¿En qué punto está la ofensiva contra Mosul en una semana?

Irak lanzó hace una semana una ofensiva de envergadura para recuperar la gran ciudad de Mosul, que había sido convertida en el gran bastión en este país del grupo yihadista Estado Islámico (EI).

He aquí lo que se sabe de esta operación militar, la más importante en el país durante los últimos años.

Las fuerzas federales, que operan a partir de la base principal de Qayyarah, recuperaron decenas de aldeas ubicadas al sur de Mosul y progresan hacia el norte por el valle del Tigris.

Tras un primer avance de los combatientes kurdos (peshmergas) sobre el frente este, el ejército federal y las fuerzas de élite antiterroristas tomaron el relevo y recuperaron vastas zonas de la planicie de Nínive, en la que se encuentra la segunda ciudad de Irak.

En particular retomaron el control de Bartalla, una ciudad predominantemente cristiana situada a unos 15 kilómetros al este de Mosul, y luchan por recuperar Qaraqosh, la principal ciudad también cristiana del país antes de la llegada del EI.

Sobre el frente noreste, los peshmergas tomaron varias poblaciones en manos del EI y se despliegan en torno a Bachiqa.

La coalición internacional bajo liderato estadounidense afirma haber realizado 32 ataques aéreos sobre la zona en una semana, utilizando más de 1.700 misiles que, según la misma, ha destruido 136 posiciones de combate, 18 túneles y 26 coches bomba.

Ni el gobierno federal ni la región autónoma kurda comunican el número de muertos y heridos, pero ambas partes han sufrido importantes bajas.

Sin embargo, Bagdad, las fuerzas kurdas y la coalición internacional dirigida por Washington, que las apoyan con ataques aéreos y con el despliegue de consejeros en el terreno, indicaron que avanzaban más rápido de lo previsto.

El dirigente kurdo Masud Barzani saludó lo que describe como una excelente coordinación con las fuerzas federales, a pesar de la rivalidad política y presupuestaria entre Erbil y Bagdad.

La ofensiva sobre Mosul, último bastión del EI en Irak, ha sido retrasada en varias ocasiones y todas las partes han tenido la oportunidad de aprender de las operaciones precedentes y así afinar mejor su estrategia.

A pesar de que el EI se ha mostrado cada vez más pragmático en los últimos meses, y más propenso que antes a replegarse en caso de sufrir ataques, el grupo se ha defendido con mucha fortaleza hasta ahora.

De esta manera, ha lanzado decenas de atentados suicidas con coches bomba contra las fuerzas de seguridad, y sus combatientes han encendido fuegos en Mosul y alrededores para oscurecer con el humo el campo de batalla para los satélites y aviones enemigos. Pero esta táctica tiene un impacto limitado, según analistas.

Los yihadistas también han replicado atacando en otras partes del país, en particular con un ataque espectacular en Kirkuk (noreste), ciudad controlada por los kurdos, y un asalto a Rutba (oeste).

Más que una tentativa de ganar terreno, estas dos operaciones parecen haber tenido por objetivo hacer diseminarse a las fuerzas de seguridad y desviar la atención sobre las bajas yihadistas en la ofensiva de Mosul.

En los hospitales de Mosul, los médicos declararon a la AFP que el número de combatientes del EI heridos llegados desde el frente ha aumentado mucho durante la semana.

Los civiles ya pagan un alto precio por esta ofensiva, con un claro deterioro de las condiciones de vida en Mosul, con aún más represión e intimidaciones por parte de los yihadistas, cada vez más paranoicos.

El uso del humo -el EI ha prendido fuego a neumáticos en toda la ciudad, incendiado los pozos de petróleo cercanos y a trincheras anegadas con crudo- ha aumentado el número de personas que necesitan atención médica a causa de problemas respiratorios.

Más de 7.500 personas ya han huido de los combates en la periferia de Mosul y otras 1.000, aproximadamente, han franqueado la frontera con Siria, otro país en guerra, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

Actualmente, los combates tienen lugar en zonas poco pobladas, pero se teme un éxodo masivo una vez que alcancen a la aglomeración de Mosul. Según la ONU, podría desplazarse aproximadamente un millón de personas, provocando una emergencia humanitaria sin precedentes.

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