Los peruanos eligen presidente este domingo y Keiko Fujimori es la favorita

Primero fue la irrupción de candidatos políticos sin grandes estructuras partidarias detrás, nombres propios y de peso que escaparon a los grandes movimientos tradicionales.

Después afloró la polémica, las acusaciones cruzadas y determinados aspirantes que fueron obligados por la Justicia electoral a desistir de la carrera presidencial. Más tarde se celebró la primera vuelta en las urnas y, finalmente, dos adversarios han quedado con opciones para aspirar a la Presidencia.

A las secuencias que conforman todo el proceso electoral del país sudamericano que culminará este domingo no le ha faltado de nada. Finalmente, Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski son los nombres que competirán este domingo para llegar a la Jefatura de Gobierno.

Más de 22 millones de peruanos estarán nuevamente llamados a las urnas este domingo, para votar en las segunda vuelta de sus elecciones presidenciales nacionales.

Hasta hace unas semanas, las encuestas habían sugerido cierta paridad (algunas hasta pronosticaban un empate técnico) entre los dos candidatos. Sin embargo, con el correr de los días los sondeos parecen sugerir ahora que la hija del controvertido Alberto Fujimori es la favorita para ganar.

La campaña ya ha culminado, mientras que los debates se silenciaron, como estipula la Ley electoral. Mientras los peruanos asisten a la denominada jornada de reflexión, los números de las encuestadoras sugieren que Fujimori se impondría por una diferencia del orden de unos cinco o seis puntos a su contrincante.

Claro que, por ahora, todas son especulaciones y tendencias. Los seguidores de Pedro Pablo Kuczynski se aferran a la esperanza al recordar que, en la última semana de las elecciones de 2011, la propia Keiko aventajaba al presidente Ollanta Humala por casi dos puntos y, sin embargo, terminó siendo derrotada.

Uno de los puntos claves, como siempre, estará determinado por los indecisos, quienes en toda recta final se tornan cruciales. Un 5% de los votantes ha afirmado que aún no tiene decidido su voto.

Llama la atención, por otra parte, el altísimo porcentaje de votantes (alrededor del 12%) que ya ha asegurado que votará en blanco o que hará intencionadamente anular su voto, por considerar que estas elecciones están sumidas en la 'trampa' y el engaño, debido a los numerosos escándalos que han acabado prematuramente con otros aspirantes a la presidencia, quienes finalmente no pudieron postularse.

Keiko Fujimori tenía apenas 25 años cuando su padre debió renunciar a la presidencia del Perú (lo hizo por fax, desde Japón) cercado por las denuncias de haber violado derechos humanos, y por estar acorralado por la corrupción. En todo este tiempo, aquella joven se ha transformado en una tenaz y disciplinada mujer. Sería la primera de la historia en llegar a la presidencia de su país. Para el 55% de los peruanos, su victoria será inevitable.

Su mayor caudal electoral se sitúa en el norte de Perú. En Lima, la capital, en cambio, se libra la gran batalla. Allí pelea voto a voto con su rival, el economista Pedro Pablo Kuczyn, de 77 años. Kuczyn domina en intención de voto en el sur del país.

En las ciudades del interior de Perú, las encuestas sugieren que éste estaría al frente. Pero en los municipios rurales y más humildes, la preferida es Fujimori. En definitiva, la mujer cuenta con mayores simpatizantes entre las franjas de menores ingresos, exactamente a la inversa que su rival, que tiene más adeptos entre los sectores más pudientes.

Ni más ni menos, este domingo en las urnas confrontarán dos modelos antagónicos. El del hombre de centro que desesperadamente intentará captar el voto de la izquierda, aunque suene tan contradictorio, y el de la mujer pragmática y aguerrida que combina caudillismo con populismo.

Al margen de quien sea, el vencedor deberá gestionar los destinos del Perú con números que generan envidia sana en el resto de la mayoría de sus vecinos, desde el punto de vista económico: la inflación de mayo fue de apenas el 0,21% y la tasa de inflación anualizada bajó al 3,54%. Son números aislados, apenas, pero muestran una tendencia que invita al optimismo.