Ocho cuestiones no resueltas dos meses después del tsunami de Japón

  • El terremoto y posterior tsunami del pasado 11 de marzo han dejado alrededor de 25.000 víctimas y miles de desplazados. Dos meses después se abren nuevas incógnitas sobre el destino de los supervivientes, el futuro de la energía nuclear y el estado de los reactores de la central de Fukushima. Éstas son algunas de las cuestiones pendientes.
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1. La identificación y recuperación del los muertos

Las excavadoras que entran a limpiar en los pueblos afectados siguen levantando cadáveres. La cifra oficial hecha pública este miércoles es de 14.949 muertos y 9.880 desaparecidos, casi 25.000 víctimas mortales. La policía japonesa ha empezado a realizar una base de datos de ADN para identificar los millares de cadáveres encontrados. A medida que conocemos más detalles, salen a la luz las dimensiones de la tragedia, como que la mayoría de las víctimas mortales fueron personas mayores. En concreto, dos tercios de los cadáveres identificados eran de personas de más de 60 años y el 90% murieron ahogados.

2. ¿Qué va a pasar con los supervivientes?

Alrededor de 130.000 personas siguen lejos de sus casas después del tsunami. La mayoría está alojada temporalmente en refugios y polideportivos, sin saber cuándo serán realojados. El gobierno japonés anunció su intención de construir 70.000 casas temporales para acomodar a los supervivientes, pero no estarán disponibles hasta mediados de agosto. La cantidad de gente afectada es tal, que los gobiernos locales no son capaces de construir las nuevas casas a tiempo. Las primeras casas se asignan a personas mayores o enfermas, y el resto se entregan por sorteo. La mayoría no sabe dónde vivirá en el futuro ni cómo podrá ganarse la vida.

En los alrededores de la central nuclear de Fukushima, las autoridades han empezado a autorizar a las personas desalojadas en el área de exclusión a regresar temporalmente a sus hogares. Alrededor de un centenar de residentes de la localidad de Kawauchi fueron autorizados a regresar este martes a sus casas durante dos horas, provistos de trajes protectores contra la radiación, y a recoger algunas pertenencias en una pequeña mochila.

A esto hay que sumar otros daños colaterales del terremoto, como el desplazamiento del terreno. En algunas localidades, el seísmo hizo descender la tierra más de un metro sobre el nivel del mar, con lo que ahora se ven inundadas dos veces al día cuando sube la marea. "Miro por la ventana", asegura uno de los vecinos de Ishinomaki a The Japan Times, "y parece que nuestras casas están en mitad del océano".

3. Una región enterrada en escombros

Buena parte de la costa noreste de Japón quedó sepultada por los edificios, barcos y coches que arrastró el tsunami. Las autoridades calculan que hay unos 26 millones de toneladas de escombros por retirar las ciudades de la costa y que tardarán no menos de 3 años en limpiarlo. En algunos lugares, como la ciudad de Tohoku, en la prefectura de Miyagi, los propietarios tienen la oportunidad de elegir si quieren que sus casas sean demolidas por el gobierno o si lo limpiarán personalmente. Para diferenciar unas de otras, las fuerzas de autodefensa marcan las casas que serán de molidas con banderas rojas. Algunos estudios estiman que los escombros que engulló el mar durante tsunami viajarán por el Pacífico y alcanzarán la costa oeste de EEUU en un par de años.

En la zona de evacuación en torno a Fukushima, los limpiadores se encuentran con una dificultad añadida. Hace unos días se tomaron las primeras muestras en 120 localizaciones cercanas a la central para analizar los niveles de contaminación radiactiva. En función de los datos, las autoridades decidirán si empiezan o no a despejar la zona.4. Al filo del gran apagón

De los 54 reactores nucleares que Japón tenía antes del terremoto, solo quedan operativos una veintena. La reciente decisión de paralizar la planta nuclear de Hamaoka por motivos de seguridad (la planta está ubicada al borde del mar en un área de gran riesgo sísmico) complica aún más la situación energética del país. Las autoridades temen por el suministro especialmente durante el verano, cuando se dispara el consumo por el aire acondicionado.

Por si fuera poco, la compañía propietaria de Fukushima, Tepco, está en una situación extremadamente delicada. Tepco es la mayor eléctrica del país y abastece a unos 45 millones de japoneses. "Si tal situación continúa... no podremos asegurar fondos suficientes tarde o temprano, lo que afectaría también al suministro estable de electricidad", ha asegurado el presidente de la empresa esta semana.

5. ¿Hubo alguna vez un apocalipsis nuclear?

