Sarkozy volvería a la política por deber, ante una situación grave en Francia

  • El expresidente francés, el conservador Nicolas Sarkozy, dice que la política es algo pasado para él y que no pretende volver a ella, aunque admite que lo haría "por deber" si el país lo necesitara por la gestión de su sucesor, François Hollande, a quien critica.

París, 6 mar.- El expresidente francés, el conservador Nicolas Sarkozy, dice que la política es algo pasado para él y que no pretende volver a ella, aunque admite que lo haría "por deber" si el país lo necesitara por la gestión de su sucesor, François Hollande, a quien critica.

En un artículo que le dedica la revista "Valeurs Actuelles" filtrado hoy por la emisora "France Info", Sarkozy insiste en que para él "la política se ha acabado" porque le produce "un aburrimiento mortal" y por la forma en que se le ha tratado a él y a su mujer, Carla Bruni.

No obstante, no cierra totalmente la puerta ante la hipótesis de que "haya desgraciadamente un momento en que la cuestión no sea si uno tiene ganas, sino si hay otra opción".

"En ese caso -añade-, no podré seguir diciéndome que soy feliz, llevo a mi hija a la escuela y doy conferencias por todo el mundo (...) Estaré obligado a ir. No por ganas. Por deber. Únicamente porque se trata de Francia".

Y eso ocurriría en una situación en la que Francia estuviera "atenazada entre el empuje del extremismo de izquierdas y el de derechas".

Sarkozy, que no se pronunciaba públicamente sobre política desde el pasado agosto cuando lo hizo sobre Siria, no duda en criticar a Hollande, entre otras cosas por su confrontación en la escena europea con la canciller alemana, Angela Merkel.

"Ha roto todo lo que yo había conseguido construir con Angela Merkel", reprocha al presidente socialista el que fuera jefe de Estado de Francia de 2007 a mayo de 2012.

También se muestra contrario a la intervención francesa en Mali: "¿Qué hacemos allí, aparte de apoyar a golpistas y tratar de controlar con 4.000 hombres un territorio que es tres veces más grande que Francia?", se pregunta retóricamente.

"La regla es que no se va nunca a un país que no tiene gobierno", sentencia.

Niega querer una revancha, que de entrada considera "un mal sentimiento. Además, ¿qué revancha sería? ¿para retomar la Francia que los socialistas dejarán?".

El antiguo líder conservador predice "acontecimientos graves. Habrá una crisis social. Luego vamos a tener una crisis financiera de una violencia infrecuente y eso acabará con disturbios políticos". A su juicio, "los franceses están menos enfadados que asustados".

Según una encuesta de Ifop publicada hoy, para los simpatizantes del gran partido de la derecha francesa, la Unión por una Mayoría Popular (UMP), Sarkozy es el candidato favorito para las elecciones presidenciales de 2017.

Sarkozy, pese a llevar retirado de la política activa desde su derrota en mayo de 2012, cuenta con el apoyo del 56 % de los simpatizantes de la UMP, muy por delante del que fuera su primer ministro, François Fillon, con un 17 %.

Fillon, pese a sus últimas intervenciones en los medios de comunicación que parecen anunciar sus ambiciones de cara a los comicios de 2017, no se acerca a la popularidad del ex presidente entre los votantes de derechas, pero se mantiene muy por encima de la tercera personalidad preferida, el ex primer ministro y alcalde de Burdeos, Alain Juppé (9 %).

Las otras figuras que aparecen en la encuesta y que constituyen potenciales candidatos de la UMP son los ex ministros Nathalie Kosciusko-Morizet (5 %), Bruno Le Maire (4 %) y Jean-François Copé (4 %), este último a las riendas de la formación conservadora.

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