Se busca patrocinador para pupitre

Son las nueve de la mañana, un grupo de jóvenes entra a sus clases y en los pupitres y la pizarra se encuentran mensajes como: "Come pasta Ravella y crecerás fuerte" o "Lejía Cox, lava la que mejor". Todavía es ficción pero pronto será realidad. Dar a las empresas la oportunidad de introducir publicidad en las aulas es la última ocurrencia de los Ayuntamientos de tres pueblos del sur de Italia (Barletta, Andria y Trani) para sacar dinero para poder financiar sus gastos.

Los consistorios ya han publicado en sus páginas web la demanda para aquéllos negocios que estén interesados en anunciarse en mesas, sillas e incluso en las pizarras. Cada placa publicitaria tendrá un coste de 69,80 euros y los empresarios podrán elegir su ubicación en cualquiera de los 53 centros de enseñanza que se encuentran en el territorio.

"Este año hemos necesitado muchas sillas, mesas, encerados..." explica un asesor público, Pompeo Camero, al diario la Repubblica"es por ello que hemos necesitado inventarnos algo".  "Tenemos que garantizar a los jóvenes" continúa, "la mejor calidad de vida en el centro por lo que invitar a la sociedad a echar una mano me parece una buena idea".

Desde el Gobierno regional de la Puglia, presidido por Francesco Ventola, aseguran estar de acuerdo con la propuesta ya que se trata de una "iniciativa compatible con una visión moderna de la Administración Pública".

Según el ente de esta manera se está conjugando el tema de la seguridad con el de la sostenibilidad ambiental así como con el bienestar de los chavales y aseguran, no interfiere en el aprendizaje. Para conocer cómo acabará esta historia habrá que esperar al día 30 de noviembre, momento en el que concluye el plazo de las empresas para expresar el interés por patrocinar una clase.

No es la primera vez que en Italia surgen iniciativas de estas características. La publicidad ha llegado también a terreno sagrado. De hecho, ya existen iglesias en el país que permiten a los feligreses "patrocinar un banco con su nombre" a cambio de pagar una cantidad para mantener el templo.