¿Por qué no cierran Punta Peuco, la cárcel más lujosa para represores de Pinochet?

    • La prisión para represores de la dictadura de Pinochet, Punta Peuco, está a un paso de alcanzar su máxima capacidad.
    • La cárcel cuenta con habitaciones individuales, baños privados, canchas de tenis, parrillas y terrazas.
Punta Peuco
Punta Peuco

En medio de un paisaje bucólico, la cárcel especial para represores de la dictadura de Augusto Pinochet, Punta Peuco, está a un paso de alcanzar su máxima capacidad, mientras los familiares de sus víctimas reclaman el cierre de esta "cárcel de lujo".Enclavado en Til Til, a 50 km de Santiago, la prisión alberga a un centenar de exmiembros de las Fuerzas Armadas, condenados por el secuestro, la tortura y el asesinato de algunas de las más de 3.200 víctimas que dejó el régimen de Pinochet (1973-1990).El recinto está muy cerca de colapsarse. 14 exmilitares tendrán que entrar en los próximos días por lo que la capacidad de la cárcel de 120 reclusos se queda corta."Puede que este recinto reciba entre 140 a 150 internos más el próximo año. Desde ese punto de vista hay que dejar claro que el recinto estaría completamente colapsado", dijo Oscar Benavides, presidente de la Asociación de Funcionarios Penitenciarios.Ante esta situación de crisis, los funcionarios de prisiones plantean la redestinación del recinto y el traslado de los reclusos a módulos especiales en cárceles comunes.La presidenta Bacheletse comprometió a cerrar Punta Peuco en este mes de septiembre en una reunión que mantuvo en julio con una víctima de la dictadura, Carmen Gloria Quintana, quemada viva en 1986 por una patrulla militar durante una protesta contra el régimen de Augusto Pinochet (1973-1990) junto al fotógrafo Rodrigo Rojas, fallecido por las graves heridas que sufrió.
Por otro lado, los familiares de las víctimas exigen su cierre definitivo y el cumplimiento de las condenas en las mismas condiciones del resto de los reclusos."Es un deber ético y moral que tiene este gobierno, con esta sociedad, con los familiares, con las víctimas de cerrar Punta Peuco", dijo Alicia Lira, presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos.Por fuera, no se ve muy distinto a otros recintos penitenciarios, con alambradas que recorren su perímetro y una torre de vigilancia, pero por dentro sus condiciones son muy distintas a las del resto de las cárceles chilenas.No se ha permitido el ingreso a la prensa a Punta Peuco, y las únicas imágenes de su interior son de 2013, divulgadas por un diputado que ingresó a la prisión.La cárcel cuenta con habitaciones individuales, baños privados, canchas de tenis, parrillas y terrazas. Los internos reciben las visitas en sus habitaciones a lo largo de todo el día, con una intimidad muy distinta a la del resto de los reclusos, que alcanza a 54.000 internos, con un nivel de colapso del 70%."La hotelería en definitiva para la atención de las personas que están en Punta Peuco es totalmente distinta a la atención que reciben en las cárceles comunes", describió Oscar Benavides, quien denuncia un "trato privilegiado" a estos internos"."Es un resort"En Punta Peuco cumplen condena, entre otros, Miguel Krassnoff, exbrigada del Ejército chileno condenado a más de 100 años por múltiples asesinatos y secuestros, Álvaro Corbalán, exjefe de la temida Central Nacional de Inteligencia (CNI) -una de las policías políticas del régimen- y Pedro Espinoza Bravo, uno de los jefes de la llamada "Caravana de la muerte" que acribilló a 75 opositores a inicios del régimen.Hasta hace poco cumplía condena allí uno de los mayores criminales de la historia chilena: el general retirado Manuel Contreras, exjefe de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA), a la que se le atribuyen la mayoría de los crímenes de la dictadura, y que falleció hace un mes, a los 86 años.El recinto se creó en el gobierno del democratacristiano Eduardo Frei, en 1995, cinco años después del retorno a la democracia y cuando Pinochet aún permanecía como jefe del Ejército.La coalición gobernante de centroizquierda accedió a la construcción de la cárcel en momentos en que se esperaba el ingreso a la cárcel de Contreras, para cumplir condenada por el asesinato del excanciller chileno Orlando Letelier."Punta Peuco es un reflejo de los consensos que hizo Pinochet, de la política 'de la medida de lo posible' de los primeros años de la transición" a la democracia, consideró Alicia Lira.En dos décadas no hubo ninguna iniciativa para el cierre del centro carcelario. En 2013, en medio de las conmemoraciones por los 40 años del golpe de Estado, el entonces presidente Sebastián Piñera, el único de derecha desde el retorno a la democracia, ordenó el cierre de otra cárcel especial: la prisión de Cordillera.En Cordillera, 10 exmilitares -entre ellos Manuel Contreras- cumplían condenas en condiciones lo más parecido a un recinto vacacional, con piscina y varias canchas de tenis.En medio de una gran expectación, todos los internos de Cordillera -salvo uno que se suicidó antes del traslado- ingresaron a Punta Peuco, una cárcel que hoy podría estar viviendo sus últimos días.Decisión políticaPara el abogado chileno especializado en derechos humanosCristian Cruz, el cierre de la prisión es una decisión política y prueba de ello "es que Sebastián Piñera (predecesor de Bachelet) cuando dejó su cargo cerró el penal Cordillera", que albergaba a exmilitares condenados por crímenes de lesa humanidad durante la dictadura."Si pudo cerrarlo un Gobierno de derechas (como el de Piñera) no entendemos por qué este (de centroizquierda) no lo hace con Punta Peuco", agregó Cruz.

Por su parte, el jefe del ejército, Humberto Oviedo, dijo la semana pasada que el cierre de Punta Peuco no es necesario pues se trata de "una cárcel como otros", según informó la prensa chilena.

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