en la política libanesa. Además, los líderes de Hezbolá pueden ser escuchados frecuentemente en la televisión alardeando del aumento del alance del arsenal de la organización.

Pero hay muy pocas referencias al enorme desequilibrio que todavía existe entre la capacidad militar de Israel y la de Hezbolá, más modesta.

Pese al aire festivo, el museo abrió bajo la amenaza de un nuevo estallido de violencia.Oficiales israelíes acusaron el mes pasado a Siria de suministrar misiles scud a Hezbolá. Coincidiendo con el fin de semana de la inauguración Israel desarrolló un importante ejercicio militar justo en la frontera, por lo que Hezbolá activó su nivel de máxima alerta. La posibilidad de que este verano haya de nuevo una guerra se ha convertido en el tema favorito de especulación estos días entre muchos libaneses.

Aún así, Hezbolá parecía determinada a utilizar el evento para mirar hacia atrás y reivindicar los logros de la organización.“Queremos que este museo refresque la memoria de los otros libaneses”, afirmó el jeque Ali Daher, uno de los portavoces de Hezbolá. “Para nuestra gente este día significa el día de la dignidad, el día en que toda la gente se puso en pie a la vez para reclamar su libertad”.

El salón principal de exposiciones en el interior del museo está dedicado a hablar de Israel, aunque desde el punto de vista de Hezbolá.Una fotografía de un soldado llorando corona un póster con datos sobre el Ejército de Israel. Otro póster muestra imágenes de satélite de las principales ciudades israelíes. El guía Abu Ahmed afirma que esas imágenes ilustran el profundo conocimiento que tiene Hezbolá de su enemigo (aunque varios minutos navegando en Google Earth producirían los mismos resultados).

En el exterior de la zona principal de exhibiciones los visitantes pueden subir unas escaleras y disfrutar de una espectacular vista de los alrededores. Desde ese punto, Rami Hassan, otro guía del museo, que no mostró reparo en dar su nombre completo, mira en dirección hacia Israel. “Yo no veo a Israel, sólo veo a la Palestina Ocupada”, dice con una sonrisa.

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