Rusia, el último valedor de Asad

  • Rusia se ha quedado sola en el papel de valedor del líder sirio, Bachar al Asad, al que sigue armando y defendiendo contra viento y marea, pese a las crecientes presiones de Occidente y la animadversión de la oposición siria.

Ignacio Ortega

Moscú, 31 ene.- Rusia se ha quedado sola en el papel de valedor del líder sirio, Bachar al Asad, al que sigue armando y defendiendo contra viento y marea, pese a las crecientes presiones de Occidente y la animadversión de la oposición siria.

"La política rusa no consiste en pedir a alguien que dimita. Los cambios de régimen no son nuestra profesión", afirmó hoy Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores ruso.

Lavrov justificó así el empecinamiento ruso a la hora de oponerse una y otra vez a la adopción de una nueva resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU contra Damasco, por temor a que allane el camino para una intervención exterior en el país árabe.

"Si le exigen que se vaya y no se va. ¿Qué se hace? ¿Se llama a la aviación? ¿Se bombardea? Esto ya lo hemos vivido y el Consejo de Seguridad nunca lo aprobará. Esto se lo garantizo", dijo, citado por las agencias rusas.

El jefe de la diplomacia rusa matizó que Rusia "no es amigo, ni aliado de Asad" y que su postura consiste en defender la soberanía de los sirios para evitar el estallido de una guerra civil como en Libia.

"Nunca dijimos que el mantenimiento del poder por Asad fuera una condición para el arreglo. Nosotros dijimos otra cosa. Dijimos que la decisión debe ser siria y que deben ser los sirios, es decir todos, los que se sienten en la mesa de negociaciones y se pongan de acuerdo", dijo.

A su vez, aseguró que Rusia seguirá suministrando armamento a Damasco, como los aviones de instrucción de combate Yak-130, los sistemas lanzamisiles costeros "Bastión" y misiles de crucero antibuque "Yajont".

"Hemos firmado contratos y debemos cumplirlos", dijo, citado por las agencias rusas.

Rusia, que está reconstruyendo en el puerto sirio de Tartu la antigua base militar soviética para que pueda acoger buques militares de mayor tonelaje, se ha puesto el traje de mediador y ha invitado a gobierno y oposición a negociar en Moscú.

"Ya hemos recibido una respuesta positiva por parte de las autoridades sirias. Esperamos que la oposición también de su visto bueno en los próximos días, poniendo los intereses del pueblo sirio por encima de cualquier otra consideración", señaló el lunes la Cancillería rusa.

Rusia opina que "la inmediata celebración de esos contactos en Moscú es urgentemente necesaria para cesar cualquier violencia en Siria e impedir la desintegración sangrienta y la confrontación en la sociedad".

El embajador sirio en Moscú matizó hoy que el Gobierno está dispuesto a negociar, aunque sólo con la oposición pacífica y no con los grupos rebeldes armados "que cumplen órdenes de países extranjeros".

"No consideramos que la gente armada sea oposición. En lo que se refiere a aquellos que salen a la calle con armas y disparan, esa gente no desea el diálogo, por eso la otra parte está obligada a hablar con ellos con el lenguaje de las armas", dijo Riyad Haddad, embajador sirio, a la emisora de radio "Eco de Moscú".

Por su parte, el Consejo Nacional Sirio (CNS), que agrupa a la oposición siria en el exilio, rechazó de plano la propuesta de Moscú.

"Sin el derrocamiento de Asad, no habrá negociaciones. La caída de Asad es la condición para el inicio de conversaciones con el objetivo de llevar a cabo un proceso de transición hacia un Gobierno democrático", dijo Burhan Galiun, líder del CNS.

Galin añadió: "Llamamos a los rusos a adoptar una postura realista. Si insisten en que Asad debe quedarse en el poder, esto no será realista, ya que no permitirá la apertura de ninguna clase de diálogo".

"Si el Gobierno ruso acepta nuestra condición de la renuncia de Asad, entonces no habrá ningún problema en la celebración de conversaciones preliminares", agregó el opositor a la prensa libanesa.

Por su parte, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, ha conminado a la ONU a actuar de inmediato para frenar la violencia en Siria, mientras la Casa blanca calificó de "inevitable" la caída de Asad.

El ministro francés de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, envió hoy una Lavrov para recordarle que la situación en Siria es inaceptable y que se debe poner fin al bloqueo del Consejo de Seguridad.

No obstante, el viceministro de Exteriores ruso, Guennadi Gatílov, ya dejó claro hoy que Moscú vetará la nueva resolución que se basa en el plan de la Liga Árabe y que contempla la renuncia del líder sirio.

"El proyecto occidental de resolución sobre Siria no ayuda a la búsqueda de un compromiso. Presionar es una vía para la guerra civil", dijo.

Según los analistas, el primer ministro ruso, Vladímir Putin, quien probablemente será elegido presidente en las elecciones de marzo, no permitirá la repetición del escenario de Libia, donde Moscú perdió miles de millones de dólares.

Entonces, Putin tachó de "llamamiento a las cruzadas" la resolución 1973 que permitió la intervención militar aliada y condujo al derrocamiento y asesinato del dictador libio, Muamar el Gadafi.

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