"Primal Scream" protesta por el uso de su canción en el congreso "tory"

  • El grupo escocés de rock alternativo "Primal Scream" protestó hoy furiosamente por el uso de un tema suyo de 1994, "Rocks", en el congreso del Partido Conservador británico y consideró "vomitivo" ser asociados con esa formación de derechas.

Londres, 5 oct.- El grupo escocés de rock alternativo "Primal Scream" protestó hoy furiosamente por el uso de un tema suyo de 1994, "Rocks", en el congreso del Partido Conservador británico y consideró "vomitivo" ser asociados con esa formación de derechas.

Los asistentes al congreso "tory", que termina hoy en Manchester (norte inglés), presenciaron ayer asombrados cómo la intervención de la ministra del Interior, Theresa May, concluía con las notas de esa canción, que habla con lenguaje muy explícito del consumo de drogas, el sexo y la prostitución.

"Primal Scream estamos totalmente asqueados de que la ministra del Interior, Theresa May, concluyera su discurso en el congreso 'tory' con nuestra canción 'Rocks", dijo hoy la banda en un comunicado.

"Es absolutamente inadecuado -afirman-. ¿No investigaron la trayectoria política de nuestro grupo? ¿Ha escuchado ella la letra? ¿Sabe siquiera lo que significa (el estribillo) 'get your rocks off' (desmelénate)? No. Es una 'tory'. ¿Cómo va a saberlo?".

Incidiendo en sus diferencias políticas con ese partido, los miembros de la banda subrayan que se "oponen totalmente" al Gobierno de coalición entre conservadores y liberaldemócratas y a políticos como el primer ministro, David Cameron, o el viceprimer ministro, Nick Clegg.

"Son matones legalizados que promueven leyes para asegurarse de que los ricos continúan siendo ricos, poniéndose del lado de las grandes empresas mientras erosionan los derechos de los trabajadores", manifiestan los músicos.

"Nos gustaría distanciarnos de esta asociación vomitiva", apostillan.

Un portavoz del Partido Conservador confirmó que normalmente los ministros son quienes tienen "la última palabra" sobre la música que acompaña sus intervenciones sobre el estrado.

May cometió ayer otro fiasco al citar en su discurso como ejemplo de los problemas que plantea la actual ley de inmigración británica que un exconvicto extranjero evitó su deportación con la invocación de su derecho legal a la vida familiar "porque tenía un gato" en el Reino Unido.

Rápidamente, el principal tribunal del país emitió un comunicado en el que precisó que no fue el gato lo que permitió al interesado quedarse en este país sino un error del propio Ministerio del Interior en la aplicación de su normativa.

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