Los países de los Balcanes temen pagar las consecuencias de un Brexit

La súplica pública del primer ministro albanés Edi Rama, pidiendo a los británicos que no se vayan de la Unión Europea, resume la inquietud de los países de los Balcanes que temen ser los grandes perdedores de un triunfo del Brexit.

"¡Por favor, no se vayan!", era la frase final de una tribuna publicada por el jefe de gobierno albanés en el diario Times de Londres.

"Que el Reino Unido se quede o no, las negociaciones entre los 27 Estados miembros y el Reino Unido serán prioritarias en la agenda de la UE, al mismo nivel que la crisis de los migrantes", dice a la AFP Tanja Miscevic, negociadora del gobierno serbio con la UE.

"Luego será el turno de Turquía y, si no surge ninguna otra cosa, la ampliación y Serbia", agrega.

En esta región pobre, de unos 20 millones de habitantes, la idea europea mantiene su aliento y es vista como una promesa de estabilidad, paz y prosperidad.

Pero ese entusiasmo ha sido mellado por la crisis económica primero y luego por la crisis de los migrantes.

Los países balcánicos, en primera línea frente a la afluencia de migrantes, no se sintieron apoyados por Europa, provocando un desencanto que el Brexit podría acentuar, según responsables de la región.

"No se puede esperar de una Unión Europea sacudida por la salida del Reino Unido y luchando por su supervivencia que se ocupe de la ampliación a los Balcanes", afirma Safet Gerxhaliu, presidente de la Cámara de Comercio de Kosovo.

Seis países de los Balcanes -Albania, Bosnia Herzegovina, Kosovo, Macedonia, Montenegro y Serbia- aspiran a integrar la Unión Europea.

El año 2020, horizonte inicial para la adhesión de algunos de esos países, ya parece ilusorio.

Macedonia, por ejemplo, quedaría "más lejos de la Unión Europea de lo que está ahora", si los británicos se separan de la UE, afirma Petre Silegov, dirigente del partido socialdemócrata de Macedonia.

En Serbia, a pesar de una fuerte corriente prorrusa en la opinión pública, el primer ministro Aleksandar Vucic ganó las elecciones por amplia ventaja gracias a un programa proeuropeo.

En Albania, la reforma del sistema judicial que exige Bruselas abrió una crisis política, pero por razones ajenas al proyecto de adhesión, que prácticamente no tiene opositores.

"Gracias a esa aspiración hemos modificado el curso de una larga historia de guerras y conflictos sangrientos y entramos en una nueva era de paz y cooperación", escribía a fines de abril Edi Rama en la tribuna publicada por el Times.

Pero, actualmente, los Balcanes tienen más que nunca el sentimiento de no ser una prioridad europea.

"Una salida del Reino Unido nutrirá el euroescepticismo", advierte Edita Tahiri, la ministra kosovar del Diálogo.

"Lo que más temo es que los Balcanes queden fuera del radar, pase lo que pase en el Reino Unido" en el referéndum del jueves, dijo Tanja Miscevic.

"En cada crisis interna, las puertas de la Unión Europea se cierran para los nuevos miembros", destaca el analista de Pristina Naïm Gashi.

Existe el riesgo de un nuevo "ascenso del nacionalismo en todo el continente" si se desvanece el sueño europeo, sostiene Tanja Miscevic.

La extrema derecha no tiene la fuerza electoral que logró en Austria o Francia, pero en Serbia el ultranacionalista Vojislav Seselj logró regresar al parlamento, dispuesto a soplar en las brasas antieuropeas.

Cerrarle la puerta a los Balcanes puede sumar un nuevo problema para el Viejo Continente, según Tanja Miscevic.

"Sólo una Europea consolidada puede resolver problemas como la crisis de los migrantes", sostiene.

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