¿Por qué algunos terremotos son devastadores y otros no?

    • La pobreza es determinante en la calidad de las construcciones en las zonas sísmicas.
    • Las características geológicas del terreno o la situación del hipocentro también son de vital importancia.
Un terremoto de 7,5 sacude el noroeste de Afganistán
Un terremoto de 7,5 sacude el noroeste de Afganistán

El terremoto que ha sacudido Afganistán, Pakistán e India, ha provocado decenas de muertos con sus 7,5 grados de intensidad. Sin embargo, en los años sesenta se produjo otro temblor de 7,8 grados en el sur de España que provocó sólo siete muertos… todos ellos causados por crisis cardiacas desatadas por el pánico al seísmo. ¿A qué se deben las diferencias en estos datos?

Sin ir más lejos, los científicos han asegurado que es "seguro" que un tsunami como el de 1755 vuelva a asolar Cádiz algún día. La península ibérica es un territorio con una gran actividad sísmica, aunque rara vez se han dado catástrofes como esta del siglo XVIII, pese a que los grados en las escalas sean similares a los de otros grandes terremotos mundiales. Hay diversos motivos para ello.

Uno de los motivos principales es el nivel económico de los países. Temblores de magnitud similar afectan a menudo a países como Japón, pero en el país nipón normalmente apenas causan estragos, debido a que todas sus construcciones se encuentran preparadas para hacer frente a un terremoto. Algo difícil de pensar en un país en conflicto como Afganistán.

La misma situación se produjo a mediados de este año, cuando un terremoto en Nepal provocó miles de muertos. En el empobrecido país apenas hay dinero para comer, por lo que muy pocos edificios se encuentran preparados para soportar la embestida del temblor. Por otro lado, el hecho de que en Japón haya habitualmente terremotos fuertes, mientras que en zonas como Nepal no sean tan habituales, también cambia las prioridades en la construcción.

Más allá de los motivos económicos, también hay que tener en cuenta cuestiones geológicas. El hipocentro es la distancia que separa la superficie del origen del temblor. De esta manera, un hipocentro profundo puede hacer que un temblor con una graduación elevada apenas se sienta en la superficie… y todo lo contrario.

De esta manera, el tipo de suelo también puede influir en que la catástrofe sea mayor o menor. La situación de algunas ciudades en terrenos arenosos puede dificultar sobremanera las labores de construcción, por mucho que se quiera invertir en medidas para luchar contra los terremotos.

Por otro lado, la situación de las fallas también tiene peso en la gravedad de un terremoto. Las fallas continentales se encuentran menos contenidas que aquellas situadas intercontinentalmente o en los océanos. Esto ha hecho que desde principios del siglo XX, el número de fallecidos en terremotos de las primeras sea la mitad con respecto a las segundas.

En Afganistán, la suma de los factores ha provocado que el terremoto haya tenido tintes dramáticos. Aunque suene a tópico, en casos como los de estos seísmos, la pobreza resulta una aliada mortal que juega en contra de una población ya de por sí con grandes problemas en el día a día.

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