Decidieron bucear los cinco. No era la primera vez que lo hacían. Sólo volvieron tres, que se negaron a dejar a sus amigos en las profundidades y protagonizaron uno de los rescates más sorprendentes de todos los tiempos en el sumidero más profundo del mundo jamás explorado.
El escenario de la hazaña se sitúa en el valle de Plurdalen, en el centro de Noruega. Allí, se encuentra el río Plura. Los buceadores más expertos se sumergen a 500 metros de profundidad hasta llegar a una cueva y avanzan por unas paredes estrechas, donde el agua helada se oscurece, hasta llegar a la cueva de Steinugleflaget. La única salida se encuentra en una grieta en el techo abovedado de la cueva.
La desgracia ocurrió el 6 de febrero de 2014
Todavía acuden a la cabeza de Sami Paakkarinen los recuerdos de aquel fatídico día.
El 6 de febrero de 2014, dos finlandeses intentaron llevar a cabo el difícil recorrido. Otros tres buceadores los seguían hacia el destino final bajo el agua, la cueva Steinugleflaget.
Patrik Gronqvist, uno de los tres descubridores de la conexión entre ambas cuevas el año anterior, fue el primero en lanzarse al agua, enfundado en el traje y armado con su equipo de buceo. Inmediatamente después, se sumergió Jari Huotarinen.
[Vea aquí las mejores fotografías]Más de cinco horas con innumerables riesgos
La excursión duraría unos cinco horas a más de 130 metros de profundidad, lo que exige un mayor control de la respiración, la cual tiende a acelerarse para desembocar en arritmias o taquicardias.
Cualquier pequeña rotura en el traje podría significar la muerte. Además, el fallo del equipo -imprescindible en este tipo de expediciones- podría causar hipercapnia (disminución del pH sanguíneo que provoca arritmias).No pudo hacer nada por su amigo
Gronqvist y Huotarinen nadaron hacia la parte más honda de la cueva, a 110 metros de profundidad, y poco después el primero se dio cuenta de que su amigo no nadaba tras él.
Al deshacer parte del recorrido se dio de bruces con la realidad. Su amigo se hallaba atrapado entre las paredes que conformaban el estrecho túnel de conexión entre ambas cuevas.
Huotarinen emitía señales de socorro con su linterna y mostraba pánico. En ese momento, Gronqvist apostó por darle otra bombona para disminuir la cantidad de dióxido de carbono del cuerpo de su compañero. Gronqvist contempló con horror cómo su amigo moría
La mala suerte y la fragilidad de la situación provocó que Huotarinen tragara mucha agua durante el cambio del respirador. Gronqvist contempló con horror cómo su amigo moría ante sus ojos y cualquier esfuerzo era inútil.
Regresar a la superficie en aquel momento no era una opción porque la disminución drástica de presión atmosférica podría provocar a Gronqvist el síndrome de descompresión o una embolia.
Gronqvist decidió avanzar hasta la cueva en la que se uniría con sus compañeros: Vesa Rantanen, Jari Uusamaki y Kai Kankanen.
El cuerpo del buceador atascado se convirtió en el obstáculo a esquivar por los tres buceadores finlandeses. El primero tardó 15 minutos en esquivar el cadáver, sin embargo, Jari Uusamaki falleció a consecuencia del pánico.
Por su lado,Kankanen dio media vuelta y consiguió salir a la superficie tras 11 horas, después de romper la capa de hielo del río Plura.Síndrome de descompresión
Los tres supervivientes de la excursión ingresaron en el hospital por el síndrome de descompresión.
Sami Paakkarinen, el buceador que en 2013 había descubierto la unión entre la cueva de Plura y la de Steinugleflaget junto a Gronqvist, conoció la noticia. Se encontraba en México impartiendo un curso de buceo y acudió tan pronto como pudo a Finlandia.
Tras un primer rescate fallido por parte de tres buceadores británicos que se encuentran entre los mejores rescatistas subacuáticos del mundo la Policía dio por zanjada la búsqueda de los cuerpos.La promesa a las familias
Gronqvist había prometido a la esposa de Jari Huotarinen que volvería allí y recuperaría a Huotarinen y Uusamaki."Eran nuestros amigos y no los queríamos dejar allí. Queríamos traerlos con sus familias", confiesa Sami Paakkarinen a lainformacion.com.
Los tres supervivientes de la fatídica excursión volvieron al lugar para buscar los cuerpos y Sami Paakkarinen se unió."No ir no era una opción", declara a lainformacion.com Sami Paakkarinen
En una operación que se prolongó durante cinco días, la tercera jornada fue la elegida por los buceadores para sumergirse bajo el hielo del Plura.
"Desde que salí de allí, pienso en ello todas las noches", declara Gronqvist."Aunque había riesgos, no considero que fuera un riesgo enorme. Si lo hubiera sido, no hubiera ido hasta allí", afirma con rotundidad Sami Paakkarinen.
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