¿Realmente es mejor la Libia post-Gadafi?

  • Sin dinero, sin trabajo y con una calle plagada de armas de fuego, algunos estudiantes se preguntan si la revolución ha traído algo más que cientos de "mártires". Es la voz de una generación de exrebeldes que se siente frustrada en la nueva Libia.
Muamar el Gadafi
Muamar el Gadafi
María Sorribes Catret
Tracey Shelton, Misrata (Libia) | GlobalPost
Tracey Shelton, Misrata (Libia) | GlobalPost

Mientras los estudiantes y profesores se reunían en una gran sala de la Universidad de Misrata esta semana, el ambiente era de alegría y celebración. Había globos decorando la habitación. Los flashes de las cámaras saltaban por todas partes, mientras esperaban a que empezase la fiesta.

"Somos los primeros estudiantes en Libia que nos graduamos sin tener que llevar el título de la Gran Yamahiriya Árabe Libia Popular Socialista en nuestros certificados", pronunció una joven estudiante cuando comenzó su discurso a su compañeros de graduación.

Los discursos elogiaron a los combatientes rebeldes y la victoria que trajo la libertad a Libia. Los emocionados graduados se pusieron sus sombreros ceremoniales mientras comían pastel y hablaban con orgullo de su nuevo país y de la libertad recién descubierta. La sala estaba llena de esperanza y optimismo para una nueva y brillante Libia unida.

"A ninguno de nosotros nos agradaba Gadafi, pero antes las cosas estaban bien", dijo un joven de 21 años de edad, ex-combatiente rebelde mientras estaba sentado con sus amigos y compañeros rebeldes en Bengasi la semana pasada. "Teníamos dinero, educación gratuita. Si luchábamos con un cuchillo en la calle, hubiéramos sido arrestados.

Ahora la gente pelea con Kalashnikovs y granadas, y nadie hace nada".

A medida que el grupo hablaba de los problemas actuales, todos los miembros pidieron mantenerse en el anonimato por temor a represalias, otro joven combatiente tomó su turno de palabra.

"No hay dinero, no hay trabajo, todo el mundo tiene armas de fuego, todo el mundo tiene miedo", dijo. "Ahora me pregunto por qué hemos hecho esta revolución. El único resultado han sido tantos mártires".

El estado de ánimo entre muchos jóvenes combatientes es similar.

"La mitad de Misrata estaría de acuerdo en que las cosas estaban mejor antes, todas las noches oímos los cañones y las bombas. Si escribes mi nombre, tal vez mañana no seguiré aquí", dijo un combatiente rebelde de 23 años de edad, mientras pasábamos por las ruinas de una casa destruida en un ataque con granadas unos días antes.

La joven generación de ex rebeldes se siente frustrada en el nuevo régimen. Muchos de ellos siguen sin trabajo y se han abandonado a la bebida y a las drogas para lidiar con el trauma post-guerra. La repentina ausencia de combates ha dejado una gran cantidad de tiempo libre para que divaguen sobre  todas las muertes y los asesinatos del año pasado.

Para la generación más vieja, la preocupación es la de proporcionar sustento a las familias en las actuales circunstancias en las que todo está agotado.

"Libia está en una situación crítica y las cosas todavía no son estables", dice Ahmed Alsied, un programador informático que se convirtió en un líder entre los rebeldes de Misrata. "Es difícil en muchos sentidos. No hay dinero. Todo nuestro dinero se congeló. Los bancos están en la ruina. La mayoría de la gente está teniendo problemas psicológicos".

Alsied habla emocionado de los que se perdieron en la batalla yde la dificultad de las familias y los combatientes que ahora luchan para hacer frente a las pérdidas. Pero a pesar de los problemas, Alsied, como muchos otros, sigue siendo optimista sobre el futuro de Libia.

"Algunas personas todavía están diciendo que la época de Gadafi era mucho mejor", explica. "Esto es realmente malo. Los chicos jóvenes podrían pensar que el 17 de febrero la revolución iba a cambiar su vida con gran rapidez. De hecho, no se dan cuenta de la situación del nuevo Gobierno y no conocen los desafíos a los que se enfrenta. Pensaron que serían ricos al instante. Es por eso por lo que dicen que el período de Gadafi era mejor – sólo están bajo una situación de estrés".

Khadija Yusef, profesora y madre de cuatro hijos, habla con un optimismo similar. Dice que entre las mujeres se habla mucho de la época de Gadafi cuando el dinero, el trabajo y los libros escolares no eran el problema en el que se han convertido ahora.

"¿Pensaban que una varita mágica se agitaría una vez que Gadafi hubiese muerto y que de inmediato tendríamos una nueva Libia? No funciona de esa manera", dice mientras se prepara el té en la cocina familiar. "Libia está cansada. Después de 42 años y ahora un año de lucha, está cansada. Necesita tiempo para retomar a su camino, pero lo hará. Con el tiempo tendremos nuestra nueva Libia".

El coordinador de la Justicia del Consejo Nacional de Transición, Jamal Bennor, considera que el nuevo Gobierno se enfrenta a muchos desafíos y que se necesitan cosas para mejorar la velocidad. Dice que los conflictos internos dentro del Gobierno y una nebulosa "división de la autoridad" retrasan la toma de decisiones.

"Hasta este momento yo era optimista", dice Bennor. "Pero perdimos un montón de tiempo en gestionarnos a nosotros mismos y en nuestros planes de nuestra lucha para estar unidos. Nuestra gente está todavía muy preocupada por su futuro".

Y se suma a las preocupaciones el hecho de que exista un enorme arsenal de armas que permanece en manos de civiles y de las milicias.

"Los jóvenes no dejarán sus armas en esta periodo ni en un horizonte de los próximos años", apunta Bennor. "Tienen que asegurar su revolución y todavía no podemos confiar en los demás lo suficiente".

Cientos de combatientes rebeldes, al igual que Lutfy Alamin, han devuelto sus armas a las autoridades, pero otros miles no.

 

Mostrar comentarios