Nicaragua vuelve al oro, ¿fiebre o desarrollo?

  • En Nicaragua los sandinistas se han librado de su retórica marxista para dar de nuevo la bienvenida al negocio de la minería de oro. Para muchos estas explotaciones traen el desarrollo a las comunidades, para otros se trata de mera ambición de los poderosos.
John Otis, La Libertad (Nicaragua) | GlobalPost
John Otis, La Libertad (Nicaragua) | GlobalPost

Las explosiones suenan cerca de La Libertad, una zona que fue escenario de feroces combates durante la guerra civil de Nicaragua en la década de 1980.

Pero en estos días, las explosiones no provienen de los guerrilleros, sino de los buscadores de oro.

Los precios récord del oro han dado lugar a una afluencia de inversores extranjeros y a la reactivación de la industria minera de Nicaragua, durante mucho tiempo inactiva. La producción anual de oro se ha más que duplicado en los últimos tres años.

El oro es ahora la tercera exportación más importante del país y ha ayudado a Nicaragua a ocupar el primer puesto en la tasa de crecimiento económico de Centroamérica.

En Colombia, Perú y otros países de Sudamérica, los proyectos de extracción de oro han provocado a menudo protestas, ya que pueden dañar el medio ambiente y perturbar a las comunidades rurales. Sin embargo, Nicaragua, el segundo país más pobre del hemisferio, tiene pocas opciones económicas.

Es más, el impacto ha sido menos grave, porque en vez de hacer voladuras y demoliciones en sitios nuevos ubicados en áreas vírgenes, las compañías locales y extranjeras se han centrado, al menos hasta ahora, en aumentar la producción en zonas mineras tradicionales.

Como resultado, el Gobierno nicaragüense y los pueblos situados cerca de las minas han tendido sus brazos abiertos a esta industria.

"Las compañías mineras significan hoy mucha inversión y muchos puestos de trabajo", dice  José Adán Aguerri, presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada de Nicaragua.

Las compañías mineras, añade, "tenemos una buena relación con las comunidades. Y eso es muy importante para un sector que no siempre ha sido muy amable con las comunidades.

Ayudan a que Nicaragua, de alguna forma o manera, haya estado tradicionalmente vinculada a la minería de oro.

Con la llegada de la fiebre del oro de California en 1849, Nicaragua fue un acceso directo transoceánico para los buscadores del este de EEUU que estaban desesperados por llegar a la costa oeste. Más tarde, las empresas estadounidenses y británicas firmaron contratos para extraer oro de varias áreas de Nicaragua, incluyendo La Libertad.

Más recientemente, la producción de oro en La Libertad fue decayendo.

Pero en 2009, B2Gold Corp. con sede en Vancouver, adquirió la mina a cielo abierto aquí y gastó otros 100 millones de dólares para modernizar las operaciones y aumentar la tasa de recuperación del oro que se extrae del mineral.

Además de crear cientos de puestos de trabajo, B2Gold está procesando el mineral comprado a los mineros particulares. La idea es reducir el uso de mercurio, una sustancia química altamente tóxica ahora rechazada por la industria, pero que todavía es utilizado por muchos mineros de pequeña escala para separar el oro del mineral.

Además, la compañía está invirtiendo grandes sumas en la reforestación, la purificación del agua y otros proyectos en La Libertad, que es la ciudad natal del presidente Daniel Ortega.

Durante una reciente gira por la ciudad, las contratistas  estuvieron pavimentando las calles y construyendo un complejo de viviendas para los mineros, mientras que en el parque central los trabajadores estuvieron construyendo un tejado para la cancha de baloncesto.  Los tres proyectos están siendo financiados por B2Gold.

"Esto ha traído un montón de desarrollo para la región", destaca Omar Vega, gerente de la mina de B2Gold en La Libertad. "Puede ver las ciudades y los pueblos cercanos en crecimiento, con una intensa actividad económica".

La producción de oro en La Libertad y otros lugares ha ido en aumento y se espera que alcance las 200.000 onzas en 2011. Eso traerá unos 350 millones de dólares en ingresos derivados de las exportaciones y mantendrá la economía en la senda de crecimiento de entorno a un 4% anualmente, de acuerdo con Sergio Ríos, presidente de la Cámara Nicaragüense de la Minería.

Irónicamente, el auge de la minería en Nicaragua tuvo lugar bajo Ortega y los sandinistas, que fueron vistos una vez por el sector privado como archienemigos anti-capitalistas. Eso es porque después de que las guerrillas sandinistas tomaran el poder en 1979, Ortega encabezó un gobierno marxista que nacionalizó las minas y expulsó a las empresas mineras extranjeras.

Sin embargo, un embargo de EEUU hizo casi imposible para los nuevos administradores de la  mina asegurar las piezas de repuesto para los equipos de minería de fabricación estadounidense. Además, las minas fueron atacadas por los rebeldes contrarrevolucionarios ("Contras") apoyados por Estados Unidos, que trataron de derrocar a los sandinistas. La producción de oro cayó en picado.

"Los Contras se hicieron cargo de los pueblos mineros. Sabotearon las instalaciones eléctricas y quemaron las instalaciones mineras, explica Ríos. "Durante la revolución sandinista no había inversión en las minas".

Los sandinistas salieron del poder en 1990 y los siguientes gobiernos privatizaron las minas de oro. Pero la industria se mantuvo en una situación de depresión hasta que los precios del oro comenzaron a despegar.

Durante la última década, el precio por onza ha aumentado de  300 a 1.600 dólares. De repente, las compañías mineras extranjeras, que podrían producir oro por cerca de 500 dólares la onza, comenzaron a echar un segundo vistazo a Nicaragua.

Su antiguo enemigo Daniel Ortega, quien fue reelegido en 2006 y ganó un tercer mandato de cinco años en noviembre, les dio la bienvenida.

En esta ocasión, los sandinistas se han librado de su retórica marxista, adoptando políticas económicas amistosas para los negocios y manteniendo a raya a los sindicatos controlados por los sandinistas.

"Este es, de lejos, el mejor lugar (para las empresas mineras) que operan en Centroamérica", dijo Randy Martin, un ingeniero de minas de EEUU y presidente de Hemco Nicaragua, una empresa privada que opera la segunda mina de oro mayor de Nicaragua, cerca de la ciudad de Bonanza.

 

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