Sarkozy vuelve a declarar sobre la presunta financiación ilegal de su campaña

  • El expresidente de Francia Nicolas Sarkozy mantiene hoy un careo con el mayordomo de la multimillonaria Liliane Bettencourt para determinar cuántas veces visitó el domicilio de la heredera de L'Oréal durante su campaña electoral de 2007.

París, 21 mar.- El expresidente de Francia Nicolas Sarkozy mantiene hoy un careo con el mayordomo de la multimillonaria Liliane Bettencourt para determinar cuántas veces visitó el domicilio de la heredera de L'Oréal durante su campaña electoral de 2007.

La comparecencia, según los medios franceses, se celebra en el Palacio de Justicia de Burdeos y no se descarta que el ex jefe del Estado se encuentre con otros antiguos trabajadores de Bettencourt en ese periodo.

La Justicia francesa abrió en julio de 2010 una investigación preliminar sobre la presunta financiación ilegal de la campaña que llevó a Sarkozy en 2007 al Elíseo.

La apertura coincidió con nuevas revelaciones de aportaciones a su partido conservador Unión por un Movimiento Popular (UMP) difundidas por "Le Monde".

En noviembre de 2012 y tras un interrogatorio que se prolongó durante más de 12 horas en el mismo Palacio de Justicia, Sarkozy se libró de una imputación judicial y acabó con el estatus de testigo asistido.

Ello reflejaba que no se habían encontrado pruebas suficientes contra él por supuesto abuso de debilidad sobre la heredera del imperio cosmético, pero dejaba abierta la puerta a una interrogación y acusación posterior.

En la comparecencia de hoy, según los medios galos, se intentará verificar no solo el número de veces que el expresidente visitó su domicilio, sino también si en algunas de esas visitas se reunió personalmente con Bettencourt.

La sospecha de que pudo aprovecharse de los problemas mentales de la octogenaria para sacarle dinero partió del testimonio de la antigua contable de Bettencourt, Claire Thibout.

Ésta en 2010 declaró a la policía que tres años antes el administrador de la familia, Patrice de Maistre, le pidió 150.000 euros en efectivo para entregárselos al entonces tesorero de la campaña electoral de Sarkozy, Eric Woerth.

Esa sospecha se reforzaba por el hecho de que, según daban a entender las agendas confiscadas en el despacho y el domicilio de Sarkozy, este se reunió varias veces con Bettencourt y mantuvo otras tantas citas con otros protagonistas del caso en fechas clave del mismo.

El caso se destapó por casualidad dentro de una investigación paralela por una disputa familiar llevada a los tribunales por la hija de Bettencourt, Françoise Meyers, y en él han sido imputadas ya 14 personas.

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