Stoltenberg, un laborista respetado por su papel tras atentados de Noruega

  • El actual primer ministro noruego y líder socialdemócrata, Jens Stoltenberg, pertenece a una familia muy vinculada al laborismo y, además de un referente de su partido tras nueve años en el poder, es un líder respetado en todo el país.

Copenhague, 7 sep.- El actual primer ministro noruego y líder socialdemócrata, Jens Stoltenberg, pertenece a una familia muy vinculada al laborismo y, además de un referente de su partido tras nueve años en el poder, es un líder respetado en todo el país.

Su papel tras los atentados perpetrados por el ultraderechista Anders Behring Breivik el 22 de julio de 2011, en los que murieron 77 personas, fue alabado por todo el arco político al ejercer de figura de unión de un país que vivió su mayor tragedia en décadas.

Los elogios unánimes han prevalecido por encima de los graves defectos de seguridad desvelados por un informe posterior, que apuntaron directamente a su Gobierno, aunque Stoltenberg respondió con un gesto elogiado: pidiendo disculpas públicas en el Parlamento.

La temprana vocación política le viene de familia: su padre, Thorvald Stoltenberg, fue ministro de Defensa y Exteriores, dirigió el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y ejerció de mediador en los Balcanes; su madre, Karin Stoltenberg, trabajó de secretaria de Estado en varios departamentos.

Nacido en Oslo en 1959, Jens Stoltenberg inició su carrera política en las Juventudes Laboristas, que lideró a finales de 1980, y desde ellas dio el salto a la dirección central del partido.

En su época de universitario -estudió Economía- era admirador del "Ché" Guevara y acudía a manifestaciones en contra de intervenciones militares de EEUU; décadas después, ya como primer ministro, mantendría la presencia militar noruega en Afganistán y aprobaría la participación en la operación internacional contra Libia.

Con 33 años pasó a la vicepresidencia laborista, un año antes de ser elegido diputado y ministro ocupando las carteras de Energía y Comercio (1993-1996) y Finanzas (1996-1997) en los gobiernos de Gro Harlem Brundtland, la carismática líder laborista.

En 2000, la caída del Gobierno de centro-derecha de Kjell Magne Bondevik tras una moción de censura le permitió acceder al poder en minoría con la etiqueta del "Blair" noruego y del primer ministro más joven en la historia del país.

Pero su agresiva campaña de privatizaciones generó un fuerte descontento popular que pagó al año siguiente en las elecciones con el peor resultado del Partido Laborista.

Stoltenberg regresó a posiciones más izquierdistas y, tras derrotar al también ex primer ministro Thorbjørn Jagland en la lucha por el liderazgo interno, dirigió una histórica alianza con el Partido de la Izquierda Socialista y el Partido Centrista que le permitió regresar al poder en 2005 con mayoría absoluta.

Su agónico triunfo cuatro años después supuso la primera victoria electoral de un gobierno en el poder desde la época de Brundtland.

Stoltenberg ha mantenido a Noruega, uno de los principales exportadores mundiales de gas y de petróleo, relativamente ajena a la crisis financiera, con buenas cifras macroeconómicas y un índice de paro inferior al cuatro por ciento.

Y en política exterior se ha mostrado muy activo en apoyar todo tipo de proyectos globales contra el cambio climático y colaborar con el Fondo Global de Vacunas de la ONU.

Pero el desgaste del poder parece haber convencido a los noruegos de la necesidad de un cambio, a no ser que Stoltenberg sea capaz de una proeza y remonte unas encuestas que le son desfavorables.

Aparte de movilizar de forma masiva el aparato laborista, no ha tenido reparo en hacer de falso taxista por las calles de Oslo en un vídeo con cámara oculta, un brillante truco publicitario pero que algunos también han criticado como un gesto desesperado.

Stoltenberg, que trabajó de periodista en su juventud y dio clases en la Universidad, nunca ha ocultado su afición por las series de televisión y su devoción por "Los Soprano".

Incluso no le ha importado admitir que a veces se ve reflejado en su personaje principal, el mafioso Tony Soprano, porque todo el mundo acude a él para que resuelva sus problemas y se siente a veces un poco solo.

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