Por primera vez desde que comenzó la crisis nuclear, un grupo de trabajadores pudo entrar esta semana en el reactor número 1 de la central de Fukushima y preparar las instalaciones para su refrigeración definitiva. Después de analizar la cantidad de materiales radiactivos presentes en el agua, Tepco ha concluido que los elementos combustibles no se encuentran seriamente dañados. Aún queda mucho trabajo por delante y los niveles de radiación en muchas zonas de la planta hay niveles demasiado elevados para los trabajadores. Uno de los primeros objetivos es sacar y descontaminar las grandes cantidades de agua radiactiva acumuladas en los reactores, un proceso que comenzará en el mes de junio.

Pese a las primeras semanas de desconcierto, parece que la situación de la central empieza a ser poco a poco controlada, las temperaturas están bajando paulatinamente y las tasas de radiación empiezan a descender. En esta situación, las autoridades japonesas confían en llevar a todas las unidades de la planta a una "parada fría" en un plazo entre seis y nueve meses.

Las palabras del comisario europeo de Energía, Günther Oettinger, calificando de "apocalipsis" el accidente de Fukushima en los primeros días del suceso suenan ahora lejanas y exageradas. Dos meses después, un análisis más sosegado permite comprobar el alcance de los daños: las consecuencias de la crisis de Fukushima se extenderán en el tiempo y han obligado a miles de personas a permanecer fuera de sus casas, pero no ha causadoninguna muerte hasta la fecha. La cifra de 25.000 muertos provocada por el tsunami y la destrucción que sembró en el noreste de Japón desequilibran el balance final a la hora de comparar los daños causados por la imprevisión humana y los causados por la naturaleza.

6. ¿Qué alcance tendrá la contaminación radiactiva?

La principal preocupación de salud pública, que la contaminación radiactiva alcanzara la cadena alimentaria, parece controlada desde hace semanas. Las autoridades japonesas vigilan cada paso del proceso y, gracias a la facilidad con que se detectan las radiaciones, garantizan que no hay comida contaminada en el mercado.

En cuanto a las grandes cantidades de agua contaminada vertidas al mar, el gobierno japonés prohibió hace semanas la pesca de pequeños peces capturados alrededor de la central de Fukushima y estableció un área de 30 kilómetros como perímetro para pescar con seguridad. Además, la Agencia de Pesca japonesa revisa junto a industrias locales los niveles de radiación en el pescado y el marisco que se capture por encima de las latitudes de la provincia de Kanagawa, al oeste de Tokio.

Las autoridades sostienen que la contaminación radiactiva se disolverá en el agua con cierta rapidez y que no habrá un peligro potencial para el consumo de pescado en Japón. Aún así, otras organizaciones como Greenpeace y las autoridades de otros países, vigilan los niveles de contaminación por su cuenta. Las restricciones a las importaciones de comida procedente de Japón siguen vigentes en muchas partes del mundo.

7. ¿Quién se hará cargo de la indemnización a las víctimas?

El gobierno negocia con la compañía Tepco y los bancos la manera de hacer frente a la deuda y las compensaciones de millones de euros que tendrán que pagar a los afectados por la crisis nuclear, que ha obligado a abandonar miles de casas. Hoy mismo, Tepco ha vendido alrededor de 500 millones de yenes en activos para recaudar dinero para la indemnizaciones, según la agencia Kyodo. Aún así, el presidente de la compañía ha pedido reiteradamente ayuda al Gobierno para hacer frente a estos pagos. El presidente y el resto del consejo directivo se han rebajado los sueldos a la mitad como muestra de las dificultades que afronta la empresa.

8. ¿Se garantizará la seguridad nuclear a partir de ahora?

Aunque el gobierno japonés ha asegurado que no renunciará a la energía nuclear, sí ha realizado algunos gestos para evitar que catástrofes como la de la central de Fukushima se repitan. Esta semana el ejecutivo ordenó detener todos sus reactores de la central nuclear de Hamaoka, considerada una de las más peligrosas de Japón, debido al elevado riesgo sísmico en la zona donde está la planta, a 200 kilómetros al sur de Tokio.

Para mejorar la seguridad el gobierno ha solicitado la construcción de diques de seguridad para afrontar un tsunami de grandes dimensiones. El proceso puede tardar hasta dos años, lo que añade dudas sobre el suministro energético en la región del centro de Japón donde se encuentra la planta. El gobierno ha insistido en que no pedirá paralizar más reactores y que no existe preocupación especial por el resto de centrales.Imagen: Getty

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