¿Se habría podido evitar la crisis de Grecia?

  • El descablabro de la economía griega en las últimas semanas cogió desprevenido al Eurogrupo poniendo en peligro a los países de la moneda única europea. Pero los analistas aseguran que se veía venir, pues -entre otras cosas- no era la primera vez que Grecia maquillaba sus cuentas para pasar el control europeo. De hecho, el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, ha entonado el mea culpa por no haberlo evitado. Por otra parte, las comparaciones de la situación griega con la española finalmente se van acallando tras el apoyo expreso de Durao Barroso y la OCDE.
Teri Schultz | GlobalPost

(Bruselas, Bélgica). Tras semanas de acusaciones contra Atenas por haber desatado una crisis en la eurozona, ahora es Bruselas la que afronta acusaciones por pasar la pelota y echarle la culpa a otros durante muchos años. Ya quedó en evidencia que la eurozona comienza a revisar sus propios procedimientos cuando Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo, dijo recientemente que quería disculparse "con todo el mundo por no haber podido evitar una decisión incorrecta", en alusión a la negativa de conceder las facultades necesarias a la oficina de estadísticas de la UE (Eurostat) para comprobar las cuentas de los países miembros. "Estoy seguro de que nos equivocamos por no haber seguido más de cerca las divergencias en la competitividad que descubrimos en Grecia y en otros lugares… no sacamos todas las conclusiones operativas que deberíamos a partir de ese hecho", reconoció, pues el Eurogrupo, formado por los ministros de Economía de los países que han adoptado el euro, es el responsable de supervisar todos los asuntos de la Unión Europea relacionados con la eurozona.

La humildad de Juncker ha resultado sorprendente, pero también puede interpretarse como una forma de evitar acusaciones de hipocresía. El primer ministro griego Giorgios Papandreu ha aguantado un aluvión de críticas por el caos económico de su país y las repercusiones en el resto de Europa. Pero después el político ha pasado a la ofensiva y ha declarado que "ha habido un campaña importante de la UE para ocultar sus responsabilidades detrás de Grecia".

Juncker recordó que en 2005 la Comisión Europea había propuesto otorgar a Eurostat la facultad para comprobar las cifras de los países miembros. Sin embargo, la recomendación fue rechazada porque los ministros de Finanzas no querían dotar de autonomía a Eurostat, con sede en Luxemburgo. Esa decisión permitió a Grecia entregar informes financieros falsificados y ahora sirve para que la UE niegue hasta cierto punto su responsabilidad con el argumento de que no estaba informada oficialmente.

A pesar de reconocer abiertamente sus errores, Juncker ha defendido a la UE con la afirmación de que "si no hallamos nada de lo que deberíamos haber encontrado en el caso de Grecia, no se debe a una falta de observación por parte de la Comisión o del Eurogrupo, sino a la forma en que Grecia presentó las cifras, las cuales no podíamos validar en su totalidad".

Aún así, había motivos más que suficientes para que Bruselas se mantuviera en alerta máxima cuando se trataba de Grecia: la incorporación griega en la eurozona ya se apoyó en cifras falsas. En 2004, Atenas reconoció que tres años antes había mentido sobre su déficit nacional para poder entrar en la eurozona. El ministro de Finanzas de la época declaró que en 1999 el déficit estaba por debajo del 3 por ciento del PIB, el límite exigido por la UE y requisito para adoptar el euro. Grecia reconoció posteriormente que aunque la cifra hubiese sido cierta en ese momento, desde entonces el déficit había dejado de ser tan bajo. Pese a ello, los otros países de la eurozona, algunos de los cuales también han superado la barrera del 3 por ciento en alguna ocasión, aseguraron a Grecia que no sería expulsada de la eurozona.

La Unión Europea debería haber mantenido los ojos abiertos, indica Sotiria Theodoropoulou, economista del Centro de Política Europea de Bruselas. Afirma que la crisis se venía fraguando desde hace tres décadas. "Las finanzas públicas caóticas y los griegos viviendo por encima de sus posibilidades no son cosas que hayan comenzado ayer", añade. "Los griegos no pueden buscar cualquier excusa. Son completamente responsables por el estado del déficit presupuestario y la deuda pública. ¿Cómo puede permitir la Comisión Europea y Eurostat que las cosas empeoren tanto?", se pregunta.

Theodoropoulou destaca que la culpabilidad de Grecia no debería entenderse "como que ahora habría que dejarlos solos porque actuaron en el mercado [abierto]". Según la economista, España y Portugal, los otros países europeos seriamente endeudados, han podido escapar a la situación porque han demostrado un mayor control del gasto. España, en particular, no debe ser considerada en la misma categoría que Grecia, según afirma, ya que ahorró mucho dinero durante las épocas de bonanza económica. De hecho, la OCDE ya ha avalado la solvencia de España y Durao Barroso también ha manifestado su "plena confianza" en la economía española.

La experta en economía europea asegura que los griegos siempre han sido despilfarradores: pese a que el país tuvo una tasa de crecimiento entre las más altas de Europa durante una década, no supo reducir su deuda. "Es su mayor pecado. Si no consolidas las cuentas públicas cuando crece la producción, entonces claramente ahora que la situación económica es tan nefasta, es más difícil. Pero no tienen la excusa de que 'al menos lo intentamos'", señala Theodoropoulou.

Más allá de Juncker, la UE no parece dispuesta a pedir disculpas por el pasado e intenta mirar hacia adelante mientras rectifica la falta de coordinación y control. Olli Rehn, el nuevo comisario de Asuntos Económicos y Monetarios en sustitución del cargo que hasta hace poco ocupaba el español Joaquin Almunia, anunciará próximamente un plan para fomentar una mejor comunicación y transparencia entre los gobiernos de los países miembros. Se trata, sin duda, de un concepto que habría sido catalogado de violación a la intimidad nacional si no estuviéramos frente a la crisis económica actual.

* (Texto editado para adecuarlo al público español).

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