Obama abre la mano con Cuba, pero solo lo justo

  • En la política exterior estadounidense se aplica una vieja máxima según la cual sus líderes no deben de ceder en el embargo de medio siglo a Cuba sin lograr a cambio algo por parte del Gobierno de Castro. Así que cuando la Administración del presidente Barack Obama anunció hace poco que permitiría viajar a más estadounidenses a la isla y enviar más dinero en metálico, además de otros cambios menores, la decisión fue recibida con la pregunta: ¿Por qué ahora?
EEUU flexibiliza de nuevo las restricciones para viajar a Cuba
EEUU flexibiliza de nuevo las restricciones para viajar a Cuba
Nick Miroff, La Habana (Cuba)
Nick Miroff, La Habana (Cuba)

La Administración Obama estaba haciendo circular desde el otoño su planteamiento de cambios en el embargo entre algunos expertos y periodistas. Pero con el contratista estadounidense Alan Gross retenido desde hace 13 meses sin cargos en una cárcel cubana, la aprobación de dichos cambios restaría peso al argumento de EEUU de que esa detención es un obstáculo para mejorar las relaciones bilaterales.

¿Estos nuevos gestos con los nuevos permisos para viajar a la isla y transferir dinero son un reflejo por lo tanto de que Gross será liberado pronto? Posiblemente. ¿Podrían darse próximamente nuevos pasos para aflojar el embargo? Probablemente no. Las medidas aprobadas por la Casa Blanca facilitan que los estadounidenses vinculados a grupos religiosos o instituciones académicas puedan ir a Cuba, el único país del mundo al que el Gobierno de EEUU restringe los viajes de sus ciudadanos.

Con las nuevas medidas en marcha, cualquier estadounidense (no sólo aquellos con familia en la isla) puede enviar hasta 500 dólares a Cuba cada tres meses. También se permitirá a más aeropuertos de EEUU establecer servicios de vuelos chárter (ahora los vuelos sólo pueden salir de Miami, Nueva York y Los Ángeles).

Durante la Administración Clinton se aplicaron medidas similares, que después fueron canceladas por el presidente George W. Bush.

Tanto para los ciudadanos de a pie como para el Gobierno de Castro, los pasos dados por Obama supondrán unos beneficios económicos significativos, ya que estos nuevos viajeros se sumarán a los estadounidenses que ya pueden volar a la isla cargados con dólares para ver a sus familiares (unos 400.000 visitantes el año pasado). Obama levantó en 2009 las restricciones a los viajes de los cubanoamericanos con familia en la isla, y pese a que continúan vigentes otros impedimentos, el año pasado EEUU ya era el segundo país emisor de visitantes a Cuba después de Canadá.

Los cubanos que comienzan a trabajar como autónomos y que montan sus pequeños negocios como resultado de las recientes reformas económicas de Raúl Castro podrían ser algunos de los principales beneficiaros de la llegada de nuevos viajeros, especialmente los que alquilan habitaciones o tienen pequeños restaurantes en sus casas.

El momento elegido por la Casa Blanca para hacer este anuncio ha disparado los rumores de que Cuba podría finalmente presentar cargos contra Gross, despejando así su posible regreso a EEUU. La decisión de Obama fue difundida un día después de que representantes del Departamento de EEUU participando en conversaciones semestrales sobre migración con el Gobierno de Castro se mostrasen optimistas ante la prensa sobre la pronta resolución del caso Gross.

El contratista estadounidense de 61 años fue detenido en diciembre de 2009 cuando intentaba instalar equipos de comunicación por satélite no autorizados en la isla, a la que había entrado como turista. Aunque el Gobierno de EEUU insiste en que se trata de un trabajador inofensivo, las autoridades cubanas creen que se trata de un espía.

Algunos han especulado con la teoría de que Cuba arrestó a Gross para frenar el proceso en el que se estaba avanzando para levantar las restricciones de viajes a la isla, y que podría producir un flujo masivo de turistas estadounidenses. Por otra parte, los estrategas políticos de la Administración Obama no consideran que el aumento de estudiantes y religiosos estadounidenses en la isla pueda ser entendido como un premio al Gobierno de Castro.

De hecho, la Administración Obama asegura que su objetivo es impulsar los viajes "con significado" a Cuba y aumentar el contacto entre estadounidenses y cubanos, dando apoyo a las reformas democráticas mediante las relaciones personales.

"El presidente cree que estas acciones, combinadas con la continuidad del embargo, son pasos importantes para alcanzar el objetivo ampliamente compartido de una Cuba que respete los derechos básicos de todos sus ciudadanos", dice el comunicado oficial emitido por la Casa Blanca. "Estos pasos se suman a las acciones del presidente en abril de 2009 para ayudar a reunir a familias cubanas divididas, para facilitar las telecomunicaciones con el pueblo cubano, y para aumentar la ayuda humanitaria a Cuba".

Si bien parecen poco probables nuevas acciones por parte de Barack Obama, aunque Gross sea juzgado y liberado en los próximos meses, cualquier otro intento para aliviar el embargo en el Congreso de EEUU probablemente será bloqueado por la nueva mayoría republicana. La medida anunciada la semana pasada generó de inmediato críticas por parte de los apasionados defensores del embargo, especialmente legisladores de origen cubano como la republicana Ileana Ros-Lehtinen, que sostiene que así "no se ayuda a la gente cubana a liberarse de la tiranía que les atrapa".

Como nueva presidenta del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representes de Estados Unidos, Ros-Lehtinen ha dicho que seguirá oponiéndose a cualquier acción para recortar las viejas sanciones comerciales con el régimen de Castro, como la propuesta que se intentó aprobar el año pasado para aumentar las ventas de productos agrícolas a Cuba y levantar todas las restricciones para viajar a la isla.

El Gobierno cubano rápidamente presentó las nuevas decisiones del Gobierno estadounidense como una "derrota" de la congresista de Florida, aunque sin dar por ello demasiado crédito a la Casa Blanca. "Aunque las medidas dejan el bloqueo intacto y no cambian sustancialmente las políticas de Washington, reflejan el consenso de amplios sectores del pueblo norteamericano a favor de un cambio de política", señalaba la página web oficialista Cubadebate.

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